Todos los niños crecen, menos uno. Así empieza este extraordinario libro en el que tres hermanos ingleses descubren que su infancia tiene fecha de caducidad. Una noche, a punto de ser vencida por el sueño, Wendy sorprende a un extraño niño llorando en su habitación porque ha perdido la sombra. Conmovida, la niña le ayuda a atraparla y se la cose a los pies para que no vuelva a salir huyendo. Este es el principio de la amistad de Wendy y Peter, quien decide llevársela a Nunca Jamás, una isla poblada de piratas, hadas, sirenas, indios y niños perdidos. Wendy posee el don de contar historias, el mayor tesoro para Peter y sus niños, por eso desean que se quede para siempre en la isla ¿Acaso queda nada en Londres que la convenza para volver?
«—Hace tiempo —empezó—, yo también creía que mi madre siempre me iba a dejar la ventana abierta, y estuve fuera durante muchísimas lunas, hasta que un buen día volví. Pero la ventana estaba cerrada porque mi madre se había olvidado de mí, y había otro niño durmiendo en mi cama.
No sabemos si esto era verdad o no, pero Peter estaba convencido de ello, y los niños se asustaron mucho.
—¿Estás seguro de que las madres son así?
—Sí.
Conque esta era la verdad sobre las madres. ¡Vaya unas sabandijas!
(…) En el fondo del corazón o de lo que ellos consideraban su corazón, sabían que se puede vivir perfectamente sin una madre y que son ellas las que se empeñan en que no.«
Penguin Clásicos
Fecha de publicación: enero 2018
Páginas: 224
ISBN: 9788491053354
El autor escocés Sir James Matthew Barrie publicó la versión definitiva de Peter y Wendy, la historia del niño que no quiso crecer en 1911, según una idea que paralelamente transformaría en una osada obra de teatro que acabaría por concederle merecidísima fama a Peter Pan y al mismo Barrie. Esta historia, pionera en su época, marcó para siempre un hito en la literatura infantil y fantástica, regalando a todos los niños (y adultos) del mundo el personaje de ficción más carismático y original de todos los tiempos. Barrie ofrece una encrucijada de múltiples lecturas iniciadas por una puerta a Nunca Jamás que cada lector abre según su edad. Aventuras, amor, fantasía, conflictos freudianos, miedo a crecer, ambición, muerte… Peter Pan es toda una fábula adulta codificada en una maravillosa leyenda infantil.
Cuenta Silvia Herreros de Tejada, especialista en J.M. Barrie y en Peter Pan, a cargo de esta edición de Penguin Clásicos, que Peter y Wendy se diferencia de la obra de teatro original, y de otras versiones, en que Barrie hace hincapié en el misterio de la existencia. Su protagonista es un niño que no quiere crecer, un héroe de personalidad compleja (a veces cruel, otras inocente, a veces feliz, otras casi siniestro) y con ecos freudianos. El personaje ya se había dado a conocer al público en la novela El pajarito blanco, donde era un bebé que se criaba con los pájaros y que acompañaba a los niños que se perdían en los jardines de Kensington hasta que sus madres volvían para recogerlos o hasta que morían abandonados y Peter tenía que enterrarlos en los mismos jardines. Un niño eterno, un niño que nunca muere, seguramente inspirado en el trauma que supuso para un Barrie de seis años y para su madre, la pérdida de su hermano mayor, David, cuando este contaba con 13 años de edad.
Peter y Wendy decepcionó al público cuando Barrie la publicó. Quizás porque esperaban el cuento infantil de la obra de teatro, la magia de las hadas y las sirenas, en lugar del héroe con complejo de Edipo, inmortal y cambiante, o la crítica soterrada a la sociedad victoriana de la época. Sin embargo, hoy es el libro traducido a más idiomas del mundo después de la Biblia y las adaptaciones teatrales y cinematográficas se cuentan por decenas (pese al flaco favor de la versión deformada e híper edulcorada de Disney).
Lector, contempla al niño eterno en su versión original, tan esquivo como un beso escondido.
Artículo relacionado, en La piedra de Sísifo: Peter Pan, enterrador de niños
También te gustará: Mi madre, Margaret Ogilvy; Mis reliquias literarias
Me encantó Peter y Wendy, y también de Peter Pan en los Jardines de Kensington, que estaba incluida en mi edición; la escritura de Barrie me pareció muy tierna y al mismo tiempo profunda… Por culpa de esa lectura empecé a hacer colección de otras de esas historias que originalmente fueron novelas y luego películas «infantiles».
A mí también me gusta, es una de mis novelas clásicas preferidas. Pero no sé si por la ternura o mejor por lo extraña que es. Muchos escritores de la época, como Chesterton, le criticaron a Barrie que hubiese escrito semejante mezcla de fantasía, moralina, análisis freudiano, etc. Por no hablar de que constantemente interpela a un lector distinto: tan pronto le habla a los niños como a los adultos. La obra teatral era mucho más sencilla, pero a mí me gusta el libro. Eso sí, no soporto la adaptación Disney del clásico. Besos.
Acabo de releer Alicia en el País de las Maravillas y tengo ganas de volver a Peter Pan. Los leí en octavo y creo que ha llegado el momento de una relectura. Bueno, otra, porque Alicia lo he leído más veces. Peter Pan no porque perdí el libro. Es buen momento para hacerse con un repuesto.
