Dos días después de su cuarenta y dos cumpleaños, el señor Bonifaz Vogel empezó a oír una voz que procedía del entarimado del suelo de su tienda de animales y le subía desde las sandalias, y por las piernas, pidiéndole comida y un orinal. Una voz amiga que le acompañó durante los últimos meses de la guerra y que acabó por darle sabios consejos comerciales y procurarle el consuelo de enseñarle a rezar el abecedario en la lengua de Dios. La voz era del niño Isaac Dresner, un huérfano que salió huyendo de las balas de un soldado nazi y se escondió en el sótano de la tienda del señor Vogel buscando refugio para encontrar a un padre y a un hijo. Fuera de la tienda de canarios del señor Vogel, Dresden se deshace en llamas bajo las 4.000 toneladas de bombas incendiarias de los aliados y la frágil Tsilia Kacev deja atrás al pintor Ackerman y tropieza con el destino. El final de la guerra les encuentra así, cogidos de la mano, frente a la puerta de la tienda del señor Vogel, anodadados por la destrucción y el desamparo —porque ¿dónde encaja la monstruosidad humana?—, solos y unidos para siempre ante la atónita mirada de un soldado cualquiera.
«La cabeza de Pearlman, a pesar de haber quedado una enorme eternidad atrás, quedó presa para siempre al pie derecho de Isaac, a través de la cadena de hierro que une una persona a otra. Ése era el motivo por el que cojeaba levemente y lo haría durante el resto de su vida. Cincuenta años después, Isaac Dresner aún arrastraría con el pie derecho el peso de esta cabeza lejana.«

Editorial: Rayo Verde
Ilustraciones: Elisa Ancori
Colección: Rayos Globulares
ISBN: 978-84-15539-90-2
Género: Novela
Publicado en enero de 2015
304 páginas
Alfonso Cruz (Figueira de Foz, 1971) es escritor, director de películas de animación, músico e ilustrador. En 2012 recibió el Premio de literatura de la Unión Europea. Es el autor de una antología de relatos y de las reconocidas novelas Jesús bebía cerveza, El pintor debajo del lavaplatos o la extraordinaria La muñeca de Kokoschka.
El artista Oskar Kokoschka, incapaz de recuperarse del abandono del amor de su vida, decidió construir una muñeca exactamente igual a su adorada amante. Sin embargo, pese a la exactitud de su fisonomía y a que le inventase incluso un pasado y una historia, Kokoschka acabó por destruir la muñeca; seguramente porque, como escribe Alfonso Cruz en esta novela, «Una persona no existe sólo por tener un cuerpo. Necesita tener vida social. Necesita la palabra, el alma. Necesitamos a los otros.» Pero sobre todo porque, como decía la condesa triste,
«Son los otros los que nos hacen vivir, especialmente los que nos aman«.
La muñeca de Kokoschka es una historia que contiene muchas otras historias, historias que se superponen (como los retratos de Tsilia) porque el mundo está hecho de ángulos superpuestos. Es la historia de Isaac Dresner, que sobrevive a la Segunda Guerra Mundial, pierde a sus padres y a su mejor amigo, adopta al señor Vogel y acaba por abrir una librería permanentemente en quiebra a la que bautiza Humillados & Ofendidos. Pero también es la historia del señor Vogel, que oye voces y aprende a rezar, que no entiende por qué la gente compra pájaros mientras afuera llueven bombas, que sobrevive a toda su familia y se enamora de una condesa triste. Y la historia de Tsilia, y de Adele Varga y de su abuela Anasztázia Varga, del músico Mathias Popa que se convierte en escritor y es encontrado por Isaac Dresner… Personajes con sus propias vidas que se cruzan y dan vida a otros personajes (en el caso de Popa, literal y literariamente), vidas abriéndose camino pese al horror de Dresden en llamas, pese a la tiranía del patriarca Varga, pese a la muerte que a veces les pisa los talones.
