Isidore Mazal tiene tres hermanas y dos hermanos mayores, todos superdotados como sus padres. Es un adolescente sosegado y sensible, observador, el único de su familia capaz de comunicarse con amigos y vecinos con cierta normalidad. Rodeado de cerebrines sin inteligencia emocional, Isidore comprende que sus hermanos cursan una tesis detrás de otra para no tener que incorporarse al mundo laboral porque son incapaces de formar parte integrante de una sociedad que no comprenden. Antes de ser adulto, Izzy quiere escaparse de casa y vivir aventuras, enamorarse y aprender alemán. Lo que no sospecha es que además de todo eso, experimentará la pérdida, la tristeza, la ternura y la certeza de saberse el centro emocional de toda su familia.
«—A veces tengo la sensación de que he criado una camada de misántropos —dijo—. Sois todos unos intolerantes que solo levantan la cabeza del libro para criticar al resto del mundo (…). Menos mal que tú no eres así, Dory, cariño.
A Simone no le gustaba que la acusaran de intolerante, ese era su punto débil (…).
—¿Y qué quieres que yo le haga, mamá? Está claro que los hombres nacen libres y con igualdad de derechos, pero, si luego van y no abren un libro en su vida, ¿dónde pone que tenga yo que darles conversación?«
Era la primera vez que leía a Camille Bordas, una autora francesa educada entre París y México, que en la actualidad vive en Chicago. Quizás porque Cómo comportarse en la multitud es su primera novela escrita en inglés, o quizás porque su protagonista tiene la mirada limpia de un adolescente encantador, me ha parecido una historia fresca, divertida y totalmente original, como si la autora se estrenase y todo fuese nuevo, sobre todo su mirada sobre la familia, la sociedad y el mundo. Es una novela de descubrimiento y clarividencia porque a menudo los que comprenden mejor el mundo son aquellos que todavía están libres de prejuicios.
El encanto de esta novela reside en la voz narradora, la visión de su familia y del mundo del protagonista, un adolescente inteligente, cándido, divertidísimo. Es esta perspectiva, la de Isidore, la que enamora al lector desde los primeros capítulos, tendiéndole la mano para acompañarlo a casa de los Mazal y mostrarle con delicadeza y simpatía la naturaleza de cada uno de los miembros de tan peculiar familia. A través de los ojos del hermano más pequeño conoceremos a Simone, Aurore, Berenice, Jeremie y Leonard, a madre y a padre, personajes que reflexionan en voz alta sobre la melancolía, la frustración y la constante confusión de saberse distintos al resto de las personas de su entorno y a la vez incapaces de adaptarse a esa circunstancia.
Dice Camille Bordas que los adolescentes a menudo ven el mundo con mayor claridad que los adultos, y leyendo Cómo comportarse en la multitud al lector no le cabe duda de que así sucede en el caso de Isidore. Camille, también hija menor de familia numerosa, reconoce que hay mucho de ella en esta novela, en el personaje de Denise (la mejor amiga de Isidore, una niña enternecedoramente existencialista y trágica) y en el sentimiento de sentirse más torpe que sus hermanos mayores. Tal vez sea la experiencia vital de la autora la que dota a esta magnífica novela de un halo original y único, con personajes totalmente alejados de clichés o caricaturas que reflexionan —a menudo a través de unos diálogos y situaciones cargados de humor negro— sobre todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta la senectud de la mujer más anciana del mundo.
Cómo comportarse en la multitud es una novela para subrayar frases, para reflexionar sobre párrafos enteros que parece que nos hablan directamente. Yo me he anotado un montón de ideas que alguna vez me han preocupado y frases con las que me identifico muchísimo. Os dejo una muestra de algunas que me han gustado especialmente aunque os animo a que leáis esta magnífica novela y me expliquéis las vuestras:
«(…) también para la vida en general, si había que elegir siempre entre pensar las cosas demasiado o vivirlas en plenitud.«
«Los buenos lo que quieren es que los dejen en paz, para así poder dedicarse a los suyos. Ahí está el problema, que los buenos no tienen ambición.«
«Hay personas para las que el tiempo presente es tan mediocre que ansían una vida de retiro que solo existe en su imaginación, como hacen los melancólicos. Lo que pasa es que, por lo general, el resto de la gente cree que eso es triste. Como tú, ahora, que has equiparado melancolía con tristeza. Pero se equivocan, porque practicar con la melancolía y estar triste son cosas muy diferentes.«
Lector, dice Camille Bordas que contra la mediocridad de la vida, hay que leer mucho.
También te gustará: El devorador de libros; Apocalipsis para principiantes; Algún día este dolor te será útil; Mi familia y otras especies en extinción; El castillo de cristal
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No me sonaba de nada este libro. Y creo, por lo que cuentas, que podría disfrutarlo. TOmo buena nota de él.