Besos
Pues esta edición de Penguin Clásicos es perfecta porque está muy bien de precio y porque la introducción y las cuidadas notas de Silvia Herreros de Tejada son una maravilla para entender el origen del personaje y todo el contexto psicológico y moral de la obra más conocida de Barrie.
¡Alicia también es otro de mis clásicos preferidos!
Un beso.
Me pasó lo mismo que a esos primeros lectores. Esperaba un cuento, no miro para nadie, señor Walter Elias Disney, y me he encontrado con una novela muy compleja que me ha dejado sensaciones contradictorias pero entre las que no se encuentra la decepción.
Tambien me ha ayudado a darle cierta dimensión la edición anotada. Aún tengo que leer los anexos para hacer reseña. Pero sé que lo voy a volver a leer.
Dedales.
Claro, le pasa a muchos lectores desprevenidos, pero sobre todo a los más jóvenes. La primera vez que leí la novela de Barrie me pasó exactamente lo mismo. Pero, con los años, he hecho nuevas lecturas de esta historia, porque siempre me ha fascinado, y cada vez descubro más complejidades del personaje. Hace poco publiqué en La piedra de Sísifo un artículo sobre Peter, por si tienes curiosidad por saber más sobre el origen del personaje. Ya ves que no es una lectura para niños, precisamente ;-) Besos.
Tengo siempre en mente leerme estos clásicos infantiles, creo que esconden muchas cosas y que son muy disfrutables. El primero de ellos quiero que sea El mago de Oz
Besos
Pues aprovecha la edición que acaba de sacar al mercado Penguin Clásicos porque está genial de precio y es genial. Las anotaciones e introducció de Silvia Herreros de Tejada resultan imprescindibles para aproximarse al personaje por vez primeras, ya verás. Y, ahora que lo dices, yo también tengo pendiente ese mago. Un beso.
No conocía esta cara oculta del cuento de Peter Pan. Siempre me pareció un héroe infantil diferente; quizás, el primer «malote» que se salía de lo políticamente correcto, como se dice ahora, lo que me gustaba mucho. Ahora me gusta mucho más ;D. Abrazos.
Claro, a menudo sucede que la gran pantalla nos deforma personajes y mitos que tuvieron su origen en la literatura y los convierten en iconos que poco tienen que ver con el original. En el caso de Peter Pan, el cine lo ha convertido en un héroe infantil y ha borrado del imaginario colectivo la complejidad y la oscuridad del personaje. Como la complejidad del monstruo de Frankenstein, por ejemplo, o la oscuridad de los cuentos de los hermanos Grimm. Ya dicen bien que una imagen vale más que mil palabras, ¿verdad?
Qué entrada más bonita, Mónica :*
Al hilo de las últimas preguntas que haces en la newsletter, yo añadiría otra opción: los padres. Son los padres los que muchas veces no quieren que estos clásicos abandonen su imagen distorsionada. Y esto lo he leído y escuchado yo más de una vez. El mundo de Disney es más bonito y más fácil de digerir. Y si nos vamos a los monstruos de la literatura, qué duda cabe que queda más gracioso el gigante con tornillos y cabeza de ladrillo que el ente atormentado, sensible e inteligente… y mucho más romántico y apasionado el Drácula de Gary Oldman que el vampiro original, donde va a parar… luego leen Drácula y dicen que menudo aburrimiento.
Peter Pan es de esas novelas que resulta ya casi imposible reconducir hacia su esencia original. Solo los que conocemos el libro, o aquellos que solo conociendo el personaje audiovisual decidan conocerlo literariamente, somos capaces de extraer lo que Barrie quería y quitar toda la paja que durante décadas ha consumido al personaje original.
En fin, que este tema da para mucho. Y es una pena. Pero me has dado ganas de releerlo. A ver si a lo largo del año lo hago :)
¡Besote!
Claro, tienes razón, los padres protegen a sus hijos y la versión Disney siempre es buena opción para ello. En el caso del Peter de Barrie, sería más adecuado que fuese una lectura no infantil puesto que la complejidad del personaje y sus oscuros origenes requieren de más experiencia para disfrutar con esta novela. Como en el caso de «Frankenstein» o «Drácula», sí señora.
Y otra cosa que se me ha olvidado señalar es que a menudo pasamos por alto otro factor original de este clásico, el título: «Peter y Wendy». Barrie daba una importancia extraordinaria al personaje de Wendy, siempre reivindicó la fortaleza e inteligencia de su protagonista femenina y a menudo juega a contrastar ambas naturalezas, la de Peter vs la de Wendy. La madre de Barrie fue una presencia clave en su vida y en su obra, Wendy era imprescindible en su imaginario. Y, en cambio, si te fijas en las adaptaciones infantiles, el protagonista absoluto es Peter Pan.
Besos.
Me encantó. Tuve una época en la que busqué alejarme de las versiones Disney y descubrir las historias reales que escondían sus películas almibaradas. Campanilla me pareció fascinante
Besos
Sí, es cierto, como comentaba anteriormente, los personajes femeninos de Barrie tenían mucha fuerza y una psicología complicada. Seguramente porque la madre de autor fue una constante presencia en su vida y en su obra, y, a menudo, Barrie se declaraba feminista. Por eso creo que una nueva aproximación, en la edad adulta, a estos clásicos de toda la vida, siempre resulta, cuanto menos, sorprendente. Besos.