Paradero desconocido, de Kathrine Kressmann Taylor

Max y Martin son dos colegas alemanes afincados en Estados Unidos y socios propietarios de una exitosa galería de arte en San Francisco, pero sobre todo son amigos, como hermanos. Max, soltero, suele pasar mucho tiempo en casa de Martin, con su esposa y sus hijos, como uno más de la familia. Pero a finales de 1932, a Martin le puede la añoranza de su tierra y se despide de su querido Max para afincarse en Múnich con sus niños y su mujer. Se encuentra con una Alemania todavía humillada por las condiciones de paz de la Primera Guerra Mundial, con una inflación galopante y una pobreza que roza la miseria tras haber dejado atrás la boyante economía estadounidense. Sin embargo, algo está cambiando en su querido país y así se lo cuenta a Max en su correspondencia.

«Como es natural estarás enterado de los nuevos acontecimientos en Alemania y querrás saber qué pensamos nosotros aquí. Y de verdad te digo, Max, creo que en muchos sentidos Hitler puede ser conveniente para Alemania. Pero no estoy seguro. Ahora está a la cabeza del gobierno y dudo mucho que, ni siquiera Hidenburg pueda quitarle el poder, puesto que se vio forzado a dárselo. El hombre es una suerte de electroshock, como solo puede serlo un gran orador y un fanático. Pero me pregunto, ¿está del todo cuerdo?«

Quienes me conocéis sabéis que, pese a ser historiadora (o quizás precisamente por eso), no me gusta demasiado la ficción histórica y que le tengo especial manía a la literatura de ficción sobre las dos guerras mundiales y/o sobre los nazis. Como historiadora, entiendo la importancia de no olvidar (aunque viendo la actualidad europea, parece que seguimos repitiendo los mismos horrores), pero me parece que el tema se ha sobreexplotado y evito las novelas ambientadas en las dos guerras mundiales porque todas me parecen iguales. Quizás por eso, mi amiga Rosa no se atrevía a recomendarme Paradero desconocido, pero yo necesitaba un clásico de ficción epistolar para el Reto Todos los clásicos y ella pensó que era su oportunidad para descubrirme esta pequeña joya de la literatura.

Paradero desconocido es una ficción epistolar de apenas setenta páginas que te vuela la cabeza tres veces: por el primer giro de los acontecimientos por parte de Martin, por el segundo giro de acontecimientos por parte de Max y por la nota final de la hija de Kathrine Kressman Taylor, en la que explica las circunstancias en las que se publicó por vez primera esta obra (¡en 1938!). No voy a explicaros más porque las páginas son las que son y porque es mejor que leáis esta historia sin saber nada sobre ella para poder disfrutar de la sorpresa y el impacto de los tres giros que os he comentado. Os la recomiendo muchísimo, por lo bien que está escrita, por el estilazo de Mrs. Kressmann, por el testimonio demoledor que representa pese a ser ficción, porque fue publicada en Norteamérica en 1938 y porque es extraordinario que un autor sea capaz de explicar un universo real entero en apenas dieciocho cartas ficticias.

Lector, qué maravilla. No la dejes pasar.

P. D.: En cuanto la terminé se la pasé al Ingeniero para que la leyese y él me vio tan impactada que me hizo caso. La leímos los dos a lo largo de la misma mañana y pasamos toda la sobremesa comentándola, impresionados.

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9 respuestas a Paradero desconocido, de Kathrine Kressmann Taylor

  1. Rosa Berros dijo:

    Lo leí hace unos años y me pareció brutal. A mí sí me gustan las novelas ambientadas en las dos guerras mundiales y en la guerra civil española, pero tienes razón en que últimamente salen tantas que hay que elegir con mucho cuidado porque hay mucho oportunismo con el tema y se ve mucha novela mediocre en el mejor de los casos. pero me gusta leer buenas novelas sobre esos desastres en un intento de ir comprendiendo un poco más cada vez. No lo hago con la idea de que conociendo los errores evitamos repetirlos. Eso hace ya mucho tiempo que sé que no es verdad. Por mucho que se conozcan se repiten una vez tras otra, pero al menos pretendo entender por qué suceden.
    Paradero desconocido es una joya literaria y me atrevería a recomendarte otra que siempre recuerdo junto a ella, «Reencuentro» de Fred Uhlman. También de las que se leen en una tarde y también un clásico.
    Un beso.

