Una misteriosa joven mujer y su hijo de corta edad se han mudado a la solitaria mansión de Wildfell Hall. La pequeña comunidad de vecinos que se acerca a curiosear no tarda en sentirse rechazada por la reserva casi enfermiza de la dama y los cotilleos maliciosos brotan por doquier. El hacendado Gilbert Graham, ajeno a las malas lenguas y totalmente fascinado por la personalidad independiente y firme de la recién llegada, insistirá en conocerla hasta forjar mucho más que una sólida amistad. Acorralada entre el amor de un hombre honesto y la necesidad de guardar el secreto, la nueva inquilina de Wildfell Hall finalmente le confesará todos los detalles de su pasado atormentado, un descenso terrible a los infiernos.
«—¿Es usted un héroe como para unirse a alguien de quien sabe que todo el mundo sospecha y a quien desprecian todos los que la rodean, e identificar sus intereses y su honor con los suyos? ¡Piénselo! Es una cosa muy seria.
—¡Estaría orgulloso de hacerlo, Helen! Sería feliz más allá de toda expresión. Y si es ese el obstáculo para nuestra unión, está derribado. ¡Y usted debe… usted será mía!«

Tres aciertos me han acompañado durante la lectura de este clásico que hace tanto que tenía pendiente: Anne Brontë es una de las autoras preferidas de Mrs. Hurst (Las inquilinas de Netherfield), quien me dio las pistas para disfrutar de la novela, y compaginé esta lectura con la de El sabor de las penas, de Jude Morgan, una biografía novelada de las hermanas Brontë que ya sabéis que os recomiendo mucho.
En La inquilina de Wildfell Hall Anne Brontë escribe sobre lo que conoce: el peso de la culpa, una moralidad profundamente religiosa, la crueldad y mojigatería de las comunidades pequeñas de su época ante lo que es distinto (la historia está ambientada en la Inglaterra rural de 1830) y la degradación paulatina y espantosa de los alcohólicos. La tía de Anne les decía a ella y a sus hermanas que la belleza y el dinero eran una maldición, que lo importante era ser buena, no inteligente o bella. Su heroína, Helen Graham, lo tiene todo: no solo es guapa y rica sino que además, y por encima de todo, es buena. Anne vivió muy de cerca el deterioro y la muerte de su hermano Branwell debido a la adicción al opio y al alcohol, y durante toda su vida tuvo que aguantar que a ella y a sus hermanas las señalasen como las pobres y raras hermanas Brontë, tan diferentes, tan aisladas en su casa parroquial, tan inaccesibles y extrañas.
Quizás por todo esto Anne Brontë escribió La inquilina de Wildfell Hall con tan solo 27 o 28 años, porque tenía toda la experiencia vital y la inteligencia suficientes como para urdir una trama tan sólida y unos personajes tan extraordinarios. No solo era un escándalo que se atreviese a publicar una novela en la que la protagonista femenina era fuerte, independiente, virtuosa y con un dominio tan impresionante de sus emociones en un momento en el que las mujeres de ficción no eran más que damiselas con tendencia a desmayarse (como decía Charlotte Brontë, esas mujeres superfluas e invisibles que no tenían derecho a reconocer lo que sentían), sino que además trataba sin tapujos las consecuencias del alcoholismo y las adicciones. Además, aunque la novela salió a la luz bajo el seudónimo de Acton Bell (las Brontë publicaban como Currer, Ellis y Acton Bell, respectivamente), cuando se supo que había sido escrito por una mujer, pasó de ser una obra valiente y arriesgada a ser considerada por muchos como un escándalo.
Independientemente de su marco histórico y social, y de la biografía y la inteligencia de su autora, La inquilina de Wildfell Hall es un clásico extraordinario por la exquisita precisión con la que encajan todas las piezas de la trama, por su magnífica prosa, por la crítica social y moral de su época, por la complejidad de sus personajes protagonistas y porque trata, con una profundidad que invita a la reflexión, sobre las pasiones humanas. Que una mujer tan joven fuese capaz de escribirla y publicarla a mediados del siglo XIX es razón suficiente para admirar a Anne Brontë, quizás más valiente y brillante que la Jane Eyre de Charlotte o las Cumbres de Emily.
