Enrique VIII (1491-1547), rey de Inglaterra e Irlanda, fue el segundo monarca de la dinastía Tudor y pasó a la posteridad como un dirigente cruel y mujeriego. Casado en primeras nupcias con Catalina de Aragón (1485-1536), hija menor de los Reyes Católicos, rompió con la Iglesia Católica e instauró una nueva religión en Inglaterra tan solo para conseguir el divorcio y casarse en segundas nupcias con su amante, Ana Bolena (1501-1536), condesa de Pembroke. Fruto de esos primeros años de relación clandestina entre el rey absolutista y Ana Bolena son estas cartas de amor de un Enrique apasionado y tierno, totalmente entregado al amor. El Vaticano excomulgó a Enrique VIII en julio de 1533 y en 1534 el Parlamento inglés, a instancias de Thomas Cromwell, aprobó la Ley de Supremacía que reconocía al soberano inglés como única cabeza suprema en la tierra de la Iglesia de Inglaterra. En el mismo año, se reconoció legal su matrimonio con Ana Bolena y la condesa de Pembroke se convirtió en reina. Poco duró la devoción de Enrique por su nueva reina, a quien le escribiese tan cariñosas y anhelantes cartas, pues en 1536, solo tres años después de su enlace, la condenó a morir decapitada por traición. Ana Bolena fue la primera reina inglesa que murió decapitada en público, Enrique VIII se casó con Jane Seymour apenas unos días después de la ejecución.
«Cuanto más largos los días son el sol está más lejano y, sin embargo, abrasa más. Así ocurre con nuestro amor, pues la distancia que mantenemos aún aumenta su fervor, al menos por mi parte.«

Este pequeño y precioso librito, editado por Editorial Confluencias, contiene diecisiete cartas de Enrique VIII a Ana Bolena, y una de Ana al cardenal Thomas Worsley con postdata del rey. Fueron escritas entre mayo de 1528 y la primavera de 1529, y seguramente la correspondencia se originó con la partida de Ana Bolena de la corte debido a los rumores del escándalo que suponía que el rey se hubiese enamorado de ella. Ana se recluyó en Kent, en una de las haciendas de su padre, donde recibía las cartas de Enrique VIII. Los originales de las misivas se conservan actualmente en el Vaticano pero, por desgracia, las respuestas de Bolena se han perdido. Se trata de documentos de un incalculable valor histórico, no solo porque aportan detalles sobre el pulso legal y religioso de la época, sino también porque son un acceso directo y en primera persona a la figura del monarca Tudor, que cambió la religión y la legalidad de toda una nación para la posteridad.
Lector, una curiosidad inglesa de valor histórico y ¿romántico?
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Cartas de amor de Enrique VIII a Ana Bolena
Hola. ¿Te imaginas que cuando no estás se publican tus cartas privadas? Menudo desastre, jaja. Espero no ser famosa cuando me vaya. Eso es lo que pienso cuando salen estas cosas. Es curioso, la verdad, me gustaría ver los originales. Si me encuentro el libro le echaré un vistazo.
Todo lo que sé de los Tudor se reduce a la serie de tv. No se lo digas a nadie.
Besos
Mujer, visto así, qué mal rollo que se descubran mis intimidades… jajajajaja!! Pero como Enrique era un rey del siglo XVI ya sabía que poca intimidad iba a tener. A mí también me encantaría ver las cartas originales y poder leer las respuestas de Ana Bolena, en plan cotilla total, aunque cuando sabes cómo terminó la historia tampoco te parece romántica. Ah, la serie británica de los Tudor estaba genial ;-) Besos.
Que un rey instaure una nueva religión por amor a una mujer es algo realmente romántico. Que después sea capaz de decapitarla, nos dice cómo el amor, con el tiempo se transforma en indiferencia cuando no en odio y si a eso se le unen las intrigas palaciegas se puede llegar a la decapitación.
Interesantes tienen que ser esas cartas.
Un beso.
Lo de Enrique VIII no tiene nombre: seis esposa tuvo el tipo, y según sus cartas parecía enamoradísimo de todas, pero sobre todo de Ana Bolena. Muchos historiadores especulan sobre si de verdad hizo todo eso por amor, por recuperar todo el poder absoluto que la Iglesia de Roma había arrebatado a los monarcas occidentales, o porque necesitaba desesperadamente un heredero varón. Eso no nos lo aclara ninguna carta, por desgracia. Besos.
Hola guapísima, pues aunque me suele llamar la atención la historia de Inglaterra, en algunas partes más que en otras… No sé si me llaman tanto la atención estas cartas… Creo que lo dejo pasar.
Un besazo
Claro, es testimonio histórico, comprendo que no a todos los lectores les haga tilín. Besotes.
Hola.
Pese a que me interesa mucho la historia no soy muy aficionada a leer libros históricos, aunque éste me gusta que sean las cartas, aunque al que seguro que le gusta es a mi marido, él solo lee libros de historia, se lo comentaré.
Muchos besos.
Pues es un regalo encantador, un librito precioso con la edición de las cartas originales que Enrique VIII le escribió a Ana Bolena antes de desposarla, nada de ficción. Ahí lo dejo ;-) Besos.
Creo que, aparte de la mía propia, es la primera reseña que leo de este libro… Eso dice mucho de nuestros gustos lectores (gustos, en general) y lo peculiares que son :)
A mí, en lo que a valor histórico se refiere, me parece un testimonio impagable. A veces dudo de que en el siglo XXI la gente sea capaz de entender el alcance y las repercusiones de lo que hizo Enrique VIII en su momento. Y qué pena que no se hayan conservado las cartas de Ana…
Me ha encantado ver este librín por aquí :)
¡Besote!
Es que juraría que este librito me lo recomendaste tú. No lo he puesto porque no estaba segura y no quería liarda XD Que, por cierto, para que veas que mi despiste en real, pensaba que la edición era de Reino de Cordelia y no la encontraba en su catálogo, jajajaja!! Pero sí, es cierto que me encantan tus gustos lectores, me parecen impecables y muy heterogéneos, pero lo que más me gusta es que siempre me descubres lecturas especiales, distintas.
Y tanto que estas cartas son un testimonio histórico impagable… Y sí, a mí también me encantaría ver las originales, y sobre todo leer las respuestas de Ana. La figura de Enrique VIII es controvertida por muchas razones, pero siempre me quedaré con la duda de si su primer divorcio se debió de verdad a una cuestión romántica o a que deseaba recuperar todo el poder que la Iglesia Católica había usurpados a los monarcas absolutistas europeos desde la Edad Media. Hay opiniones para todos los gustos. Besotes y mil gracias por la recomendación.
La historia de este rey con su esposa ya da mucho que hablar así que ver las cartas de amor para con la misma es aún mas intrigante. Creo que fué uno de los matrimonios más interesantes de la historia.
Para los curiosos de la historia es imposible no leerlas.
Un abrazo grande!.
Claro, es que fue más que un matrimonio, fue la transformación de todo un país, que pasó de ser católico y reconocer al papa como cabeza de la iglesia a anglicano, con el poder absolutista (también en religión) del rey. Que, por cierto, estoy leyendo una novela ambientada a principios del siglo XVII y andan con los juicios por brujería y papismo, y se consideraban ambos delitos igual de graves. Un abrazo.
Vaya, qué curioso :O
Los originales de las cartas se conservan en el Vaticano y esta edición de Confluencias es una pequeña maravilla. Para regalar también es estupendo. Besos.