La novela de Alfonso Cruz es asombrosamente hermosa, por su laberinto de historias dentro de la historia pero también por la infinita ternura de sus personajes, su indestructible pasión por la vida y ese sentido de sobrevivir sobre el Dresden del mundo. Destaca especialmente la magnífica narración de la primera parte, las bellísimas cartas de Isaac Dresner y de la condesa Zajac, los conceptos de vida y de destrucción que con tanta soltura maneja Cruz, y la monstruosidad de fondo que por siempre encarnará Dresden. Con un léxico rico, una arquitectura gramatical extraordinariamente bella y unas metáforas tan luminosas que el lector no puede dejar de leer desde el primer capítulo, justo cuando el señor Vogel empieza a oír voces que vienen del suelo de su tienda, La muñeca de Kokoschka es una pequeña joya que a ningún lector debería pasarle inadvertirla.
«Hay siempre un lado positivo. Observe que el bigote de Hitler tenía su gracia en Charlot. Y el bigote de Charlot era abominable en un Hitler. Una misma cosa, si cambiamos el contexto, determina nuestra alegría o nuestra tragedia.«
Lector, no existe mentira en la literatura.
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Uys, pues ni idea de este libro pero tiene una pinta maravillosa. Me dejas con muchas ganas.
Besotes!!!
No me importaría leerlo en un futuro próximo porque tu comentario de ha tocado la fibra sensiblera.
Besos
Esta novela ya te pega más que la anterior que nos trajiste, supongo que de vez en cuando sales de lo amable y tierno para cambiar un poco pero vuelves enseguida. Si no hubiera ese contexto histórico no me lo pensaría pero ahora mismo no puedo con más guerra.
Para más adelante.
Besos
Pues no conocía a este artista portugués, Mónica, que veo que hace de todo (¿qué películas de animación son suyas?).
El libro me ha llamado la atención, así que lo anoto.
bsos!
No me importaría leerla. NO la conocía pero creo que me podría gustar.
Parece muy interesante. No lo he visto en ningún sitio.
No la conocía pero tiene aspecto de merecer mucho la pena. Gracias por la reseña
Un beso!
No lo conocía, pero creo que entre tú y la portada me habéis convencido.
Uy, pues es la primera vez que lo veo.
Lo indagaré!
Besos.
Margari: De verdad que es una pena que pase desapercibido, es una novela estupenda, distinta, y es un placer leer a Alfonso Cruz, ya verás, ya… Bss
Marina: Pues te confieso que se me han saltado las lagrimitas en la primera parte, en esos primeros capítulos de un Isaac Dresner niño, solo, pensando en su madre, que nunca le verá crecer. Bss
Norah Bennett: La guerra no es más que le punto de partida de esta historia. La ciudad de Dresden estaba totalmente arrasada por 4.000 kilos de bombas incendiarias. Los protagonistas se preguntan cómo encaja esa monstruosidad en el ser humano, cómo seguir adelante y no quedarse para siempre entre las ruinas de ese Dresden. Pero sí, me has pillado, es una historia (bueno, varias historias que convergen y vistas desde distintos ángulos) que destila ternura, sobre todo por los personajes principales :-))) Bss
rossy: Yo tampoco le conocía y me ha encantado leerle por primera vez, No me sorprende nada que sea cineasta, explica las historias de una manera tan visual que te parece estar viendo la peli. Sus trabajos de animación más famosos son "Dos diarios y un azulejo" (basado en la obra del poeta Mario Sa Carneiro, recibió varios premios de prestigio) y "El desalmado". Pero busca por ahí porque también tiene libros ilustrados chulísimos, como este: http://www.estantedelivros.com/2010/06/almanaque-do-dr-thackery-t-lambshead-de-doencas-excentricas-e-desacreditadas.html
albanta: Esta sí que te la recomiendo de todo corazón, creo que te encantaría esa estructura de historias dentro de otras historias, y de esa saga familiar de los Varga :-)) Bss
amparo: Es de Rayo Verde editorial, que tiene verdaderas joyitas. Pero es autor también ha publicado con otras editoriales: "Jesucristo bebía cerveza" con Alfaguara, y "El pintor debajo del lavaplatos" con Tragaluz. Un autor muy interesante y original. Bss
Lesincele: Sí, es de esas historias que no puedes dejar de leer, que desde el primer capítulo te enganchan y tienes que seguir y seguir para ver cómo van encajando todas las piezas. Además de que la prosa de Cruz es una delicia. Bss
Caminante: Ah, las ilustraciones son muy bonitas también :-) La de la portada hace referencia a la tienda de pájaros del señor Vogel pero también a una metáfora que se repite en la novela: no todas las jaulas son físicas, algunas nos las ponemos nosotros mismos dentro del alma.
