Atrás ha quedado el apacible Silverstone para Barbara Buncle, así como sus apuros financieros o sus cuitas literarias, pero Londres no parece el mejor lugar en donde disfrutar de la paz de su nueva vida de casada. Aburrido y cansando de las soporíferas veladas de bridge y los compromisos de la ciudad, el matrimonio decide buscar residencia en la apacible campiña inglesa. Barbara, pronto prescinde de los agentes inmobiliarios y encuentra una casa perfecta en el pequeño pueblo de Wandlebury: la Casa del Arco. Pese a las reformas, a los curiosos vecinos y a las visitas intempestivas, los señores Abbott no tardan en mudarse a su nuevo hogar y encontrar su sitio. Pero el inquieto intelecto y la bondad innata de Barbara, además de una serie de casualidades y equívocos totalmente inesperados, pronto la volverán a meter en líos en su nueva comunidad rural. ¿Puede que haya llegado el momento de volver a escribir otra novela?»El anuncio de que los señores Faction & Whiting iban a publicar la mejor novela del siglo, una obra deslumbrante, repleta de aventuras y con un sentido del humor incomparable, solo despertó en su interior una leve curiosidad por saber cuánto habrían pagado a la agencia de publicidad. Dejó el periódico tranquilamente y miró a su mujer, y, al mirarla, sonrió, porque daba gusto verla y porque la quería, y porque le divertía y le interesaba muchísimo.»

El matrimonio de la señorita Buncle es la segunda entrega de las aventuras de la encantadora Barbara Buncle, a quien ya conocimos en El libro de la señorita Buncle. Esta vez, D.E. Stevenson cambia el pequeño pueblecito inglés de Silverstream por el pequeño pueblecito inglés de Wandlebury, es decir, de nuevo la campiña inglesa con «los mismos problemas que en el gran mundo pero vistos del otro lado del telescopio«. Sin duda, es la trilogía de Barbara Buncle el mejor ejemplo de Stevenson de literatura feelgood, casi un manual sobre el género en cuestión. Al igual que en las novelas de E.F. Benson sobre Lucía y Mapp, un lector desprevenido se encuentra con una trama en la que apenas ocurre nada más que cotilleos vecinales aderezados con un peculiar sentido del humor. Pero el encanto del feelgood también reside en la sutilidad: paz, paisajes agradables, atmósferas acogedoras, té de media tarde junto a la chimenea, divertidos malentendidos, romanticismo… El encanto de los pequeños detalles, que Stevenson maneja con magistral soltura, da pie a una reflexión tranquila sobre la vida y la literatura como vía de escape.
El matrimonio de la señorita Buncle
Este artículo forma parte de la iniciativa Adopta una autora.
