Un exorcista se despierta ensangrentado junto al cadáver de una mujer. No es la primera vez que Ellos se la juegan y siempre es preludio de que algo terrible se avecina. Pero el único acontecimiento destacable de su jurisdicción, desde las montañas Charyabda hasta el mar Amigable, es el próximo nacimiento del heredero de los príncipes Sigiswald, de Essen, y Hildigunn, de Risenem. Dispuesto a terminar con la amenaza, el exorcista se dirige al castillo, consciente de que el obstáculo más terrible a derribar será el tutor del futuro dirigente, el sabio Próspero de Schanz, una especie de Leonardo da Vinci de su época con una misión no del todo altruista.
«En una extracción chapucera, el demonio siente lo siente el huésped multiplicado por diez. Pero Ellos no mueren y nosotros sí. Equilibrio.«
K. J. Parker es el seudónimo de Tom Holt, un escritor inglés de ciencia ficción y fantástica con una sólida trayectoria literaria, pero poco traducido al castellano. El demonio de Próspero es una novela corta, publicada por Red Key Books, que da inicio a la saga de aventuras de un ingenioso e implacable exorcista que intenta desbaratar el plan maestro de los demonios y que tiene su continuación en The inside man. Yo estoy deseando leerla.
El demonio de Próspero me ha gustado por su estupenda prosa -atención a la impecable traducción de María Pilar San Román-, el juego de diálogos simultáneos del protagonista con sus interlocutores humanos y sobrenaturales, el mundo fantástico en el que el autor ambienta la historia y su ingenioso sentido del humor. Llegué a este libro por recomendación de Antonio Torrubia, pero no estaba segura de qué me iba a encontrar; por culpa de ese Próspero, que asociaba al personaje de La tempestad, y por el diseño de cubierta, se me antojaba que sería una lectura shakesperiana y, en cierto modo, sí lo es: posee una oscuridad isabelina, una lucha entre almas corruptas, que recuerda a alguna de las obras más tenebrosas del bardo. En menos de cien páginas, K. J. Parker nos presenta un mundo, un protagonista, una trama, una obra de ingeniería imposible y una resolución del caso tan fascinantes que es inevitable quedarse con ganas de más cuando se llega al final de la novela. En ese sentido, me he acordado de Las aguas de Versalles de Kelly Robson, otra historia que demuestra la maestría de volver muy grande lo pequeño.
Lector, querrás más.
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Justo este es uno de los libros que he pedido en la última edición de Masa Crítica de Babelio; no lo conocía pero me llamó mucho la atención. Y si no me toca seguramente me lo compre igual, porque entre lo que vi y lo que cuentas… pues ya me habéis puesto los dientes largos.
¡Besotes!
Ya sabes que no soy muy de terror, pero en Gigamesh me la recomendaron y como era tan breve le di una oportunidad. Me ha encantado y además es muy original, así que ya me contarás qué te parece a ti. Besos.
Hola Mónica, pues no sé por qué pero este no me llama mucho la atención. Será que no soy muy fan de los exorcistas. jeje.
Un besazo
Mejor, así no añades a la pila ;-) Ya sabes que yo tampoco soy mucho de exorcismos y demonios, aunque sí que me gusta la fantástica, pero últimamente me encantan estos libros cortitos aunque intensos, vienen genial cuando tenemos poco tiempo para leer. Ha sido toda una sorpresa. Besos.
Pues no me sonaba de nada y pinta muy pero muy bien. Tomo buena nota.
Besotes!!!
A mí me ha encantado y ya estoy esperando la segunda entrega protagonizada por el mismo exorcista. No sabía que me encontraría y ha sido toda una sorpresa, así que sí que te lo recomiendo :-) Besos.
Hola!
Me apetece mucho leerlo con lo que nos cuentas, y curiosamente por algún motivo el título me atrae mucho :)
Besos!
Por el título yo pensaba que estaba relacionado con Shakespeare, pero no, aunque sí tiene un aire isabelino genial. Ya nos contarás qué te parece. Besos.
Siempre ando ansiosa por leer algo nuevo del género y esta novela tiene buena pinta, pero he leído pocas opiniones aún. Estaré atenta a más comentarios.