En el pueblecito de Rushwater, en el condado de Barbetshire, apacible campiña inglesa, Lord y Lady Leslie llegan tarde a la iglesia, como es habitual. El pastor sabe que es por culpa de Lady Emily, la excéntrica y despistadísima dama, alma y corazón de su pequeña familia, tan encantadora y falta de malicia que resulta imposible no perdonarla siempre. Aunque sus tres hijos están independizados, en verano toda la familia suele reunirse en la casa señorial de los Leslie: Martin, el nieto mayor, John, siempre taciturno y responsable, Agnes y sus pequeños, el voluble David… Cuando la joven y bella Mary, sobrina política de Agnes, llega para pasar el verano con ellos descubrirá un hogar acogedor y a una familia tocada por la pérdida pero también por el cariño y la esperanza. Quizás Mary haya encontrado su oportunidad para dejar atrás su anodina vida y atreverse a ser completamente feliz.
«—Supongo que no habrás leído mi primer libro, ¿no?
—Me parece que no ¿Cómo se titulaba?
—Por qué un título.
—¿Por qué? —quiso saber Mary.
—Exacto ¿Por qué? Ponerle título a un libro es de botarates. Un libro existe por sí mismo, y un título lo limita terriblemente. Cuando estés en la ciudad, tienes que conocer a algunos de mis amigos que escriben obras de teatro y libros muy avanzados.
—¿Tienen mucho éxito?
—Claro que no. Ninguno de ellos podría escribir un gran éxito aunque lo intentara, y por suerte no necesitan hacerlo. Rebosan de ideas deliciosas, eso sí. Pero yo los traicionaré a todos y escribiré un éxito arrollador sin una sola idea.«

La edición es de Gatopardo Ediciones y la estupenda traducción, de Patricia Antón
Angela Thirkell (1890-1961) era nieta de Edward Burne-Jones, pariente de Rudyard Kipling, Stanley Baldwin y J. M. Barrie. Esto fue lo primero que leí sobre la señora Thirkell e inmediatamente pensé dos cosas: que no todos los escritores parten con las mismas ventajas e inconvenientes, y que me hubiese encantado asistir a la cena de Navidad de la familia Thirkell. Suspiros al margen, cuando terminé de leer Fresas silvestres solo podía pensar en una cosa: ¿Dónde ha estado usted toda mi vida, querida Angela Thirkell?
Fresas silvestres es una comedia con un punto de crítica social, inteligente y sagaz. Me gusta muchísimo cómo la autora entrelaza la historia familiar de los Leslie y sus maquinaciones amorosas con escenas de actualidad de los años treinta en las que Thirkell se despacha a gusto: educación y posición social, discriminación de género, ideología política, las terribles secuelas generacionales de la Primera Guerra Mundial… Mucho más divertida que nuestra ingeniosa Barbara Pym, Angela Thirkell tiene una mirada igual de analítica e inteligente pero sabe suavizar el impacto y el sarcasmo con un enfoque de comedia alocada y deliciosa que tan bien supo llevar a la pantalla Ernst Lubitsch o Billy Wilder.
La clave de Fresas silvestres, además de una encantadora comedia llena de equívocos y escenas al más puro estilo P. G. Wodehouse o George Barr McCutcheon (atención al desayuno a tres bandas entre David, la señorita Stevenson y Mary, o las ensoñaciones heroicas de Mary en el capítulo posterior; divertidísimas), son unos personajes carismáticos que rebosan charming y honradez. Desde la tristeza contenida de John, hasta el despistado egocentrismo del brillante David —que me ha recordado mucho al David Larrabee de Sabrina (Billy Wilder, 1954)—, pasando por la inteligencia emocional de Agnes o el pragmatismo de Henry y Martin, Angela Thirkell despliega todo un elenco familiar de caracteres que se dan pie en unos diálogos geniales y se complementan en una acertadísima coreografía tragicómica. Y si David Leslie bien podría haber inspirado al David Larrabee de Billy Wilder, Emily Leslie, la matriarca, tan excéntrica y maravillosa, podría ser la musa para la Amelia de Alejandro Palomas, un puntal de esta novela coral que te robará el corazón.
Deliciosa, divertida, ingeniosa, con un alcance emocional y crítico más profundo del que podría parecer a simple vista, Fresas silvestres es una novela ambientada en los años treinta del siglo pasado en la Inglaterra rural —en el ficticio condado de Barbetshire inventado por Anthony Trollope— que te encantará muchísimo. Palabrita.
Lector, el ingenio de P. G. Wodehouse, el feelgood de D. E. Stevenson, la pizca de locura de Winifred Watson… Y el estilo único y personal de Angela Thirkell.
También te gustará: El libro de la señorita Buncle; Las cuatro Gracias; Villa Vitoria; Miss Pettigrew lives for a day; Mr. Rosenblum sueña en inglés; Seguro de amor; Los millones de Brewster; Luna de verano
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Fresas silvestres
Ohhh, me encanta, creo que la disfrutaría.
Besos
Sin duda alguna porque es charming british del que nos gusta. Perfecto para desconectar este verano ;-) Besos.
Apuntadísimo para las vacaciones ;-)
Besos
Te ha atrapado pero bien. Tal como la cuentas es la novela del año o más, de la década si me apuras. Supongo que ha creado para ti un mundo perfecto que aunque no puedas habitar si puedes refugiarte en él. Y además también te gana con los personajes. Ya me la había apuntado por la reseña de Undine pero voy a subirme unos cuantos puestos.
