En 1843, en el corazón de Massachusetts, un grupo de personas decide fundar una comunidad propia para vivir en armonía con los instintos primitivos del hombre renunciando a todo excepto a lo que aporte la tierra trabajada con el sudor de la frente y la generosidad de la madre naturaleza. El filósofo Amos Bronson Alcott, padre de Louisa May y amigo de Ralph Waldo Emerson, Nathaniel Hawthorne y Henry David Thoreau, fuertemente influenciado por sus ideas, allá que se muda con toda su familia. Fruitlands es la historia, narrada con cierta sorna desde el punto de vista de Louisa May Alcott, de este pequeño edén particular y de sus integrantes, de la sincera integridad con la que algunos se entregaron al idealismo y de los caraduras vividores a costa del esfuerzo de los demás.
«—¡Pobre Fruitlands! ¡El nombre elegido resultó un fracaso tan mayúsculo como todo lo demás! – continuó diciendo Abel, y exhaló un suspiro al ver caer a sus pies una manzana, que se había congelado en el ramaje desnudo de un árbol (…).
—¿No crees que Apple Slump habría sido un nombre más apropiado, querido?»

Como sabía que en noviembre volvería a leer Mujercitas, en octubre intenté finiquitar los libros de Louisa May Alcott que tengo en casa, como Tras la máscara o Fruitlands (aunque tentaciones fabulosas como Los archivos de Van Helsing, de Xavier B. Fernández me lo pusieron muy difícil). Fruitlands lo compré antes del verano —en una visita a La Central de calle Mallorca en la que también se vino a casa Fresas silvestres— tentada por la preciosa edición de Impedimenta, porque era un libro de Impedimenta, porque la autora era Alcott y porque sentía mucha curiosidad por la comuna estilo amish que se montaron en Massachusetts en los años cuarenta del siglo XIX. Lo que no esperaba encontrar era esa mirada tan divertida de la autora sobre un proyecto que tenía mucho de utopía, que apenas duró un año en funcionamiento y que supuso un punto de inflexión para una familia, los Alcott, que se había mudado dieciséis veces en veinte años.
De Fruitlands os voy a contar poco porque es muy breve y preferiréis descubrirlo por vosotros mismos. Me ha gustado mucho encontrar la voz de la autora fuera de la ficción y acercarme a su familia, al entorno emocional y pedagógico en el que creció, me ha ayudado a comprender mejor la figura de una autora cuyo tema recurrente en sus obras fue la educación de las mujeres jóvenes. Y es que esta corta narración de Louisa May Alcott, los fragmentos de sus diarios cuando vivía en la comuna (lo mejor que he leído en esta edición, ojalá se hubiesen conservado más páginas) y la introducción y el posfacio, me ha servido para acercarme a la autora y a cómo su educación y su familia incidió sobre sus novelas.
De las 120 páginas numeradas que tiene esta edición, solo unas 35 corresponden a Fruitlands, propiamente dicho, y unas 16 a los fragmentos del diario de la autora. El resto, en su mayoría, son una semblanza de Louisa May Alcott escrita por Julia García Felipe, y un posfacio de Pilar Adón. Aviso por si acaso.
Lector, te quedas con ganas de más.
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Hola guapa, vi este libro hace poco cuando fui a comprarme El extraño caso del doctor Jekill y el señor Hyde de Alba editorial… No me lo llevé porque me dio «miedo» y por lo que veo, aunque las vivencias son geniales, en el fondo hay poco de Alcott… no sé me lo tendré que pensar detenidamente.
Un besazo
Más que nada es que las páginas de Alcott son escasas. Me ha encantado y me ha ayudado a acercarme a la escritora y a su vida, pero apenas una tercera parte del librito es de su puño y letra, por eso he querido avisar, para que no os llevéis un chasco. Besos.
Ideal para conocer a la autora, por lo que cuentas. Pero aún tengo pendiente Mujercitas. Así que tardará en caer.
