Dice la señora Lord que Dulcie Mainwaring no gusta a los hombres porque lee demasiado y porque no se peina ni se maquilla para sacarse partido. Que sea inteligente, sincera y tenga estudios universitarios que le permiten ganarse la vida por sus propios medios tampoco la favorece en nada. Cuando su prometido rompe el compromiso, Dulcie decide a asistir a un congreso sobre edición con el ánimo de conocer gente nueva con intereses afines. Pero allí queda deslumbrada por el atractivo Aylwin Forbes, que desata en ella una extraña fiebre cotilla y fantasiosa. Convencida de que se ha convertido en una solterona sin remedio, Dulcie intenta hacerse a la idea pero, por mucho que lo intenta, le resulta imposible llevar la clase de vida que se esperaría de ella en el Londres de los años cincuenta. Quizás porque todavía es joven, quizás por su perspicaz observancia de la naturaleza humana, pero sobre todo porque es una de las mujeres excelentes de Barbara Pym, la señorita Mainwaring no renuncia a la aventura.
«—Se puede compartir cualquier clase de trabajo. Ahí es donde falló Marjorie Forbes, en no ser capaz de compartir los intereses de Aylwin.
—Bueno, tampoco es que pudiese, teniendo en cuenta que sus intereses eran otras mujeres —repuso Dulcie con repentina frivolidad—. No se puede esperar que las esposas compartan ese tipo de intereses. En cualquier caso, la pobre Marjorie probablemente lo intentase, por lo menos al principio. ¿No crees que también es culpa del hombre por elegir a una esposa inadecuada?«

Reflexionaba @SalonJaneAusten hace poco en las redes sociales, al respecto de Amor no correspondido, que Barbara Pym era lo más cercano a Jane Austen en la posguerra británica de los años cincuenta del siglo pasado. Y como tengo entre manos y a punto de terminar Jane Austen en la intimidad, de Lucy Worsley, no puedo sino coincidir con ella al encontrar en ambas autoras esa mirada crítica y certera sobre la sociedad de su época y la misma habilidad en entender y narrar con tanta sutilidad las emociones humanas. También coinciden en presentar protagonistas femeninas carismáticas e inteligentes, capaces de mantener sus respectivas convicciones y honradez pese a la rigidez social y al convencionalismo de sus respectivos tiempos; mujeres excelentes en sociedades en las que la mujer o era esposa o no era nada.
«Según miraba a su alrededor» —dice Lucy Worsley en Jane Austen en la intimidad— «y veía cómo la sociedad se reorganizaba tras las Guerras Napoleónicas, Jane detectaba un conservadurismo creciente y la tendencia a coartar aún más si cabe la vida de las mujeres. En ciertos sentidos, la década de 1810 recuerda a la de 1950, una época de represión creciente tras los intrépidos años de la Segunda Guerra Mundial.» Al igual que Austen, Barbara Pym ve esa represión que relega de nuevo a las mujeres al ámbito doméstico, y las aleja del académico o del profesional, no le hace ni pizca de gracia y es crítica constante en sus novelas.
Amor no correspondido es la segunda novela que leo de Barbara Pym y es segunda vez que caigo rendida a los pies de esta señora novelista tan excelente como sus mujeres protagonistas. Me ha gustado incluso más que Mujeres excelentes, quizás porque me ha parecido que Pym daba rienda suelta a su sentido del humor con mayor ligereza o quizás porque contaba con la complicidad (la esperaba) de su mirada crítica y su fino sarcasmo. En Amor no correspondido volvemos a encontrar una protagonista observadora y perspicaz, a través de cuyas reflexiones y mirada nos asomamos a una sociedad británica que retorna al conservadurismo: las mujeres académicas son objeto de burla (¿cómo se atreven a investigar o a publicar sus propios trabajos? ¡no se casarán nunca!), la mayoría relegadas a elaborar índices para sus colegas masculinos, solteronas amargadas empujadas a una vida gris y anodina porque solo el matrimonio es la opción correcta y, el resto, un fracaso.
A menudo, los personajes masculinos de esta novela resultan ridículos, no solo por su comportamiento egoísta, tan bien visto y aceptado socialmente, sino por su actitud infantil y su desorientación. Dulcie reconoce que no podría casarse con alguien menos inteligente que ella, pues eso la abocaría a una infelicidad perpetua, así que no nos extraña que siga soltera. Barbara Pym dispone con mucha pericia la trama al servicio de los personajes y, sobre todo, para divertimento del lector que sigue con interés y una sonrisa las desventuras de una Dulcie que dice resignarse a la soltería pero que anhela mucho más de lo que su época reserva para las mujeres sin pareja.
Lector, no te resistas.
Nota: me gusta pensar que en la página 223 (edición de Gatopardo) Barbara Pym hace un «cameo» en su novela: «En ese momento alguien llegó a la mesa que quedaba libre, pero al tratarse de una mujer de unos cuarenta años, de aspecto corriente y sin acompañante, nadie le prestó demasiada atención. Quiso el azar que se tratase de una novelista; de hecho, algunos de los comensales habían leído y disfrutado de sus libros, pero jamás se les habría ocurrido relacionar su nombre, ni tan siquiera si lo hubiesen comprobado en el registro del hotel, con el de la escritora a la que admiraban.«
También te gustará: Mujeres excelentes
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En una semana me pongo con él!!!
