En el año 2054 la Universidad de Oxford tiene en funcionamiento una red para viajar en el tiempo y enviar a sus historiadores a documentarse. Las leyes de la red son concisas y seguras y jamás se abre si hay peligro de paradoja temporal ni permite pasar algo del presente que cambie el pasado. Hasta el momento, viajar a la Edad Media había estado vetado por su alta peligrosidad (Peste Negra, Guerra de los Cien Años, cólera, etc.), pero Brasenose por fin ha conseguido permiso del rector y está a punto de enviar a una joven medievalista al Oxford de 1320. El señor Dunwhorty, responsable de los viajes de Edad Contemporánea del Balliol, intenta convencer a Kivrin, una joven alumna de medieval que ha tomado bajo su tutela, para que no viaje a 1320. Pero todo es en vano, Kivrin por fin traspasa el velo de la red hacia 1320 y todo empieza a ir mal. En el Oxford del siglo XXI se desata una extraña pandemia y Kivrin pese a haber sido vacunada contra cualquier enfermedad de 1320, también se pone enferma en la Edad Media. Si los gérmenes no pueden viajar a través la red temporal, ¿qué es esa enfermedad que asola Oxford? ¿por qué Kivrin también se ha contagiado?
«—Es una historia plausible porque la Edad Media estaba llena de ladrones y asesinos.
—Lo sé —admitió ella, impaciente—, y transmisores de enfermedades, y caballeros bandidos, y otra gentuza peligrosa. ¿Es que no había personas agradables en la Edad Media?
—Todos estaban muy ocupados quemando a las brujas en la hoguera.«

Connie Willis (Denver, Colorado, 1945) es una escritora norteamericana de ciencia ficción con un montón de premios literarios en su haber, mucho encanto narrativo y un fino sentido del humor que me chifla (llegué a pensar que era británica). El libro del día del juicio final es la primera novela (Brigada de incendios, premio Nébula y Hugo de 1982, es un relato) de la saga Historiadores de Oxford y ganadora de los premios Nébula, Hugo y Locus en 1992. Yo solo conocía Por no mencionar al perro, la segunda novela de este ciclo, y como se trata de libros autoconclusivos que no precisan de introducción, tan feliz me hallaba, sin hacer caso de las explicaciones del Librero del Mal (mea culpa). Os adelanto que El libro del día del juicio final me ha gustado muchísimo, pero mi preferida sigue siendo Por no mencionar al perro, seguramente porque en el primero viajan a la Edad Media y, en el segundo, a la época victoriana y al más puro estilo de Jerome K. Jerome.
La prosa de Willis es amena, concisa y elegante, casi tan británica como su genial sentido del humor. Sus personajes son carismáticos y se caracterizan por sus líneas de diálogo más que por la descripción narrativa (muy a lo Terry Pratchett, como diría mi amiga Laura), y los lazos emocionales que se establecen entre ellos empujan una trama en la que el componente emocional es tan importante como el suspense o la acción. Connie Willis consigue un equilibrio estupendo y muy atractivo entre literatura de viajes en el tiempo, sentido del humor y steampunk, aunque es cierto que en El libro del día del juicio final la trama se ralentiza en ocasiones a favor de la recreación histórica o de escenas que llevan al límite la tensión emocional de los personajes. Si bien es cierto que el ritmo es equilibrado y sostenido, resulta un poco lento comparado con otras novelas de la autora. Personalmente, a mí me ha encantado porque ya sabéis que no me importa que se potencie el conjunto en aras de la rapidez, pero quizás no sea este un libro para lectores impacientes; pese a su intenso final.
No estoy segura de si Nova ha decidido la reedición de esta novela porque su trama contempla una pandemia de características muy similares a la que estamos viviendo estos meses, y espero muy fuerte que también reedite Por no mencionar al perro (a ser posible, con una portada menos espantosa). Sea cual sea la razón, no me importa: creo que leer a Connie Willis en castellano es un lujazo que me ha alegrado las vacaciones. Escrita en 1992 y ambientada en 2054, las medidas que describe para contener el virus son mascarillas y confinamiento, a la espera de una vacuna viable, ¿os suena? De todas formas, lo más curioso del futuro Oxford de Willis es que posee la tecnología suficiente como para viajar en el tiempo y potenciar el sistema inmunitario con leucocitos-T, pero no disponen de telefonía móvil; un detalle steampunk clave para crear toda esa tensión y suspense al pobre señor Dunworthy, incapaz de localizar al rector o librarse de las campaneras americanas y la apocalíptica señora Gaddson.