Besotes!!
Lo tenía anotado en la lista de pendientes pero hasta que no lo encontré en una librería no me acordaba de que tenía ganas de leer a Camille Bordas. Te lo recomiendo, creo que te gustará mucho. Besos.
No sabía ni que existía, pero eso que dices de que es una lectura fresca y totalmente original me ha llamado la atención, últimamente disfruto con las novelas de descubrimiento de paso de la infancia a la adolescencia
Besos
Pues esta es perfecta. Además, la voz narradora del protagonista, el único niño de inteligencia «normal» en una familia de superdotados, es maravillosa por su candidez, su sinceridad y su falta de perjuicios. Yo me he anotado un montón de frases de esta novela, me gustaban todas!! Espero que te animes. Besos.
Hola guapa, así a bote pronto esta novela parece bastante curiosa y original. Por ahora no sé si me la llevaré, todavía tengo la idea de seguir con mis pendientes, jeje… , pero si me la cruzo igual la leo.
Un besazo
Con los pendientes voy a rachas. En verano me puse muy seria y no compré libros nuevos para darle caña a la pila de pendientes, pero en septiembre he sido débil y he caído en la tentación :-((( Este lo tenía desde hace meses y me encantó. Te lo recomiendo porque es distinto. Besitos.
Mira que por el título y la portada pensé que era ensayo más que novela. No termino de animarme con esta adolescencia.
Besos
Es novela y es muy bonita. Es que a mí me gusta cuando la voz narradora es la de un niño/adolescente que está en proceso de entrar en la vida adulta, y este niño es taaaaan monérrimo, adorable, y «més asenyat» que un adulto. Me he anotado un montón de frases que me han tocado de cerca. Pero paro ya que te voy a poner los dientes largos y por uno que dejas pasar… Jijijijiji. Petonets!!!
Creo que digo, con alegría en el alma y descanso en mi bolsillo, que este no me lo llevo… jajaja. A ver, no me importaría leerlo, pero no me llama tanto-tanto-tanto como para correr a leerlo, y si miro mis estanterías, lo dicho: mi alma lectora lo agradece infinitamente :)
Me ha hecho gracia el subtítulo de «Una novela», y es que imagino que se hacía necesario porque si es por el título y la portada, puede pasar perfectamente por un manaul de autoayuda :)
¡Besote!
Anda, pues justo Marga me decía lo mismo, que pensaba que era no ficción. De todas formas, si lees la sinopsis de la contraportada deja claro que es novela de ficción. A mí me ha encantado la voz narradora, las conversaciones con sus hermanos y las docenas de frases que me he apuntado sobre la naturaleza humana y nuestras inseguridades. Mira, es una novela con un montón de escenas en las que los personajes solo conversan y no es nada aburrida. Además es la primera novela de Bordas en inglés y quizás de ahí ese punto de frescura que tanto me ha enamorado. Uy, te digo lo mismo que a Marga, que ya no te cuento más, que parece que esté intentando convencerte y no tenemos la mesilla de noche para más pendientes ;-))) Besotes.
Menudo descubrimiento me haces con esta obra. Me has convencido ya con lo que es un libro de subrayar y reflexionar, pero con esta frase me has engatusado:
» porque a menudo los que comprenden mejor el mundo son aquellos que todavía están libres de prejuicios.»
Touché!
Besos.
Sí, lo decía Camille Borda en una entrevista que le hicieron cuando publicó esta novela. Decía que su prota, justo ese adolescente/niño que está en pleno proceso de dar el paso y entrar en la vida adulta, tiene tan excelente visión del mundo y de las personas, de las sociedad y de su familia, precisamente porque su mirada es limpia, inocente, sin prejuicios. Yo creo que te va a encantar, no veas la de frases que me he apuntado :-))) Besos.
Me suena a Telemacus y también a Margarita Dolcevita. ¡Me gusta! Sobre todo porque creo que me voy a llevar bien con el prota, y es el tipo de humor que me va.
Me lo llevo por recomendación personal y porque me mola.
Besos
Sí, creo que te gustará. Es una novela de conversaciones y el protagonista es extraordinario porque es normal. A ver que odio eso de «normal» porque nadie es normal, pero en una familia de inadaptados sociales, Dory es el único capaz de entender qué les pasa. Al final, todos acuden al hermano pequeño en busca de comprensión y consuelo, sobre todo cuando se dan cuenta de que no van a poder integrarse en esa humanidad social que tanto desprecian.
Yo me he llevado un montón de frases que me gustaban, ya me contarás cómo sales tú de esta lectura ;-) Un beso. (Ah, al principio es un pelín lenta, dale una oportunidad).