Ya me contarás, aunque me da que te va a gustar mucho ;-) Besos.
Hola guapa, esta fue la primera que leí yo de Barbara Pym y, al igual que a ti, me gustó más que Mujeres excelentes. Coincido contigo en que esta tiene más humor que la hace más ágil y más original. Me encantó el personaje de Dulcie, las mujeres fuertes de Pym, y la hilaridad de la trama, por supuesto la critica social no se le escapa a Pym
Tengo en casa Un poco menos que ángeles y va a ser que ya es hora de volver a leer a la Pym.
Un besazo
Yo leí primero «Mujeres excelentes», así que la progresión ha sido buena, una penita que tú fueses al revés porque te llevas una pequeña decepción. Pero, de todas formas, Pym siempre es una buena elección, por lo que estoy deseando que nos cuentes qué tal «Un poco menos que ángeles». Un besazo.
No me resisto. Se me acumula la obra de esta mujer. Disfruté mucho con las excelentes y creo que este me gustaría más porque en el anterior me dio la sensación de que al final entraba por el aro y no se arriesgaba del todo.
Besos
Sí, sí, sí, este te va a gustar más, ya verás. Pym parece más suelta, más rebelde, sin complejos con su estilo personalísimo. Otra vez te vas a encontrar a sus protas femeninas excelentes y la crítica social de una época en la que la sociedad británica había dado un giro conservador (otra vez la mujer relegada al ámbito doméstico) tras la excepcionalidad de la Segunda Guerra Mundial. Aunque lo del final… no te digo nada, ya me lo dirás tú. Besos.
Yo tengo dos en la estantería y muchas ganas de leerlo
¿Tienes dos Pym? ¡Qué suerte! Descubrir a esta autora es un placer. Si te sirve mi consejo, primero «Mujeres excelentes» y después los demás ;-) Besos.
El libro Mujeres excelentes, de la misma autora, tiene una muy buena crítica, desde hace tiempo que le venía echando el ojo y ahora que lo mencionas aqui doy por sentado que será una de mis próximas lecturas, confío en tí.
Saludos y besos!.
Si disfrutas con las novelas de Jane Austen, creo que te gustará Barbara Pym porque ambas tienen esa mirada crítica con la sociedad de su época, una sociedad que había dado un vuelco conservador relegando a las mujeres de nuevo al ámbito doméstico, supeditándolas otra vez al marido (en el caso de Austen se avecinaba la época victoriana y en el de Pym se había terminado la flexibilidad profesional femenina que supuso la época de guerra). Ya me contarás. Besos.
Solo he leído Mujerez Excelentes y, aunque no me encantó, sí que me gustó la literatura de la autora y me quedé con ganas de más, quizás Amor no correspondido sea la guinda con la que caiga endida ante Pym. Un saludo.
Pues quizás le puedas dar otra oportunidad. Si te vale mi opinión, ya sabes que a mí me gustó más «Amor no correspondido» que «Mujeres excelentes». Si te animas, me cuentas, por favor, que creo que te va a gustar. Un abrazo.
Los personajes masculinos de Pym siempre, siempre son muy inferiores a sus personajes femeninos (lo comento en todas sus reseñas a riesgo de ser pesada, pero es que es una verdad como un templo. En este libro no entendía en absoluto el interés por eso señor, te lo digo como lo siento… jajaja). Sus mujeres excelentes siempre se enamoran de señores que no se lo merecen, y es lo que hay. Con el final tuve mis cosas, es calcado al final de la novela de Jane Austen con la que menos conecto, y en fin, que tú y yo sabemos que Dulcie se merecía otra cosa. Más allá de esto, una novela magnífica, en serio. Barbara Pym es de esas autoras recuperadas de los últimos años de los que leería hasta la lista de la compra :)
¡Besote!
¡Sí! Justo como dices, que no le veía la gracia por ningún lado a la acelga de Aylwin, jajajaja. Y anda que el sinsangre del hermano… más apocado y no nace, madre mía. Esas mujeres excelentes se merecen mucho más, par favar!! Me encajó todo perfecto cuando me comentaste lo del final según «esa» novela de Jane Austen, ahora lo entiendo todo, pero sigue siendo una pena por nuestra Dulcie. A mí me gustaba incluso más el señor brasileño, mira que te digo XD
Pero sí, un placer leer a Barbara Pym y muy agradecida a Gatopardo por publicarla en nuestro país. Ojalá más Pym y más Angela Thirkell ;-)) Besos.
Fue el primer libro que leí de la autora, si no, tras leerte, me habrían entrado ganas de leerlo. ;-)
Leeré «Extranjeros, bienvenidos», que tiene buena pinta y le tengo ganas…
Besos
Mi primer Pym fue «Mujeres excelentes» y me gustó mucho, sobre todo por esa mirada al Londres de postguerra. Pero este «Amor no correspondido» todavía me ha encantado más que el primero. Sí, sí, ahora a por los extranjeros ;-) Besos.