El tipo más raro del mundo de Derek B. Miller

Sheldon Horowitz tiene ochenta y dos años, es viudo, judío, norteamericano, ex combatiente de la guerra de Corea y relojero jubilado. Su vida parece estar marcada por la pérdida: la muerte de sus compañeros del ejército, la muerte de su hijo Saul en Vietnam, la muerte de su mejor amigo, la muerte de su mujer. Poco le queda al señor Horowitz excepto sus recuerdos, su enorme cargamento de culpa y su única nieta Rhea, su joya más preciada. Rhea está casada con un simpático vikingo noruego y, cuando viajan hasta Nueva York para el entierro de su abuela, insisten en llevarse a Sheldon con ellos a Oslo. Horowitz se siente como pez fuera del agua en su nueva ciudad, aunque reconoce que en Noruega es mucho más difícil que los norcoreanos con ánimo de venganza por sus años de francotirador le embosquen en la calle, llamarían demasiado la atención en ese país de chicos rubios y altos. Inteligente, mordaz, sarcástico, perdidamente enamorado de Rhea, Sheldon sigue cuestionándose su pasado hasta que un día abre la puerta a dos fugitivos y todo vuelve a tener algo de sentido.

Sheldon Horowitz fue voluntario a la guerra de Corea porque cuando intentó alistarse para la II Guerra Mundial le rechazaron por tener sólo 14 años. Como judío, siempre sintió como si hubiese fallado a los suyos, como si hubiese podido evitar las ocupaciones nazis y el Holocausto. Por eso, uno de los momentos más emocionantes de El tipo más raro del mundo es cuando Sheldon decide dejar de mirar por la mirilla a la mujer y al niño que son perseguidos por un monstruo y abrir la puerta:
«Los europeos. Prácticamente todos, en uno u otro momento. Todos han visto por sus mirillas (…) cómo sus vecinos llevaban en brazos a sus hijos mientras unos matones armados los sacaban del edificio como si la humanidad misma estuviera siendo exterminada. Desde el otro lado del cristal algunos sentían miedo, otros lástima (…). Todos estaban a salvo gracias a lo que no eran. No eran, por ejemplo, judíos. (…)

Tranquila y lentamente, pero sin la menor vacilación, Sheldon abre la puerta. (…)

Ahora ya no hace falta mirar por la mirilla. Ya no es una de las personas que aborrece. Sentado junto a sus vecinos, se imagina en medio de un campo de fútbol con un megáfono, rodeado de la generación más vieja de Europa, y exclamando: «¿Tan jodidamente difícil era hacer esto?».«
Derek B. Miller es director del The Policy Lab y miembro del Instituto de las Naciones Unidas de Investigación sobre el Desarme y El tipo más raro del mundo es su primera novela; una historia divertida, amarga, conmovedora, realista y llena de esperanza sobre un viejo judío que todavía está dispuesto a pelear por sus seres queridos pero también por lo que considera correcto. Pero también es una historia sobre el coste personal de una guerra (de cualquier guerra, todas están llenas de horror y de víctimas inocentes) y un estupendo y bien pautado thriller con originales tintes intimistas y tragicómicos.
Miller crea un personaje singular, un Sheldon Horowitz duro de pelar, forjado por sus decisiones y las guerras del viejo mundo, que de repente se da cuenta de que la nueva Europa –la de las repúblicas del este y la de los países nórdicos liberales– repite los mismos errores que la vieja, que los genocidios siguen persiguiendo a los niños. Y acompañando a este protagonista extraordinario y gruñón, el lector encuentra más personajes inteligentes y bien construidos, con mucho que decir y aportar, como, por ejemplo, una inspectora de policía que sabe pensar y tiene un padre granjero omnisapiente, o un anticuario muerto que sigue poniendo el dedo en la llaga que más duele.
Escrita con buen ritmo (atención a los bien insertados flashbacks de Sheldon) y una prosa que destaca por su contundencia y transparencia (nada de metáforas ni poesía), Derek B. Miller ofrece una ópera prima magnífica y original, una novela entretenida y repleta de invitaciones a pensar sobre el belicismo que todavía campa por nuestra civilización; y con reflexiones tan interesantes como las que el autor pone en el pensamiento de su inspectora: el problema de la inmigración albano kosovar y la violencia desatada que Noruega experimenta como una novedad (los policías noruegos normalmente no van armados).
Sigrid piensa que debido a que su país todavía arrastra cierta culpa y vergüenza por su comportamiento en el Holocausto, parece que estuviese esperando al siguiente genocidio europeo para apresurarse a acoger a los afectados, como una especie de expiación (esta vez estamos del bando de los buenos). Y quizás por eso –especula la inspectora– se les dio tantas facilidades a albaneses y kosovares para entrar en el país, conseguir la residencia y una ayuda económica para empezar de cero. Sin tener en cuenta que esos recién llegados, en su mayoría, eran criminales de guerra, genocidas, asesinos sin escrúpulos, que huían de la justicia de sus lugares de origen. Porque la matanza de inocentes tuvo verdugos de todas las nacionalidades y etnias. La ex Yugoslavia tardó algunos años en informatizar y compartir todos sus datos e historiales de criminales de guerra y por eso la policía Noruega no tenía expedientes ni antecedentes de los recién llegados que, una vez en su nuevo país, establecían redes de narcotráfico, prostitución, delitos varios y asesinatos de inusitada violencia para la policía de Oslo.
Apunta el autor que no fue hasta 2012, sesenta y siete años después del final de la Segunda Guerra Mundial, cuando el gobierno noruego se disculpó oficialmente ante la población judía por su acciones durante la ocupación nazi.
Lector, sólo te diré que Sheldon Horowitz es un tipo al que realmente merece la pena conocer, aunque solo sea con la excusa de pararse a pensar un momento en las secuelas personales que tantas guerras siembran en los que mañana serán los adultos que tomen el relevo de la civilización.