    • Monica dijo:

      Qué genial que me recomiendes «Reencuentro» porque te prometo que en mi cabeza solía confundir los dos títulos, Reencuentro y Paradero desconocido. Ya sé que no son del mismo autor, pero supongo que como tienen relación temática los tenía en el mismo saco. Como he disfrutado tanto con esta lectura, te haré caso, por supuesto. Respecto a la ficción histórica, me sigo quedando con el ensayo histórico, qué le vamos a hacer, pero entiendo bien lo que dices y lo comparto. Besos.

  2. Norah Bennett dijo:

    Hola. Tengo la misma alergia que tú, a la Historia y en especial esas dos guerras y los nazis. De verdad, ya hay más que de sobra, y como bien dices, tampoco es que haya servido de mucho tenerlo presente para que no se repita. El principal peligro de estos seres es que a veces saben dar en la tecla y aprovechar la desesperación del pueblo para llevarlos a su terreno.
    Me ha impresionado más la escena doméstica con el ingeniero que la novela en sí. De vez en cuando hago excepciones, en especial con la señora Némirovsky pero vaya, por lo general, huyo.
    Besos

    • Monica dijo:

      Pues me da que este librito tan breve se va a convertir en otra de tus excepciones, palabrita. Merece mucho la pena. No me extraña que te impresione la escena con el Ingeniero, él no suele leer novelas casi nunca (solo libracos relacionados con la práctica de profesión), así que da una idea de lo potente que es «Paradero desconocido». Ahí lo dejo. Besotes.

  3. Nitocris dijo:

    Hola Mónica te pasa lo mismo que a mí con las novelas de las guerras mundiales (aunque a mí más con la Segunda que con la Primera, pero aún así…). No sé si me animaré con esta al verte tan impresionada. Lo bueno es que tiene pocas páginas y eso hace que no me resulte demasiado pesada con el tema…
    En fin que ya veré.
    Un besazo guapa

    • Monica dijo:

      Sí, exacto, nos entendemos bien. Así que te da una idea de lo mucho que me ha impresionado este librito epistolar. Si un día te lo encuentras por la biblio, dale una oportunidad y me cuentas, que no te va a defraudar, ya verás, pero no leas sinopsis al respecto porque es demasiado cortito y lo destripan!! Besos.

  4. Hola Mónica,
    Pues sí que parece interesante porque si se publicó en 1938 parece que la autora fue bastante premonitoria y que supo ver lo que se venía encima ¿no?
    Como tú dices, es sorprendente que en tan pocas páginas se pueda condensar una situación política tan compleja. No siempre se trata de que un libro tenga muchas páginas: a veces con unas cuantas bastante «sagaces» se puede conseguir una gran obra.
    Por lo que comentas, este libro sería ideal para que lo leyeran en los colegios y la gente aprendiera a reconocer a los «lobos con piel de cordero».
    Muchas gracias por tu reseña ;)

    • Monica dijo:

      Sí, exacto, es impresionante la destreza de la autora para contar tanto y tan claramente en tan pocas páginas. Y es un zas en toda la boca a esos que decían que antes de la Segunda Guerra Mundial no sabían «qué estaba haciendo Hitler». Por supuesto que se sabía, los estadounidenses civiles lo sabían, los europeos lo sabían, por mucho que los gobiernos mirasen para otro lado, Kressman demuestra que en 1938 ya se sabían las barbaridades y crímenes que se estaban cometiendo en Alemania. Vaya que sí. Besotes.

  5. Paseando entre páginas dijo:

    Idò a mi m’encanta el tema. Això sí, la novel·la m’ha recordat a «Reencuentro», de Fred Ulhman. De totes maneres, veient el teu entusiasme, és impossible passar-ne de llarg. Me l’apunto.

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