Las últimas excavaciones arqueológicas de finales de los años 90 descubrieron una cantidad sorprendente de huesos infantiles a las puertas de una de las antiguas murallas de Jerusalem. Estas evidencias dieron fundamento a varias teorías históricas sobre la utilización de soldados infantiles en las cruzadas. Thea Beckman recrea esta posibilidad, contándonos la situación desesperada de muchos niños que, arrastrados por el hambre, la enfermedad y la orfandad, eran presa fácil de los predicadores sin escrúpulos. La autora recrea el viaje y la aventura de unos muchachos con diversas motivaciones que aprenderán que la amistad es muchas veces lo único que de verdad les puede alimentar y dar calor.
Lector, esta historia te gustará por sus valores y por un ritmo narrativo brillante, entretenido y conmovedor. Quizás te apetezca acercarte a la historia de unos niños cuyas preocupaciones no tenían nada que ver con la PlayStation o los Jonas Brothers.