También te gustará: El sabor de las penas; Jane Eyre; Cumbres borrascosas;
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Hola. Pues tenía pendiente leer este pero por razones logísticas estoy leyendo Villette, de Charlotte. No distingo a las Brönte, diría una blasfemia si reconozco que creo que todas escriben igual y que te guste más una que otrandepende de la historia en sí. Como todos los autores tenían unos temas recurrentes y un estilo que se repetía. Lo malo es que si no te gustan mucho, te parecen todas iguales. Estoy disfrutando mucho de Villette pero luego habrá que esperar para ir a Wildfell.
Besos
Hola! Pues antes de contestar a tu comentario, me he pasado por tu blog para leer tu reseña de «Villette», a ver qué te había parecido, porque ya sabes, entre Brontës anda el juego. No sabría decirte lo que comentas del estilo, pero que Charlotte y Anne estaban traumatizadas con lo de ser institutriz… Por suerte, en este nada de institutrices, y mucho de prota moderna, fuerte e independiente, así que casi te lo recomiendo para que te quites el mal gusto de «Villette». Mi preferida sigue siendo «Cumbres borrascosas», que me parece muy distinta, pero para gustos…
Besos.
hola! me encanta todas las novelas escritas por las hermanas bronte, un placer leerte y disfrutar contigo en tus magnificas opiniones, gracias! saludosbuhos.
Hola! Desde que leído «El sabor de las penas», de Jude Morgan, y gracias a algunas sabias apreciaciones de lectoras que las conocen bien, reconozco que ahora estoy mejor preparada para entender y conectar con las hermanas y este título de Anne me ha encantado. Saludos.
Que post tan bonito darling!
¡Cómo nuestra lectura! Qué bien acompañada he estado. Besos.
Todavía no he leído a las hermanas Brontë… a ver si le pongo remedio. Besos.
Pues si puedes leer antes alguna de sus biografías (yo te recomiendo la de Jude Morgan), creo que te ayudará a disfrutar más de sus obras. Ya me contarás si te animas. Besos.
Tengo esta novela pendiente hace bastante tiempo. Tengo pendiente releer o leer toda la obra narrativa de la Brontë, pero se va haciendo esperar.
Lo que no se va a hacer esperar mucho más es la lectura de esta novela que, puede que sea por esa lectura conjunta, veo en algunos blogs últimamente. Cada uno de ellos me abren más el apetito acerca de ella. Me gustó «Anges Grey». Es una novela magnífica. Para muchos esta es aún mejor.
Un beso
Te confieso que abandoné la lectura de «Agnes Grey» hace algunos años… pero «La inquilina de Wildfell Hall» me ha parecido magnífica en muchos sentidos. Quizás por la guia de Mrs. Hurst, que adora a Anne, y por la buena compañía de la lectura conjunta, pero sobre todo porque me ha parecido una novela muy moderna y valiente para su época ¡y más para una escritora! Seguro que te encanta. Besos.
Disfruté muchísimo con esta novela, por su carga crítica, por sus personajes complejos, por su maravillosa prosa. Una maravilla.
Besotes!!!
Coincidimos totalmente, Margari, ha sido toda una sorpresa. Lo digo porque no conseguí congeniar con la autora con «Agnes Grey», pero con esta novela me ha tenido rendida desde el principio hasta final, como me pasó con «Cumbres borrascosas» o con «Jane Eyre». Besos.
Como conocía, por MH y por otros blogueros, que esta era mejor que Agnes Grey decidí leer primero Agnes Grey y así poder dejar lo mejor para el final… Agnes Grey me gustó y esta la dejo para el nivel 4 del reto de MH, así que hasta dentro de unas semanas no me pondré con ella. Pero ganas tengo…
Un besazo
Tu nivel 4 va a estar un poquito «enladrillado», porque este es tochete y la «Trilogía de Candlefore» también, jijijijiji. La suerte es que ambos son estupendos y vas a disfrutarlos muchísimo, ya tengo ganas de leer tu reseña a ver qué te han parecido. Aunque coincido con nuestra MH, «La inquilina…» es mejor que «Agnes» :-))) Besotes.
