El padre de Benny llega a casa con una noticia que trastocará su familia por completo: la empresa para la que trabaja ha decidido enviarles a Túnez. Benny ha vivido toda la vida en Irlanda y no está dispuesto a prescindir de sus partidos de hurling, por lo que se toma el traslado como la mayor tragedia conocida en sus doce años de vida. Aburrido y confinado en una protegida urbanización para extranjeros, sus peores temores se confirman: en Túnez nadie ha oído hablar de hurling ni nada que se parezca. Sin embargo, un día se topa con Omar, un solitario tunecino de su misma edad, que le brinda la oportunidad de arriesgarse a conocer otra manera de vivir, de divertirse, de entender el mundo. Omar es huérfano, vive en una cabaña hecha de basura, chapurrea alguna palabra en inglés pescada de la publicidad de las multinacionales, come lo que encuentra y le encanta el futbol. Benny comprenderá que tiene mucha más suerte que la mayoría de chicos del planeta y que, al fin y al cabo, no importa demasiado qué deporte puedas practicar si no tienes a ningún amigo con quién compartirlo.
Benny y Omar es una de las pocas novelas de Eoin Colfer que no se incluye en el género fantástico o de la ciencia ficción, y lo cierto es que al final resulta tanto o más mágica que las que sí lo están. La prosa de Colfer, siempre fresca, colorida y contundente, da vida a una historia que acaba convirtiéndose en algo extraordinario tan sólo por lo especial de sus dos protagonistas y la amistad que surge entre ellos. La clave está en el choque cultural y vital entre un Benny europeo, acostumbrado a tenerlo todo, y un Omar tunecino, huérfano y sin recursos que sabe sacarle partido a lo poco que posee. Colfer desarrolla con maestría una amistad entre estos dos adolescentes, que empiezan por no compartir ni siquiera el mismo idioma, que encanta al lector tanto como la magia de su entrañable Artemis Fowl o de su fantástica Futuro Azul. Sin duda, la especial sensibilidad del autor a la hora de retratar los sentimientos y relaciones de los adolescentes, como ya demostró con magistral simpatía en La última oportunidad, contribuye a hacer de Benny y Omar un pequeño tesoro de la literatura juvenil.

Lector, no te preocupes si leyendo estas entretenidas páginas sorprendes a Omar Ben Ali riéndose de tus tan serios problemas civilizados.