Muchas gracias a Editorial Espasa por el envío del ejemplar.

Esta reseña ha sido publicada originalmente en el blog Momentos de Silencio Compartido como colaboración en la iniciativa de Equipo de Redactores.

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19 respuestas a El tipo más raro del mundo de Derek B. Miller

  1. Mariuca dijo:

    Me ha gustado mucho la reseña y parece un libro distinto a los que me estoy encontrando últimamente. Ya me he apuntado el título.
    Un saludo.

  2. Tatty dijo:

    No conocía el libro pero tal como nos has presentado a Sheldon creo que merece la pena descubrir esta historia
    besos

  3. Curioso, vive Dios. No sé qué más decir excepto que yo quiero vivir en un país en el que no haga falta que la policía llevue armas, aunque ya veo que esto va a desaparecer también. Qué penita

  4. Ay, qué bien. Quise este libro desde que lo vi pero no había visto ningún comentario sobre el mismo. Creo que me hubiera quedado bastante ploff si no te hubiera gustado. Ahora me quedo más tranquila porque sé que las sensaciones que tenía respecto a este tipo raro se confirman. Y es que me encantan las personas raras, no lo puedo evitar.

    Gracias y un saludo!

  5. Ay!! pues yo no lo conocía de nada, así que primera reseña y directa a la lista, concoer a este Horowitz me parece un reclamo, yo también soy de personas rarunas a descubrir :) Gracias por la reseña.
    Besos

  6. Caminante dijo:

    No sé si me convence la novela en su conjunto, pero desde luego que Sheldon Horowitz tiene pinta de ser un personaje entrañable. Besos!

  7. Tizire dijo:

    Qué reseña tan bonita, me has convencido totalmente! No conocía este libro y ya me llamó de primeras el título, pero es que por lo que dices, es una novela que merece la pena descubrir: gracias por presentármela! 1beso!

  8. Parece una lectura entretenida que esconde algo de critica social. La tendré presente.

  9. Demasiada guerra para mí y demasiado realismo. En estos momentos no es mi libro,
    Besos

  10. Monica dijo:

    Mariuca: es distinto por su protagonista, eso sin duda. Lo leí un poco a ciegas, sin querer saber nada de antemano, y lo he disfrutado mucho (como se deduce por mi reseña). Me ha hecho pensar en temas históricos y políticos. Saludos!!

    Tatty: Ah, Sheldon es todo un héroe que va disfrazado de viejo gruñón y medio loco. Verás que no todo es lo que parece pero seguirás queriendo saber más de él. Esperpo que te guste. Besos.

    loquemeahorro: es una pena, es verdad. Noruega tenía un índice de asesinatos bajísimo, de ahí que su polícia no estuviese acostumbrada a llevar armas ni a ser expertos en la caza de criminales homicidas. Sólo por reflexionar sobre ese sentimiento de culpa de un país colaboracionista con el regimen nazi vale la pena leer este libro, verás que conclusiones y qué consecuencias más sorprendentes. Besos.