Besotes!!!
Sí, por eso lo leí en octubre, porque ahora estoy terminando «Mujercitas» y me apetecía conocer mejor a la autora y las circunstancias de su vida :-))) Besos.
Pues no me convence. Me gusta mucho lo de Mos diarios. Me llama menos la comuna y lo de la semblanza me parece relleno para hacer un libro un poco más contundente. Pero para eso voy a esperar a que caiga ese libraco que hay de Mujercitas que es una edición gigante.
Besos
Ay, los diarios son una maravilla, pero parece que apenas se han conservado algunas páginas o quizás no lo he entendido bien y es que no están traducidas (aunque lo de que se perdieron páginas es seguro). En realidad, todo el librito es una maravilla, solo que quería avisar de que son pocas páginas, por si acaso. Por cierto, estoy terminando «Mujercitas», era relectura y me ha gustado más que la primera vez que lo leí. No sé, lo recordaba más ñoña… Besos.
Interesante…. quiero leer más de esta autora porque siento que Mujercitas no es lo mejor que tiene, aunque sea su obra más conocida. Desconozco todo de ella y creo que este libro sirve para conocerla un poquito mejor. Toml nota!
Sí, justo lo que dices, son unas páginas que nos ayudan a acercarnos a la vida personal y familiar de la autora y a entender uno de los temas recurrentes de su creación literaria: la educación de las mujeres. Besos.
Buenas noches, Mónica:
Yo lo tengo aquí cerquita el libro, lo reseñaré en algún momento, se han metido delante otras lecturas que me han entretenido. Pero a L. M. Alcott hay que volver, pues nos traslada a buenos momentos siempre.
Un abrazo, y enhorabuena por tu trabajo!!
Uy, verás que te dura un suspiro. Eso sí, la edición es preciosa y muy cuidada, y tanto la intro como el posfacio son estupendos para acercarnos a la vida de la autora y al trasfondo de su escritura. Muchas gracias!!! Besos.
Ya sabes que lo tengo esperando en la estantería. Menos mal que no me esperaste para leerlo, me da que yo hasta el año que viene imposible. Veo que contenido de la propia autora en la edición, poquito, pero si merece la pena, eso es lo importante. El entorno de Alcott era privilegiado y fascinante, ojalá tradujesen alguna biografía suya al castellano (nos quedaremos con las ganas…)
¡Besote!
Te va a durar media tarde, ya verás, es muy breve. Y te quedas con ganas de más. Aviso por las decepciones. Y sí, tienes toda la razón, ojalá una bio de Louisa porque todo su entorno familiar es muy peculiar, pero si pudiésemos tener una recopilación de sus diarios personales ya sería la bomba. Por cierto, me ha venido bien leerlo en octubre para la lectura actual de «Mujercitas», por eso no te esperé, darling ;-) Besos.
Hola, Mónica:
Llevo tiempo con ganas de leer este libro y conocer cómo fue su experiencia en ese proyecto.
Gracias por avisar del contenido.
Un beso.
Sí, es una edición maravillosa y los escritos de Alcott son maravilla, pero quería avisar de que son poquitas páginas para evitar decepciones. Me lo leí en una tarde y me encantó, perfecto para conocer un poquito más a la autora. Besos.
Pues me quedo con ganas de leer este libro, qué curioso el experimento sociológico ese que hicieron, jaja, aunque veo yo que un éxito no fue al durar un año nada más.
Pero primero me toca Mujercitas, que lo empezaré en breve ;)
Aviso recibido…
Creo que este no lo leo. Gracias por tu reseña.
De la autora releí hace poco Mujercitas, y ya te conté que ojalá la hubiera dejado en el recuerdo, porque me resultó excesivamente ñoña. Algo que no me pasó por ejemplo con Ana de las Tejas Verdes a la que por cierto, me muero por volver. Quizá pruebe con este de la autora que mi parte frívola también me susurra lo maravilloso de su edición.
Besos