En junio de 1895, miss Almina Wombwell, hija ilegítima de Alfred de Rothschild, se casó con George Edward Stanhope Molyneux Herbert, quinto conde de Carnarvon, en Westminster. Almina se convirtió en condesa de Carnarvon y aportó a las cuentas de la familia la fabulosa dote que solo una Rothschild de finales del siglo XIX podía aportar. Al instante quedó prendada de su nuevo hogar, Highclere Castle, una hermosa construcción victoriana perfectamente integrada en el paisaje de la campiña inglesa a medio camino de Winchester y Oxford. El impresionante castillo, comandado por el mayordomo Streatfield, resultó todo un desafío de intendencia para la jovencísima Almina, que supo tomar las riendas de tan extraordinario patrimonio y organizar fiestas de 500 invitados o fines de semana de cacería y festines con el príncipe de Gales. Lord Carnarvon, viajero incansable, conductor temerario (¡iba a 40 km/h!), coleccionista de antigüedades egipcias y filántropo, financió más de doce años de excavaciones en Egipto junto a su amigo, el arqueólogo Howard Carter, con el broche de oro del descubrimiento de la tumba de Tutankamon. Su esposa Almina, inquieta, emprendedora, referente en la vida cultural y social de la época, transformó temporalmente Highclere Castle en un hospital militar para atender a los heridos de la Gran Guerra; sus aportaciones como enfermera y gerente de hospitales fueron pioneras a principios del siglo XX.
«Highclere era una nave sólida capitaneada por Streatfield, el mayordomo. La realidad, como todo el mundo sabía, era que las condesas iban y venían. No es que Almina careciese de influencia o importancia, pero enseguida tuvo que asumir que solo era una pieza de un engranaje que perduraría para la posteridad. Una de las primeras tareas de su llegada fue entender la historia y la comunidad de la que formaría parte.«
Llegué a este libro gracias a la siempre genial Miss Hurst de Las Inquilinas de Netherfield, que me dijo «Es casi una compilación histórica, con muchos datos de gastos de la mansión, de comidas, de vestidos de la época, de cotilleos de sociedad a principios del siglo XX, de la Gran Guerra,…» Y me enamoró. Me encanta el ensayo histórico tanto como aborrezco la mayoría de novelas históricas, supongo que por deformación profesional, qué le vamos a hacer. Pero, claro, un libro en el que aparecía el quinto conde de Carnarvon («¡El de Howard Carter!» le dije entusiasmada a Miss Hurst) por fuerza tenía que caer en mis manos. Solo lamento que a día de hoy, esta edición de Suma de Letras esté agotada y solo se pueda conseguir de segunda mano o en edición digital. Ojalá fuese posible una reedición (ahí lo dejo, encantadores editores de Suma).
La historia de los condes de Carnarvon y de Highclere es la historia de la Gran Bretaña de principios de siglo, el fin de la era victoriana, el breve paréntesis eduardiano, los hermosos vestidos de gala de apretado corpiño y hombros al descubierto, los castillos habitados, los sombreros de Ascot, el horror de la Gran Guerra, Lloyd George, Churchill, las últimas expediciones por tierra ignota, la electricidad y los coches, el descubrimiento de la tumba de Tutankhamón, la inyección (matrimonial) de liquidez de las grandes fortunas occidentales en las más antiguas familias aristocráticas inglesas. Pero es también el canto del cisne de las grandes mansiones donde generaciones de propietarios y sirvientes perpetuaban un estilo de vida y tradiciones a punto de desaparecer.
He disfrutado especialmente de las bodas, fiestas, vestidos y parentescos, así como de seguirle la pista a los Rothschild y a los Primer Ministros británicos (atención al ajustado retrato de la política de esas tres décadas y de cómo afectó el impuesto sobre sucesiones a los grandes patrimonios británicos a partir de los decretos de Lloyd George). Los capítulos dedicados a la Gran Guerra y sus devastadoras consecuencias son extraordinarios por su brillante exposición y su extraordinario análisis social, político y económico. Y las últimas páginas, dedicadas al descubrimiento de la tumba de Tutankhamón, aunque saben a poco, son emocionantes y nostálgicas. Además la edición incluye un buen número de reproducciones de fotografías y documentos originales, procedentes del archivo de Highclere Castle, que aportan un valioso testimonio gráfico de la época y de sus protagonistas; me han resultado de tanto interés como el texto.
Lady Fiona Carnarvon, la autora de este magnífico ensayo, se casó en 1999 con el actual conde de Carnarvon y desde entonces viven en Highclere. Aunque apenas hace referencia al rodaje de la serie televisiva Downton Abbey ambientada en Highclere (ni falta que hace), esta lectura proporciona un contexto histórico minucioso y espléndido para entender la sociedad y la política de la época. Con un estilo impecable y un tono ameno, claro, didáctico, la actual Lady Carnarvon se sirve de los valiosos archivos documentales de Highclere para ofrecer al lector una aproximación vívida y única a los quintos condes de Carnarvon y a su familia. En mi opinión, supera con creces cualquier intento de novelización histórica de esa época.
Lector, tesoro histórico.
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Lady Almina y la verdadera Downton Abbey: El legado perdido de Highclere Castle
No es un género que suela leer, pero este libro me tienta por el tema que trata. Debilidad por esta época. Así que si se cruza, no voy a dudar.
Besotes!!!
A mí me gusta mucho alternar novela con ensayo y este libro tan bien documentado (los archivos y las fotografías te van a encantar) me ha robado el corazón. Lo encontré en el blog de Las Inquilinas de Netherfield y supe que me gustaría, lo que sabía es lo mucho que me ha chiflado :-))) Besos.
