1812, las tropas napoleónicas están librando una encarnizada batalla contra el ejército ruso a las puertas de la pequeña ciudad de Sbodonovo. La campaña rusa está siendo más dura de lo esperado y Napoleón Bonaparte mantiene el tipo como puede frente a su estado mayor, mientras mira a través de un catalejo el desarrollo de los combates. De pronto, por entre los despojos del casi aniquilado flanco derecho francés, aparece un batallón de valientes que, en perfecta formación de cuadro, avanza sin dudar hacia los cañones enemigos. Bonaparte manda a un mensajero para averiguar quiénes son esos héroes patriotas que se lanzan con tanto arrojo por amor a la France y a su general. Cuando el ordenanza vuelve con la noticia nadie puede creerse lo que cuenta: los valientes que tan arrojadamente avanzan bajo fuego infernal ruso, y sobre los cadáveres franceses que en su momento fueron el flanco derecho, son, nada más y nada menos, que el 326 batallón de Infantería de Línea; es decir, los españoles. Al grito de «togegos, togegos», Napoleón envía a su jefe de caballería a apoyar a estos valientes, conmovido por la furia española y decidido a evitar que aquello acabe en un hermoso suicidio. Cuando el 326 de Línea ve aparecer a Murat al galope ven como sus planes se truncan. Y es que el 326 no tenía intención de pasar a la gloria como los valientes de Sbodonovo, precisamente.

La sombra del águila es un estupendo relato de ficción, basado en hechos reales, de Arturo Pérez-Reverte. El autor confiesa que lo pensó, en vísperas de irse a cubrir la guerra de Bosnia, como un folletín ligero e informal que el diario El País iba a publicar por entregas. Sin importar su formato, se trata de un estupendo ejercicio de humor y sarcasmo sobre la condición humana y la guerra, sobre el carácter de los españoles y sobre la azarosa escritura de la Historia. Divertido y trágico a la vez, engancha al lector desde la primera de sus páginas por su vertiginoso ritmo, su estupenda prosa y la casi cinematográfica fuerza de sus escenas de batalla. Se nota la experiencia como reportero de guerra de Arturo Pérez-Reverte en la magistral puesta en escena, en la nitidez del horror que le provoca el conflicto y en el punto de vista profundamente humano de los protagonistas. Sin duda, un relato para disfrutar con una sonrisa pero también para acercarse, desde otro punto de vista, al trágico coste humano de los sueños de grandeza de cualquier general con ambiciones de emperador. Y, por supuesto, que la Historia la escriben los ganadores, que nunca son soldados.
Lector, aquí tienes una historia para disfrutar, un divertimento cortesía del maestro (en literatura) Pérez-Reverte. Sencillamente genial.
También te gustará: La tabla de Flandes; La piel del tambor; Sangre joven
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La sombra del águila (tapa blanda)
La sombra del águila (tapa dura)
Efectivamente: genial.
A mí me entusiasmó: lloraba de la risa y de la pena también, todo junto.
Isi, descubrí este relato de Pérez-Reverte en tu blog y me encantó, así que muchas gracias por tu estupenda reseña. La caricatura de Bonaparte y su plana mayor es buenísima y te ríes un montón con las intenciones de los soldados españoles. Aunque, claro, como bien dices, pronto el horror de la guerra te hace saltar las lágrimas.
jeje no sabía que lo habías visto en mi blog primero (o, si lo sabía, no me acordaba). En todo caso, recuerdo que mucha gente me comentaba que PR no les caía bien y que por eso dejaban pasar sus libros, y yo creo que se están perdiendo historias geniales. Y eso que solo he leído 2 relatos suyos, nada más! jeje
Por cierto: Un asunto de honor también es muy recomendable!!
¿Sabes que tengo todas sus novelas porque mi señor padre me compró toda la colección que salió el año pasado con El país. ¡y la tengo tooooda pendiente!
Sí, a mí también me han comentado lo mismo y entiendo lo que quieren decir. Es cierto que si un autor te cae mal, te mires su obra con otros ojos. Yo he tenido la suerte de leer casi toda su obra cuando aún era un escritor prudente que no hacía declaraciones incendiarias, así que leí muy a gusto y disfruté porque, sea como sea, escribe muy bien. Me gusta su dominio del lenguaje, aunque algunas de sus novelas "flaqueen" al final. Sí que he leído "cachito", y "La reina del sur", "La tabla de Flandes", etc. Por eso me sorprendió tan gratamente encontrar en tu blog ese pequeño relato, porque no lo conocía.
Sí que sabía que tu padre enrollao las tenía todas!! Lo leí en una de tus entradas!! Pues mira, aprovecha y lee "La piel del tambor", creo que es de las más entretenidas que tiene. Creo que me quedé un poco prendada del protagonista. Eso sí, si tengo que elegir por la calidad de la obra, me quedo con "la sombra del águila".