En agosto de 1936, Franco ordenó la quema de libros en algunos territorios españoles. Ese es el punto de partida del maestro Manuel Rivas que en esta espléndida novela, llena de voces entretejidas, deleita con una historia de héroes supervivientes a los totalitarismos. Un coleccionista enfermizo, una lavandera que escucha el lenguaje del río, un boxeador enfermo de libertad,… Todos ellos enhebran sus agujas y van tejiendo este hermoso tapiz multicolor y plural en el que los protagonistas no son los libros, pese a todo. Una novela hermosa y terrible, para disfrutar a grandes sorbos y sin miedo, escrita con el cuidado y el dominio extraordinario de las palabras al que nos tiene acostumbrados Manuel Rivas (¿de verdad escribimos en la misma lengua?). Y es que por algo se dice de este poeta, periodista y escritor que ha demostrado ser capaz de tocar todos los géneros de manera brillante. Qué difícil encontrar palabras para sus manos preñadas de esa saudade que nos cuenta.
Lector, aquí tienes una novela compleja y rica para hundirte hasta las rodillas en su río de voces originales. Atrévete a entrar en la Rosa Taquigráfica, conoce a Luis Terranova y tómate unos vinos con Curtis, por los viejos tiempos.