Tiene muy buena pinta y, como ya les dije a Las inquilinas cuando publicaron su reseña, no me importaría leerla, pero tendrá que ser en digital si ya está descatalogado.
Besos
Sí, en digital lo encuentras en Amazon. He estado buscando de segunda mano pero sube bastante el precio. Mi ejemplar es de la biblioteca, pero creo que me lo compraré en digital para tenerlo porque me encanta. Ojalá Suma de Letras hiciese una reimpresión porque es genial. Besos.
No he visto Downtown Abbey, por lo que cada vez que una reseña de un libro tiene algo que lo relacione, me quedo como el Tío Faba (conforme estoy, estaba), porque no sé si me gustaría o no.
Quizá sería mejor ver algún capitulillo de la serie para decidir si es mi estilo o no. Por el momento, dejo pasar tu propuesta.
Besos.
Anda, no conocía eso del tío faba XD. No te preocupes nada por Downton Abbey, yo tampoco la he visto y no hace nada de falta para este libro. De hecho, creo que lo ponen en el título como reclamo publicitario pero no se habla de la serie televisiva para nada, simplemente es que se rodó en Highclere Castle (que es alucinante) y ya está. Si te apetece, es un ensayo documental sobre Lord y Lady Carnarvon desde finales del siglo XIX hasta después de la Gran Guerra y el descubrimiento de la tumba de Tutankamón. Besos.
Hola guapa, recuerdo haber visto este en el blog de las Inquilinas… no sé qué le comenté. Pero es verdad que leer algo, aunque sea poco, que se relacione con la historia del descubrimiento de la tumba de Tut, ¿cómo no me va a llamar la atención? A ver si me hago con él.
un besazo
Sí, yo lo encontré justo allí, en el blog de Las Inquilinas de Netherfield, no sabía de su existencia hasta que Miss Hurst hizo la reseña. Creo que te va a encantar y no solo por Howard Carter, Tut y Lord Carnarvon, ya verás ya… Si te animas me cuentas, pero es que creo que te entusiasmará tanto como a nosotras dos. Besos.
Qué buena pinta!!! Otro que me apunto!
Es estupendo y viene muy bien para descansar entre novela y novela de ficción. Saludos.
¡Me encanta! ¡Qué buena pinta! A mí si me gustan las novelas históricas (bien escritas, claro), pero no le hago feos a estos «ensayos históricos», al contrario, me devuelven a mi más tierna época de universitaria, jejejeje. Abrazos.
Uy, Marisa, te va a encantar, ya lo verás. Te digo lo mismo que a Nitocris porque a las que nos seduce la Historia se nos hacen irresistibles estos libros tan bien documentados y con tanto charming. No lo dudes y ve a por él, ya me contarás. Besos.
Bueno, todo lo que te pueda decir sobre este libro y lo que cuenta ya lo sabes. También sabes que aspiro a heredar Highclere Castle por ciencia infusa de un momento a otro; mi rinconcito de lectura ya está apalabrado. Qué pena que en este país cierto tipo de libros no triunfen nada y eso nos obligue a los que sí nos apasionan a convertirnos en Indianas Jones de la literatura en busca de ejemplares que no cuesten un riñón y medio.
¿Sabes que otra cosa me encanta de estelibro? SU autora. Una señora que podría dedicarse perfectamente a no hacer nada y pasarse los días sentadas en mi banco apalabrado, se levantó una mañana, puso patas arriba los miles de documentos del archivo del castillo, se fue a hablar con la gente del servicio que eran nietos o bisnietos de los que estuvieron allí mucho antes que ellos y que tenían montones de cosas interesantes que contar, y se puso a escribir libros.
Pues eso.
Me callo ya.
Soy muy pesada.
xDDDD
¡Besote!
Querida Lady Carnarvon,
Espero que a la recepción de la presente se halle en perfecto estado de salud. Sé que por el aprecio que me tiene sabrá perdonar mi osadía cuando le pida que (por favor, por favor, por favor) me invite a pasar un fin de semana (o unos años) en Highclere Castle. Prometo no darle tormento a su mayordomo. Respetuosamente suya,
Mónica
(no he podido resistirme, jajajajaja).
Mil gracias por descubrirme esta joyita. Tienes razón en lo de que nos convertimos en arqueólogos de piezas literarias como esta, pero también tengo la sensación de que a veces llegan a nuestras manos por pura casualidad. Ambas circunstancias de buscadoras de libros tienen tanto romanticismo que me parece un encanto añadido llegar así a estas lecturas. Sin embargo, cuando pienso en lo que tiene de azaroso dar con ellas y que a menudo resultan estar descatalogada o agotadas, me desanima.
Muy de acuerdo contigo en la admiración hacia la actual Lady Carnarvon.
Besos.
Mira me lo llevo con los ojos cerrados, aunque te he leído enterita. Ya sabes que me muero de amor con Downton Abbey, todo lo que huela a ellos me llama poderosamente. Así que echaré un ojo en los de segunda mano, que me has partido el corazoncito con eso de que ya no está disponible…
Un besazo
Aish, es que no sé por qué estos libros tan maravillosos dejan de editarse… He visto que sí que está disponible la edición digital, pero si puedes hacerte con un ejemplar en papel que sea económico, te la recomiendo más que la digital, porque tiene un montón de fotografías y de imágenes de documentos históricos que se aprecian mucho mejor en la edición de papel. Seguro que te encanta porque además está escrita de manera muy amena y atractiva. Ya me contarás. Besos.