A lo largo de la historia de la Roma antigua, todo punto de inflexión estuvo marcado por una muerte violenta: Rómulo mata a su hermano Remo (fundación de Roma), Lucrecia se suicida por la violación de Tarquinio (nacimiento de la República), el asesinato de Julio de César (principio del Imperio). Las muertes políticas siempre fueron un instrumento del Estado romano para perpetuar el poder, para cambiar el equilibrio o para ampliar el territorio. Guerras, ejecuciones públicas y circenses, la muerte como deporte, la esclavitud, crímenes familiares, asesinatos judiciales, maleficios y magia negra, envenenamientos, muertes imperiales… Los romanos se volvían locos con los asesinatos, pero no mucho más que nuestra sociedad occidental actual donde de cada tres novelas que se compran, una pertenece al género negro, y en donde las series de televisión y los podcasts más vistos y escuchados, respectivamente, son real murders.
«Tiberio era un viejo cascarrabias, casi desde que nació, pero parece que le encantaban los misterios. Era una incipiente Miss Marple del mundo romano y algo de este caso llamó su atención y se implicó a fondo (…). Primero, Tiberio preguntó a Silvano sobre qué le había pasado a la pobre Apronia y Tácito nos dice que Silvano dio una respuesta incoherente en la que afirmaba que había dormido profundamente todo el rato pero suponía que su mujer se había quitado la vida. Por desgracia para nosotros, no ha quedado noticia de por qué pensaba que su mujer podía haberse tirado ventana abajo mientras él estaba dormido; quizás sus ronquidos eran insoportables. Tiberio no le creyó. Y lo sabemos porque a continuación hizo algo del todo inusual: fue a ver la escena del crimen.
Por lo que yo sé, esta es la única vez de la que queda constancia en la historia de Roma en que un emperador decide investigar un asesinato examinando la escena del crimen. Estas cosas en Roma no se hacían, así de simple, porque no tenían las mismas ideas acerca de las pruebas y los delitos que nosotros.«
Emma Southon es doctora en Historia Antigua por la Universidad de Birmingham, en 2019 publicó Agripina. La primera emperatriz de Roma y tiene un podcast titulado History is sexy. En Sangre en el foro. Los asesinatos de la Antigua Roma nos ofrece un análisis preciso, bien documentado y con mucho sentido del humor (negro) sobre cómo se mataba en Roma; desde el asesinato de un ciudadano particular hasta las ejecuciones públicas del Estado, pasando por la brujería, las intrigas palaciegas y los parricidios. Cada apartado se estructura alrededor de varios casos de asesinatos históricos, algunos famosos y otros nada conocidos, bien documentados por las fuentes de la época y enmarcados y comentados por la autora de manera magistral.
Sangre en el foro cumple sobradamente con la primera ley para que un libro de no ficción enamore incluso a los profanos en la cuestión aborda y es que la prosa de Emma Southon es genial, divertida y nada académica ni pedante. Me ha gustado lo bien que enmarca históricamente sus teorías, su forma elegante y precisa de citar las fuentes, los casos de asesinato que escoge para ilustrar cada apartado y sus reflexiones sobre la legislación de la Roma Antigua (el asesinato no estaba especificado en su código penal por lo que el Estado no intervenía cuando ocurría, no enviaba investigadores, ni fiscales, ni se interesaba lo más mínimo por la muerte de un ciudadano) y sobre la fascinación de la muerte en la cultura occidental. Pero, sobre todo, me he reído con sus ingeniosos retratos imperiales y su fina ironía sobre personajes históricos y hechos excéntricos. En resumen, que me lo he pasado en grande con este título y lo recomiendo sin peros.
Lector, de los hechizos de magia negra a los juegos circenses mortales, todo lo inventaron los romanos.
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Hola. Esto se sale un poco por no decir un mucho de mis lecturas habituales. Una cosa es salir de la zona cómoda y otra tirarte en la piscina sabiendo que no hay agua.
La verdad es que tampoco el true crime es lo mío ni en tv ni nada. Los romanos vaya cómo se las gastaban, era un milagro llegar a viejo. Tienes razón que ahora tampoco lo hacemos mal pero vaya, creo que no llegamos a ese nivel.
Bueno, me alegro de que hayas disfrutado de la clase magistral de la autora.
Besos
Qué interesante esta lectura! Tomo muy buena nota. Y si encima lo cuenta todo con ese toque de humor, un aliciente más.
Besotes!!!
Hola Mónica, parece muy interesante… lo apunto.
Un besazo