Un hermoso día, un caminante se adentra en un bello y sombrío bosque. A su alrededor todo parece tocado por la magia, incluso los árboles y las plantas; el mismísimo río le susurra que tome una misteriosa planta y escuche y vea. Cuando vuelve a casa, en el pueblo, lleva en su bolsillo un misterioso arcón que solo puede abrirse a la luz de la luna. En su interior encuentra cinco frascos, cada uno de ellos lleno de un líquido de distinto color y con una misteriosa inscripción. Una noche, dispuesto a averiguar el misterio de las pequeñas ampollas de vidrio, decide probar la primera sin saber que está a punto de dar el paso decisivo para adentrarse en un mundo mágico que siempre ha existido al margen de los humanos; un mundo encantador y hechizante, sí, pero no carente de peligros mortales. Si esos frascos cayesen en malas manos…
«El pequeño cofre estaba dividido por dentro en cinco compartimentos: cada uno de ellos contenía un pequeño frasco, como una ampolla de vidrio, con cuerpo ancho y redondo y cuello largo y estrecho que se ensanchaba un poco en la parte superior. La boca de cada uno de ellos estaba cubierta con una caperuza de metal, y en la cara superior de cada una de ellas se había escrito una o dos palabras en letras mayúsculas. En la caperuza del frasco situado en el medio podía leerse: unge oculos; las otras solo tenían rotulada una de estas palabras: aures, linguam, frontem, pectus.»

Montague Rhodes James (1862-1936), medievalista y folclorista victoriano, está considerado como uno de los precursores literarios de las historias de fantasmas. Académico en Eton y Cambridge, donde llegó a ocupar los más elevados cargos, era un reputado arqueólogo, con excepcionales publicaciones y traducciones, cuando instauró la tradición navideña de obsequiar a sus amigos con historias de fantasmas. Los cinco frascos es su única novela juvenil y, aunque no es estrictamente una historia de fantasmas, sí que tiene ese halo espectral tan victoriano e inquietante, pero con el sentido del humor tan socarrón, propio de M. R. James.
Este librito llegó a mis manos por culpa de una amiga que conoce muy bien mis debilidades literarias y sabía, antes siquiera de que yo misma me diese cuenta, que conocía al autor y me encantaba. Es que padezco de un despiste crónico y llevaba un par de días pensando cuándo había podido leer a M.R. James (además de como referencia sobre Sheridan Le Fanu o Hans Christian Andersen) hasta que caí del guindo: ¡Crónica de una cacería de troles! James fue profesor y amigo de James McBryde y, a la muerte de este último, no solo publicó Crónica de una cacería de troles con las ilustraciones originales de su amigo sino que siempre prestó ayuda y cariño a la familia McBryde; de hecho, escribió Los cinco frascos como regalo para su ahijada, Jane McBryde.
Los cinco frascos es un clásico de la literatura fantástica que bebe de las fuentes orales populares de las historias de hadas y fantasmas europeas. Propios de este folclore fantástico, tan espléndidamente recogido en los cuentos de los hermanos Grimm, el lector encontrará bosques mágicos (algo siniestros), criaturas diminutas, columnas de niebla, brujas, animales parlantes y hechizos. Salpicado con el sentido del humor habitual de M.R. James y su fértil imaginación, esta novela breve es, quizás, algo menos siniestra que sus historias de fantasmas y más cercana a la fantasía de Alicia en el país de las maravillas. La edición de Berenice, además, incluye el relato corto El campo de juegos después de anochecido que constituye un apéndice perfecto para complementar la historia principal. Las ilustraciones originales (de Gilbert James) y la Nota del traductor (Óscar Mariscal) contribuyen a convertir esta pequeña edición en preciosísima.
Lector, maravilla de la fantasía clásica.
Nota: aprovecha porque tienes la edición en papel a 5,95 eurillos. Sí, en papel. Corre, corre.
También te gustará: Crónica de una cacería de troles; Cada corazón, un umbral; Alicia en el país de las maravillas
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Los cinco frascos (en papel)
Los cinco frascos (para kindle)
Menudo ofertón. Y qué chulo pinta el libro. El caso es que cuando hay misterios y leyendas de por medio no me hace gracia que haya humor. No parece que eso vaya a hacer ser un problema aquí. Me apunto.
Besos
Pero qué chica más seria nos ha salido… Que no, que no es para descacharrarse, que es solo que el narrador tiene ese toque de humor británico que tanto me gusta, detalles en plan «lo único que me pesaba era perderme la hora del té con mi casera» en plena aventura fantástica. No sé, si te gusta la fantasía clásica, este es tu librito ;-) Besos.
Ya me estás picando, mala, malísima… Ains, no sé si resistiré.