Uy, no sé si ha habido alguna metedura de pata por mi parte (en algún twitt,, jeje), pero no tenía pensado leer la Trilogía de Candlefore (igual es que dije que me gustó para el año que viene?, no sé, soy un tanto despistada a veces…). Pero sí que va a estar chungo, chungo, porque con la premisa de novela de más de 400 p. ya tenemos suficiente, jeje…
Un besazo
Te he hablado tanto de esta novela que no sé qué más decirte sin repetirte lo que ya sabes. Me alegro muchísimo de que te haya gustado tanto.
Charlotte odiaba esta novela por muy diversos motivos (y ninguno la deja en buen lugar… le gustaba mucho su nueva faceta de escritora famosa y la «Inquilina» le estorbaba) y, en lugar de darle alas aprovechando su ya notoria fama, prohibió su reedición una vez muerta Anne (entre otras cosas) y se guardó en un cajón. «La inquilina de Wildfell Hall» fue el primer libro en tratar ciertos temas en la era victoriana, un libro rompedor y probablemente el más importante de su época, y sin embargo permaneció en el oscurantismo durante muchos años mientras los libros de sus dos hermanas conquistaban ediciones, lectores y público. Anne Brontë sigue cargando con el agujero en el que la metió su hermana: la menos importante, la menos talentosa de las tres, un libro que no merece la pena… cuando era más bien al contrario. Por eso te agradezco en el alma esa última frase de la reseña, porque me sentí al leerla como si la hubiese escrito yo.
¡Besote!
Caramba, no sabía que Charlotte metió a La inquilina en un cajón… Sí que recuerdo que cuando se publicó se fue a Londres muy cabreada para dejar bien claro a los editores que esa obra no era suya, sino de su hermana, porque la promo la quería hacer pasar como «otra novela de la autora de Jane Eyre».
Y, sí totalmente de acuerdo contigo, «La inquilina de Wildfell Hall» es una novela muy valiente en la época victoriana y más porque su autora es una mujer. Las protagonistas literarias victorianas femeninas solían ser unas pánfilas que no sabían ni lo que sentían, solo se desmayaban y ya, en cambio Anne nos trae a una Helen fuerte, independiente, rebelde, desafiante… por no hablar de que trata temas como el alcoholismo o los malos tratos… Por eso decía que me parecía una novela mucho más valiente que «Jane Eyre», que al final tampoco arriesga demasiado, y tan genuina y distinta como «Cumbres borrascosas», que sí desafió al gusto imperante de la época. Muchísimas gracias por acompañarme con tus comentarios, tus observaciones y tus recomendaciones literarias; sin todo ello no habría disfrutado ni la mitad de esta lectura. Besotes.
Yo he ido descubriendo a las Brönte poco a poco, y creo que fue a través de la novela Todo ese fuego, de Ángeles Caso cuando comencé a hacerlo (es una biografía novelada de las tres que me atrapó de una manera que no me esperaba). No he leído a Anne Brönte, todavía, y me intriga saber si su debilidad, o mejor dicho, fragilidad, se refleja es esa valentía que tú le ves.
Confieso que narrativamente prefiero Cumbres que Jane Eyre, pero eso es otra historia.
Un abrazo y, como siempre, un placer leerte.
Exacto, Carmen, a mí me pasó algo parecido con otra bio novelada, «El sabor de las penas», de Jude Morgan. Es como tú dices, que al conocerlas mejor eres capaz de entender mejor la profundidad de sus obras. Soy una rendida admiradora de «Cumbres borrascosas» (coincido contigo en encontrarla superior a la novela de Charlotte), y «Jane Eyre» me gustó, así que ya solo me faltaba reconciliarme con Anne después de «Agnes Grey» y esta ha sido mi oportunidad. Creo que «La inquilina de Wildfell Hall» te va a gustar porque es tan extraordinaria como «Cumbres», ya verás ya… Besotes.
Hola guapa, pensé que había comentado ya… Pues eso que me la guardo para el nivel 4 del reto y le tengo ganas…
Un besazo
Creo que el control de comentarios nos ha jugado una mala pasada a las dos ;-))) Besitos!!
Interesante novela, otra para agendarla.
Pasaba para decirte que recién he comenzado a leer Asesinato en la Mansión Darwin, novela que por supuesto la descubrí gracias a tí.
Saludos y besos Monica!!.
Hola, Roberto. Pues ya me contarás qué tal ese asesinato, aunque seguro que como buen clásico de la golden age te deja del todo convencido. Un abrazo grande!