Buscando mi equilibrio: Lo publicó Rayo Verde a principios de este año, aunque el autor ya tenía un par de novelas editadas en nuestro idioma. Creo que vale mucho la pena, es una pequeña joya. Bss
Qué libro tan pintoresco! No lo conocía y me convence: el pintor me llama mucho y esa historia laberíntica tiene pinta de atraparme! 1beso!
Gracias, Mónica, por la información.
bsos!
Parece un libro bastante duro, no sé si ahora mismo sería el momento adecuado para abordarlo…
un beso.
He aquí otro que está un poco saturado con el trasfondo bélico (estoy precisamente con "Persépolis") Pero aún así, siempre admiro esas novelas que consiguen sacar la belleza y también la esperanza del modo que sea tras una carga así, tan terrible y tan cruda pero tan real.
Besotes, Mónica!
Una gran propuesta la que nos traes, creo que en el momento adecuado sería una lectura que disfrutaría
Besos
Impresionantes, las pinceladas que nos das de esta novela. Creo que esperaré a un estado de ánimo más acorde con la trama. Ahora mismo, ando sensiblera y no sabría aprovechar su parte buena. Abrazos.
Tizire: Es verdad lo que comentas, es una lectura original y a veces piensas en esas muñecas rusas que se guardan una dentro de la otra pero aquí son las historias las que van encajando unas dentro de otras. Seguro que lo disfrutas. Bss
rossy: De nada :-)))
Azalea: Pues aunque el principio es muy triste lo cierto es que los personajes son optimistas, sobre todo Isaac Dresner, y consiguen tener buenas vidas, lejos del caos y la destrucción de aquel Dresden de las 4.000 toneladas de bombas incendiarias. Bss
Rober: En este caso, la guerra (más que la guerra el escenario dantesco de Dresden destruido por la guerra) no es más que el punto de partida de esta historia. Te la recomiendo por distinta y original, y por esa narrativa del autor tan plástica y visual. Oye, pronto nos cuentas qué tal "Persépolis", ¿verdad? Bss
Carax: Sí, creo que te gustaría, por todas las razones que he ido enumerando, pero sobre todo porque es un placer leer a este autor, no pienso perderlo de vista, y por la originalidad de la narración, y los personajes… sobre todo porque tienes que conocer a Isaac Dresner y al señor Vogel :-)
Marisa C.: Uy, reconozco que en la primera parte eché mi lagrimita, es verdad. Pero después, Isaac tiene tanta fuerza vital y tanta poesía que te lleva por caminos mucho menos tristes y espantosos que el de ese punto de partida en Dresden, con el amigo muerto y su orfandad. Bss
Estupenda tu recomendación y me encanta la portada. Conozco Dresden y es asombroso como la vida se abre paso y somos capaces de reconstruir las ciudades de nuevo sobre sus cenizas. Igual sensación tuve en Varsovia. Pareciera que nunca pasó anda allí al ver todo tan inmaculado y tan… parecido a lo que había.
Además de esto me encantan las historias de familias y de personajes, así que apuntado queda aunque me quedo mejor con la portada. Seguro que me resulta más sencillo no perderme en la librería :)
Bs.