Aish, es que cuando necesitas desconectar y huir, cuando el mundo alrededor se te hace tan feo y ruidoso, no hay nada como la campiña inglesa y la familia excéntrica que nos ofrece la señora Thirkell. No te esperes «Crimen y castigo», pero es a veces necesitamos solo la paz y la sonrisa… ¡Y a los Leslie! Besos.
Ays, pues creo que disfrutaría mucho con esta historia y conociendo a estos personajes. Apunto, que no conocía la novela.
Besotes!!!
Es divertida, ingeniosa, feelgood, simpatiquísima. Literatura para pasarlo en grande y hacer un paréntesis. Besos.
Hola Mónica, me ha encantado la reseña, ya te pregunté por Twitter que te estaba pareciendo y aunque tenía este libro en mi lista de pendientes ya lo compre y en cuanto termine varias colaboraciones me pongo con el. Lo tiene todo para el verano, la narración exquisita, la historia, el humor inglés, los enredos, me encantan en las novelas…
Mil gracias por la recomendación
Besitos
Pues sí, es tal y como dices, tiene todo eso y más. Viene muy bien para pasarlo bien con una narración inteligente y unos diálogos ingeniosos como las películas de Ernst Lubitsch. David me ha recordado muchísimo al David Larrabee de «Sabrina», el encanto de los personajes y de la trama va por ahí, para que te hagas una idea ;-) Besos.
Hace tiempo que no leo nada de Gatopardo y eso que tengo uno en la estantería. Pero este me lo llevo apuntadisimo que me gustan este tipo de novelas. Besos
A mí me suele gustar bastante el catálogo de Gatopardo, sobre todo cuando se ponen british. Me encanta que editen en castellano a Barbara Pym o a Elizabeth Taylor, pero es que con Angela Thirkell me han enamorado definitivamente. Ya me contarás si te gusta. Besos.
Está claro que disfrutaste con su lectura, Mónica: tu reseña te delata. No me importaría leerla, ya lo creo. Novelas de este calado ayudan a llevar los días de una forma más apacible. Besos.
Pues creo que ahora que se acercan las vacaciones de verano, es un momento perfecto para que relajes con esta novela y la disfrutes en calma. Es perfecta para desconectarse del mundo y te a poner la sonrisa en los labios. Besos.
¿Cómo que dónde ha estado Thirkell todo este tiempo? ¡Pues esperando a que la descubrieras! jajaja xD.
Madre mía, qué de nombres maravillosos apuntas en la reseña, Mónica. Sabes que lo tengo esperando en la estantería, así que este verano cae al cien por cien. Lo voy a disfrutar (como mínimo) tanto como tú, eso lo tengo clarísimo. Oye, ¿se explica en algún momento (o se sabe) por qué usó el condado creado por nuestro adorado Trollope? Es que me parece muy curioso :)
¡Besote!
La señora Thirkell debería haberme hecho señales de humo o algo, jajajajaja. Vengo ahora de Twitter y me pregunta Gatopardo si estamos ante una nueva fiebre, tipo la de Barbara Pym, y que quizás estaría bien una Thirkell anual como con Pym ¡Por favor! ¡Sí! No hay ni que preguntarlo, jajajajaja.
Pues no he encontrado por qué escoge a Trollope, aunque estuve curioseando en la bio de la señora Thirkell por culpa de esa familia tan interesante que tiene (¿te imaginas crecer, educarte y escribir rodeada de esas personas? ¡Qué grande!). Cuéntame si tú lo descubres, please, me pareció como una señal para leer esta novela :-))) Yo creo que leí «nieta de Burne-Jones» y ya caí falling in love sin remedio, jajajaja. Ahora en serio, no quiero ponerte las expectativas demasiado altas, que luego ya sabemos qué pasa. Tú piensa que es algo entretenido y ya está (mentira). Besotes XD
Vaya reseña te has marcado, Mónica. A mi ya me convenciste cuando te hiciste la misma pregunta que hoy nos traes en la reseña, en Instagram y fui derechita a comprarlo. Ya lo tengo esperando y creo que puede ser un buen momento para leerlo.
Besos
Pues sí, ahora que vienen las vacaciones veraniegas es perfecto porque es una novela para disfrutar, para leer con calma y sosiego, para sonreír y caer rendido a los pies de la señora Thirkell. Me gusta mucho esta crítica social tan inteligente y divertida, además de los personajes excéntricos, ya lo sabes ;-))) ¡Ojalá te guste tanto como a mí! Besos.
Bueno… venga… me has convencido…!!!
Aunque no sé por qué me extraña, si (casi) siempre lo haces… !! Y es que los títulos de Gatopardo pocas veces defraudan… ;)
¡Jajajajaja! Te imagino toda compungida porque tienes una pila enorme por leer, pero diciendo, «bueno, otro más a la pila», jajajaja. Aish, yo creo que te lo pasarás muy bien con Angela Thirkell, ya verás, ya. Gatopardo es que nos robó el corazón con Barbara Pym y con Elizabeth Taylor y con tantos otros british maravillosos del siglo pasado, ya tiene un lugar en nuestro corazón lector, sin duda, pero es que ahora, con Thirkell, me lo ha robado por completo. Besos.
Madre mía y dónde estaba yo que no había leído esta reseña? Jolines no puedo contigo, ya acabo de poner a Wodehouse en mi lista de Amazon y tengo que volver a entrar para meter esta. Voy a dejar de visitarte que al final no tengo tiempo material para leer todo lo que nos traes por aquí… ¡¡Que maravilloso suena!!!
Un besazo