Åsa Larsson es una magnífica narradora que consigue modelar con facilidad su historia y conducir al lector por los caminos previstos para sorprenderle a cada recodo. De prosa fluida y precisa, Aurora Boreal es una novela negra entretenida y original que mantiene la intriga y el suspense desde el primer capítulo. Con precisas y breves pinceladas, Larsson construye a unos personajes vívidos y coherentes. La autora demuestra un talento especial para dotar a su novela de protagonistas bien definidos, por sus actos y sus palabras, que se ganan con rapidez la simpatía o la aversión del lector por su carisma y realismo, que son de agradecer en el caso de las novelas de ficción. Quizás esta naturalidad en su escritura y personajes se deba a que Larsson escribe sobre cosas familiares, no en vano se crió en Kiruna (localidad donde ocurren los hechos de Aurora Boreal), ejerció de abogada como su protagonista Rebecka Martinsson y dice inspirarse en las historias violentas de la Biblia de sus lecturas infantiles para recrear sus tramas policiacas. Pese a que seguramente la moda sueca abierta por Millennium y Henning Mankell en nuestro país le haya facilitado su publicación, hay que reconocer el talento de Åsa Larsson como una estupenda contadora de historias. Aurora Boreal ha sido premiada con el galardón de la Asociación de Escritores Suecos de Novela Negra a la mejor primera novela y en España ya se ha publicado su segundo libro, Sangre Derramada.
Lector, si abres este libro disfrutarás de una buena novela negra muy bien escrita, con unos personajes que te conmoverán.
Este libro transmite tan bien todo lo que ocurre entre sus páginas que casi te entra frío al leerlo, en serio. La inspectora embarazada, Anna-Maria Mella, me recordó muchísimo a la Frances McDormand de Fargo.