    Ana Blasfuemia: pues creo que te convencerá Sheldon porque es todo un personaje. Pero no es excentricidad, todo lo que hace tiene su motivo de ser. Por ejemplo, una de las cosas que más le gusta de vivir en Suecia es que los coreanos lo tienen más difícil para pasar desapercibidos entre su población y atacarle por emboscada. En cambio en Nueva York… Bss.

    Marilú: Pues sí, vale la pena conocer a Sheldon. Y aunque es cierto que la historia tiene mucha "chicha" más, el prota indiscutible es este viejo gruñón y cargado de culpa. De todas formas, he intentado desvelaros poco sobre el personaje porque es un gusto conocerlo en persona. Bss.

  11. Monica dijo:

    Caminante: Bueno, no sé si entrañable es la palabra :-) Es un ex-combatiente de la guerra de Corea con graves secuelas por triple guerra: la guerra que exterminó a su pueblo, la guerra que acabó con su hijo, la guerra que se llevó a sus amigos. Una buena historia de mensaje anti-belico, seguramente por la profesión de su autor. Bss.

    Tizire: Me alegro que te haya gustado, es de esas reseñas que cuestan porque quieres reflejar bien todo lo que has sentido mientras leías. Me emocioné mucho con la escena de la cita que he puesto en cursiva, creo que tiene mucho significado para Sheldon y para toda la historia. Bss.

    Quadern de mots: más que crítica social es una reflexión histórica sobre los peligros del sentimiento de culpa o de compensación de las naciones. Suecia abrió sus fronteras sin hacer preguntas porque no soportaba seguir con el recuerdo de su colaboración nazi y, precisamente, ha repetido la historia de abrir fronteras a genocidas. Reflexiones historico-políticas muy buenas. Bss.

    Norah Bennett: Es cierto lo que apuntas, que cada historia requiere del momento adecuado de su lector para gustar más o menos, sin duda. La leí sin saber casi nada de lo que me iba a encontrar, seducida por la promesa de un protagonista único y diferente. Y eso no me defraudó. Besos.

  12. Margari dijo:

    Me parece que esta historia la podría disfrutar, así que me estoy apuntando este título.
    Besotes!!!

  13. albanta dijo:

    A pesar de todo sigue sin llamarme la atención este título.

  14. Meg dijo:

    ¡Qué ganas tenía de ver esta reseña! El título cayó en mi cumpleaños, le tengo muchas ganas, aunque antes tengo otros por finiquitar. A ver si lo leo antes de que acabe el año. ¿Inteligente? ¿Mordaz?¿Sarcástico? ¿Con secuelas de la guerra? Esta historia es para mí :-) Un besote!

  15. Monica dijo:

    Margari: Es original y se sale de la típica novela negra o intimista, es una mezcla extraña pero que funciona muy bien. Espero que te guste Sheldon, es todo un carácter. Bss.

    albanta: Pues nada, si no te convence no hay más que hablar… Con la lista tan enorme que tenemos de lecturas pendientes siempre es un alivio pasar de algunos títulos, ¿verdad? :-) Besos.

    Meg: Es verdad que me lo comentaste, que te gustaba mucho este tipo de literatura y de protagonista. Los tiros van por lo que nos hace a las personas y a las naciones un sentimiento de culpa mal llevado, la de tonterías que podemos llegar a hacer por no reconciliarnos con nuestras decisiones y nuestro pasado. Si lo lees, ya comentaremos más. Besos.

  16. mientrasleo dijo:

    Qué buena pinta tiene este libro, con un toque de rareza de esos que me gustan a mi.
    Uno que me busco, gracias por el aporte
    Besos

  17. Monica dijo:

    mientrasleo: Sí, es algo excéntrico pero sobre todo es distinto y te hace pensar sobre si somos capaces o no de aprender de la Historia o estamos condenados a repetir eternamente los mismos errores. Muy bueno el mensaje anti belicista (el autor trabaja por el desarme) y la reflexión sobre el sentimiento de culpa de personas y naciones. Besos.

  18. Isa dijo:

    Lo leí la semana pasada y, en un primer momento, no me terminaba de convencer, le faltaba algo. Estaba convencida de que se tenía que guardar algo para el final, lo que no me imaginaba es que fuera a ser tan conmovedor.

  19. Monica dijo:

    Isa: a mí me encandiló el personaje de Sheldon, quería saber más de él. Por eso me gustaron tanto esos flashbacks en su vida, y cuánto más sabía de él más conmovida me sentía. Me hubiese gustado otro final, pero reconozco que tienes razón: es bueno y emocionante.

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