Un besazo
Corre, corre, que está de oferta. A mí me lo regalaron en enero y me hizo muchísima ilusión porque hacía tiempo que quería leer algo de M.R. James y esta novela me ha encantado. El autor es más conocido por sus historias de fantasmas, pero es un placer leerlo en cualquier registro. Besos.
Desconocía totalmente a este autor. Aunque no sé, esta vez no termina de tentarme. Creo que lo voy a dejar pasar.
Besotes!!!
Yo le conocía porque era todo un maestro contando historias de fantasmas, bueno y porque era inglés, victoriano y le molaba un montón Le Fanu, fikadas mías. Pero sobre todo tenía mucha curiosidad por alguna de sus novelas porque me encantó su prólogo y acompañamiento en «Crónica de una cacería de troles», de James McBryde. Y precisamente, «Los cinco frascos» lo escribió para la hija de McBryde, su ahijada. Ya ves, que todo queda en familia ;-) Besos.
No me gusta la fantasía actual pero otra cosa es esa fantasía que recuerda a los cuentos infantiles, más que fantasía la etiquetaría de magia. En cualquier caso, este libro lo recuerdo perfectamente y aunque me he paseado por esas ofertas a precios ridículos, no lo he visto! Daré otra vuelta. Besos
El formato es pequeñito, quizás por eso te ha pasado desapercibido. A mí me ha encantado porque es victoriano, porque es de James y porque bebe de las raíces celtas y anglosajonas clásicas de la literatura fantástica. Creo que te gustará. Besos.
Otro libro que un autor clásico escribió para los hijos de un amigo… esto me recuerda al «Cascanueces» de Hoffmann. A mí nadie me escribió ninguna historia maravillosa cuando era pequeña… ¡porca miseria! xDDD
Lo tengo ahí esperando, pero es que este mes de febrero se me ha complicado mucho, mucho más de lo que esperaba entre unas cosas y otras. Lo leo sin falta en marzo, y ahora que además tengo el de los troles porque tengo amigas que valen mil potosíes, voy a hacer lectura completa :) El librito es una cucada, por cierto, tan chiquitín que cabe en la palma de la mano, con sus ilustraciones…
¡Besote!
¡A mí tampoco! Somos unas abandonadas de la literatura :-((( Si tampoco pedimos tanto, un señor de los anillos, un hobbit, un Harry Potter… algo así, pequeñito, que nos lo hubiesen escrito para entretenernos cuando éramos crías, ¿verdad? Jajajajajaja.
Aish, sí que es una cucada y las ilustraciones originales enamoran. Me viene a la cabeza «pequeña joya» y es que me parece que le cae al pelo. Creo que te gustará y que te durará apenas un par de tardes, ya verás. Cuando lo termines hablamos. Y el de los troles… bueno, no te digo nada que lo tienes que descubrir tú solita ;-)) Un besote.
No lo conocía, pero soy fan de Alicia, así que seguro que este también me gusta. Apuntado.
Besos
Uy, entonces te encantará, ya lo verás. Es una narración victoriana y se nota, pero también bebe de la mejor tradición celta y anglosajona de los libros de fantasía. Me gusta ese aire a lo Alicia de los primeros capítulos y también a lo Jonathan Swift, pero sobre todo me gusta la autenticidad de la voz narradora de James. Ya me contarás. Besos.
Hola, mi nombre es Margarita, y es la primera vez que entro en tu blog. He llegado aquí a través del canal de Youtube de Ana González Duque, y nada, me ha encantado y me quedo por aquí.
Con respecto a la reseña que has hecho me has dejado intrigada. Me gusta la fantasía y todo aquello que tiene tintes de fantasmas, magia y demás, me atrae muchísimo, así que voy a pedírmelo. Además no he leído nada de este autor y estoy deseando.
¡Besos! :D
¡Hola, Margarita! Muchas gracias por pasarte por aquí, un placer. Si te gusta la fantasía clásica, creo que este librito te encantará. M.R. James era conocido como el maestro victoriano de las historias de fantasmas, pero en este caso se descuelga con una historia de fantasía juvenil (dedicada a Jane McBryde) y nos sorprende. Ya me contarás. Besos.
Por lo general no soy lectora de fantasía, pero lo cuentas tan bien que me entran ganitas.
Besos.
Este es un clásico victoriano que bebe directamente de la tradición celta y anglosajona en cuanto a leyendas fantásticas (bosques encantados, plantas y ríos animados, gente pequeña, brujas, …). A mí me ha recordado a otras obras de la época, como la Alicia de Carroll o Otra vuelta de tuerca de Henry James, pero es 100% M.R. James. Si te animas, nos cuentas. Besos.