Lector, una de mis mejores lecturas de este año.
También te gustará: Por no mencionar al perro
Hola guapa, tengo Por no mencionar al perro gracias a ti… algún día me pondré con ella. No sabía que era una saga, pero si me gusta la del perro me leeré esta… jeje…
Un besazo
Uy, te va a encantar muy fuerte. Te gustarán ambas, pero creo que la del perro se convertirá en una de tus novelas preferidas XD No te preocupes que las puedes leer de manera independiente, son autoconclusivas. Besos.
No lo conocía, pero si es una de tus mejores lecturas del año la anoto.
Besotes
Creo que a Connie Willis hay que leerla aunque sea solo una vez en la vida, y para mí los «Historiadores de Oxford» son irresistibles. Besos.
Hola. Me encantan las historias en las que no tienen móvil. Con esta no me vas a liar a pesar de todo mo que has disfrutado. Es que la Edad Media no me atrae y menos para pasar por una situación que todavía no se ha terminado.
Encima 800 páginas aunque ese no es el principal problema ya que voy a empezar uno de igual extensión.
Me da la sensación de que es un poco para gente que sea especialmente fan del tema.
Besos
No te preocupes nada por lo de «anónimo», yo sé quién eres ;-)))))
Hola. Me encantan las historias en las que no tienen móvil. Con esta no me vas a liar a pesar de todo mo que has disfrutado. Es que la Edad Media no me atrae y menos para pasar por una situación que todavía no se ha terminado.
Encima 800 páginas aunque ese no es el principal problema ya que voy a empezar uno de igual extensión.
Me da la sensación de que es un poco para gente que sea especialmente fan del tema.
Ya sabes que soy historiadora, pero no todos los períodos me apasionan por igual, eso es cierto, y la Edad Media no es de mis preferidos. Pero el quid de la cuestión de esta novela, en mi opinión, no está tanto en la Edad Media (que las pinceladas que da son estupendas y muy entretenidas) sino en que la trama a veces se queda un poco estática y son 800 páginas, como tú dices. Te lo recomiendo si te encantan las novelas de viajes en el tiempo y no eres milenial XD (es broma). Besotes.
Mira que me gustó el libro, pero me has hecho darme cuenta de lo mucho que lo he olvidado. Por ejemplo, no recordaba en absoluto que era steampunk. Quizás lo relea en algún momento. Pero el mayor descubrimiento ha sido que la autora tiene otro libro de la saga. Ya lo tengo más que apuntado^^
A ver que lo de steampunk igual me lo inventado yo, pero es que están en 2054, tienen la tecnología para viajar en el tiempo pero resulta que no tienen teléfonos móviles y los personajes andan de un lado para otro en busca de un teléfono o necesitan secretarios que les cojan el recado cuando no lo pueden atender porque han salido XD A mí esta saga me encanta, sea lo que sea, jajajaja. Un besote.
Es curioso, porque de este libro, que leí hace unos años, recuerdo la trama medieval pero no recordaba la pandemia :D No sabía que tenía otro posterior, el del perro…
Los que sí he leído y me gustaron también mucho son Estado de alarma y Cese de alerta, como te conté en Twitter. Están ambientados en la 2GM y entremezclan las historias de varios viajeros en el tiempo. Yo disfruté muchísimo leyéndolos :)
No sé en qué demonios estaría pensando… APAGÓN y Cese de alerta son los títulos XD XD
Aish, es que Connie Willis es estupenda. Me gusta sobre todo por el sentido del humor y la agilidad con la que transcurre la trama e introduce la tecnología ficticia. Y los personajes, claro, el señor Dunwhorty es amor. Mi preferido sigue siendo «Por no mencionar al perro», supongo que es porque viajan a la Inglaterra victoriana y por la pareja protagonista ;-) Besos.
Quizá algún día vuelva a darle una oportunidad a Connie Willis. Yo tuve la mala pata de tropezar con «El apagón» sin saber que era la primera parte de algo (aunque resulta que es la… tercera, en realidad) y eso me hizo desistir.
Las idas y venidas, el hecho de que el libro sea un paseo (siempre agobiante por falta de tiempo o exceso de tareas) sin un fin claro…
Quizá mi yo de ahora sepa apreciarlo mejor, o quizá el hecho de empezar por el principio…
El tiempo lo dirá.