En 1962, en Jackson, Misisipi, la segregación racial no se puede tomar a la ligera si eres negro y quieres conservar tu casa, tu trabajo e incluso tu vida. Aibileen y Minny son dos buenas amigas de color que desde la infancia, y al igual que sus respectivas madres, se han dedicado a servir de criadas para las familias blancas de Jackson. Aibileen ha criado a diecisiete bebés blancos y los ha adorado con toda su alma hasta que la educación racista de sus familias abría un brecha insalvable entre ella y todos sus niños. La paciencia de Minny ha llegado a su límite tras tanta injusticia y le resulta imposible confiar en ningún blanco. Las políticas del presidente Kennedy, la lucha por los derechos civiles y Mather Luther King pugnan por cambiar las cosas, incluso en Misisipi, pero la sociedad blanca de Jackson sigue aferrada a sus creencias segregacionistas. En medio de este momento de cambio, Skeeter, una chica blanca, vuelve a la plantación de sus padres tras acabar la universidad. Perdida, desorientada, asqueada por el trato de sus amigas a sus criadas, recibe el pequeño empujoncito de una editorial de Nueva York: ¿y si escribiera un libro sobre la experiencia de las criadas negras de Jackson? Todo parece imposible hasta que Aibileen se cruza en su camino y le abre la puerta de su casa, de su historia, de su amistad.
Criadas y señoras es una historia bien pautada, llena de ternura y de sentido del humor, que resulta original por sus personajes y sus voces pese a tratar sobre un tema tan recurrente en la literatura y en el cine como las relaciones interraciales en el Misisipi del siglo XX. Aibileen, la verdadera alma de esta novela, es una mujer inteligente y extraordinaria, capaz de cambiar las cosas de manera consciente pese a no ser más que una criada para blancos. Su amor por Chiquitina, sus esfuerzos por educarla en la tolerancia y el respeto, son la verdadera esperanza de cambio que germina por entre las páginas de esta pequeña gran historia. Su contrapunto humorístico (indispensable para no hacer de este libro un terrible drama) lo pone su amiga Minny, con su arranques verbales, sus geniales prontos, y su patológica desconfianza haciendo de contrapeso a su infinita bondad. Criadas y señoras es un libro sobre la amistad imposible entre unas mujeres que escribieron de su puño y letra, con riesgo de su propia vida (y no sólo de la exclusión social), uno de los capítulos más valientes de la Historia de Estados Unidos. Kathryn Stockett se revela como una extraordinaria contadora de historias que sabe mantener el misterio, el ritmo y la emoción desde el principio hasta el fin de esta encantadora novela repleta de personajes tan bien construidos como las tres protagonistas, y tan especiales como la madre Skeeter, el Senador, el editor del diario local de Jackson o la siempre invisible Constantine.

Lector, acércate un poquito, sin miedo, y Aibileen te susurrará al oído las historias más emocionantes y dónde hallar la esperanza más recóndita.
Un libro estupendo, conmovedor y optimista pese al tema. Hacía tiempo que no encontraba personajes tan atractivos como Aibileen, Minny y Skeeter.
Por cierto, el viernes pasado estrenaron en nuestros cines la película de "Criadas y señoras". Creo que me pasaré a verla, por curiosidad. Espero que no me decepcione, nunca se sabe qué esperar de las adaptaciones de una novela al cine. No siempre salen tan bien como una se las imagina…
He leído varias reseñas, positivas, sobre este libro, lo que me ha sorprendido es que una persona que lo ha leído me ha dicho que no era una historia, sino muchos testimonios enlazados y la decepcionó un poco.
La película solo sé que ha tenido mucho éxito en USA, pero no tengo más noticias sobre ella.
Tengo muchísimas ganas de leer este libro, lleva ya mucho tiempo en mi lista de pendientes pero con la cantidad de reseñas que están saliendo ultimamente no sé si podré resistir mucho más sin leerlo
loque: Para mí es una historia coral. Es decir, la misma historia narrada por diferentes voces, en concreto, las tres narradoras son las tres protagonistas. Pero la historia es la misma. Me ha gustado mucho, a ver qué tal la peli. Siendo norteamericana quizás la dulcificarán un poquito, como suelen hacer.
Tatty: no te resistas más!!! Disfrútalo!! Es fresco y positivo, viene bien en otoño.
¡Mira, a punto estoy de ir y comprármelo ahora mismo!
Lo quierooooooooooooo :)
Todas decís maravillas sobre este libro!
Jajajajaja!! Bueno, ten cuidado con eso de las expectativas, eh? Que a veces te repiten tantas veces que es maravilloso que luego te decepciona porque te habías hecho una idea grandiosa.
Aunque te prometo que es un libro entrañable, eso como mínimo. Comentamos cuando lo hayas leído!!!
Ayer fui al cine a ver la peli de Criadas y Señoras. Me gustó, el espíritu es bastante fiel al libro aunque tuvieron que meter mucha tijera, claro. Muchos de los personajes no aparecen y se pierden algunas escenas que hubiesen estado bien en la trama cinematográfica, pero en conjunto bien. Un poquito menos dura la peli que el libro, a la hora de contemplar el racismo de los años 60 en Misisipi. Pero ya se sabe que Hollywood tiende a dulcificar un poquito, ¿verdad?
Se me ha borrado el comentario, ataco de nuevo:
– He visto la peli, nunca había oído a tanta gente sonarse en un cine (yo, la primera)
– ¿Recuerdas la recomendación de Isi de "Una temporada para silbar"? Imprescindible, lo he terminado esta mañana y estoy en plena crisis ¡necesito volver a Montana!
Aish, sí, me daba un poco de apuro confesarlo pero lloré un montón. Es que es tan emocionante!! Con el libro llegó un momento que necesité una caja de pañuelos de papel al lado!! Me gusta el cine/literatura que emociona, que nos mueve algo dentro y nos hace llorar (pero no de tristeza!!!).
Pues sí, "una temporada…" cuando Isi lo comentó en su blog me lo apunté en seguida, tiene muy buena pinta. En breve lo atacaré y te cuento.
Yo sólo he visto la película, no leí el libro. Y la película es interesante (por momentos me recordaba a la gran Tomates Verdes Fritos), aunque desde mi punto de vista, demasiado pastelona (en todos los sentidos posibles). La excusa que pone para denunciar el racismo (creo que para eso no hace falta excusa) de que el servicio utilice un cuarto de baño distinto al de los dueño de la casa, flojea un poco. Hay miles de motivos de mayor peso y menos comprensibles. Es cierto que si alguien es bueno para cuidar de tus hijos, también debería serlo para hacer sus necesidades en tu excusado, pero ¡cuanta gente no hay que es incapaz de hacer nada en un baño público o fuera de su propia casa!. Mucho más importante me parece y, apenas se esboza, el hecho de acusar a las criadas negras de robar, por ejemplo.
Comparto tu opinión, la película está demasiado edulcorada y además han desaparecido hilos argumentales por razones de duración. Pero el libro es mucho más consistente y brutal, en el sentido del racismo, y allí sí que está muy bien definidos todos los abusos y violaciones de derechos de la gente de Jackson. Por eso te recomiendo el libro, verás que todo está mejor definido y no es, para nada, pasteloso. Creo que con la peli de "Tomates verdes fritos" pasaba algo parecido con el libro y su versión cinematográfica.