Jimena es una adolescente con una prolífica imaginación que se siente triste y desanimada cada vez que comprueba la ignorancia becerril de los amigos que la rodean. Segura de si misma, con un criterio de la moda muy particular, y cansada de que le digan que tiene que perder unos kilos, Jimena se desespera a la búsqueda de algo interesante que la sorprenda. Alejada de un verano que promete ser igual a otros tantos, se sumerge en la relectura de su libro favorito, Jane Eyre, imaginando que ella es Jane y suspirando por el señor Rochester. Convencida de que los hombres más atractivos del mundo han nacido de la pluma de escritoras femeninas, la llegada de Samuel, Ojos de Musgo, la va a incomodar de maneras que nunca hubiese sospechado.
La clave principal para disfrutar de este breve librito consiste en dejarse llevar por la prosa envolvente de Carmen Gómez Ojea. Escritora extraordinaria, la autora sabe construir un lenguaje propio a través de sus frases larguísimas de montaña rusa para transportar al lector de cresta en cresta, pero siempre mecido por las olas estupendas de esta original historia. Sí, original pese a que trate del tema más antiguo y utilizado del mundo. Pero una originalidad que no radica tanto en los hechos, ni en los personajes (a excepción de la intrincada Jimena) sino en su prosa de juglar y en su gramática de epopeya. Este es un libro que se disfruta a sorbos breves pero intensos para apreciar con calma un estilo personalísimo de escritura que encanta por su calidad, agudeza y sobrio sentido del humor.

Lector, ¿todavía eres capaz de resistirte a un título como este?
También te gustará: Un haiku para Alicia; 35 kilos de esperanza
Hace tiempo que quería reseñar algún libro de Carmen Gómez Ojea y siempre pensé que empezaría por "Cantiga de Agüero" (Premio Nadal), pero cuando tropecé con este título tan curioso,no me pude resisitir. Es novela juvenil, pero por su lenguaje y su calidad literaria es un gusto leerla sea cuál sea tu edad.
No sé qué decir, la verdad, excepto que has despertado mi curiosidad, aunque lo reconzco, siento cierto miedo a las novelas juveniles.
Y no es que no las disfrutara (y mucho) en mi adolescencia, o que crea que no pueden tener una gran calidad literaria, es que me veo tremendamente alejada de sus temas, y no sé si me apetece volver a ellos.
Bueno, la gracia de esta novela (muy breve) es disfrutar de una prosa estupenda. La protagonista también resulta un encanto por su mirada de adolescente tan vital, apasionada y, a veces, un incluso un poquito insoportable. No es la típica temática de amoríos, te aviso por si te lo temes. De todas formas, si no te convence para empezar con esta autora, te recomiendo su "Cantica de Agüero", 100% para adultos ;-)