Nicholas Nickleby, de Charles Dickens

Debido a la ruina y posterior fallecimiento de su padre, Nicholas y Kate quedan en una desafortunada posición económica que los obliga a mudarse, junto con su alocada madre, a Londres en busca de una oportunidad. Muerto el cabeza de familia, los Nickleby se ponen bajo la protección del hermano de su difunto padre, Ralph, un temible prestamista de negro corazón que solo piensa en libras y peniques. El carácter honesto, generoso y altruista de los hermanos pronto entra en oposición con la mezquindad de Ralph, y tío y sobrino experimentan una profunda y mutua aversión. Mientras Nicholas es enviado a un espantoso internado de Yorkshire como ayudante de maestro, la bella Kate queda a merced de los inexistentes escrúpulos de su tío, que no duda en someterla a sus oscuros intereses usureros. Separados por la injusticia, la desdicha y el peligro, los hermanos Nickleby deberán poner a prueba su fortaleza de carácter y valentía para salir al paso de los reveses de la fortuna sin perder la esperanza y la bondad de su naturaleza por el camino.

«(…) se levantaban cada mañana y se acostaban cada noche sin un hogar que los albergara y sin nadie que moviera un dedo para ayudarlos; cómo, no buscando una vida lujosa y espléndida, sino una mísera y deficiente subsistencia, había mujeres y niños en la ciudad divididos por clases, registrados y censados con la misma precisión que las familias nobles y las personas de alto rango; al ver cómo la ignorancia era castigada, pero nunca remediada, cómo miles de personas acababan en la cárcel o subían al patíbulo por circunstancias que las habían abocado a ello desde la cuna, y sin las cuales podrían haber ganado su pan con honradez y vivido en paz.«

Charles Dickens publicó por vez primera Nicholas Nickleby como una serie por entregas entre los años 1838 y 1839, aunque su éxito fue tan rotundo —en aquellas fechas Dickens ya era un escritor notable— que al finalizar la serie se sucedieron continuas reediciones de la obra en un volumen único. Era su tercera novela larga, tras Los papeles póstumos del Club Pickwick y Oliver Twist, y no solo fue la confirmación de su merecido éxito sino que además contribuyó a señalar la terrible gestión de los internados infantiles en Yorkshire que derivó en inspecciones gubernamentales de los mismos para clausurarlos y encausar a sus monstruosos directores. En el prólogo del autor a la edición de 1848, Dickens se defiende de aquellos que lo acusan de exagerar en su novela y responde que, al contrario, se había contenido a la hora de cargar las tintas sobre sus personajes, tanto malvados y miserables (Ralph, Squeers, Gride, Mulberry,…) como buenazos (los hermanos Cherryble, Newman Boggs, John Browdie,…). Porque la realidad, siempre siempre siempre, también en época victoriana, supera a la ficción.

Mi admiración por Dickens se sustenta en su extraordinaria prosa, en su sentido del humor, en su contundente crítica social y en la caracterización de sus personajes, pero también en su maestría como escritor: no conozco a ningún otro autor que ponga al servicio de su narración, con tanta soltura y gracia, todos los recursos literarios que él maneja; su talento natural es tal, que hace que todo parezca fácil y sencillo, incluso simple, y, sin embargo, pocos autores bordan como él el arte de mostrar en lugar de explicar o saben darle ese toque tan eficaz a la voz autoral. Dickens era un escritor para todos los públicos porque trataba cuestiones que tocaban de cerca a cualquier ciudadano de su época, como la injusticia social, la ineptitud de los políticos, la pobreza endémica en la metrópoli más rica del mundo, la falta de oportunidades de las clases sociales más bajas, el deficiente sistema educativo o el agujero negro de las prisiones por deudas. Sin embargo, ser un escritor tan famoso y de masas no entraba en contradicción con la calidad de su prosa, su inteligencia y su genial manejo de los recursos narrativos.

En Nicholas Nickleby encontramos los grandes temas de denuncia recurrente en Dickens, como su crítica a los parlamentarios, al sistema de prisión por deudas o a la desigualdad social y de oportunidades, pero la novela hace especial hincapié en el maltrato y los abusos infantiles y en el horror de los internados de la campiña de su época, además de ofrecernos un retrato minucioso de los contrastes de Londres, a la sazón la metrópolis más importante de occidente, o de cómo funcionaba el teatro inglés de provincias. Sus protagonistas, Nicholas y Kate, contrastan en honor, generosidad, grandeza de corazón y educación con los antagonistas más viles y desalmados (en los que atisbaba el germen del futuro Ebenezer Scrooge de Cuento de Navidad). Pero lejos de caer en arquetipos victorianos, Nicholas se gana el favor del lector por su impetuosidad y pasión y, Kate, por su fortaleza y capacidad para ser feliz, en un momento en el que los ideales de la época solían ser más impertérritos y abnegados.

Dejo aquí esta reseña porque podría ocuparme páginas enteras y ni siquiera habría empezado a hacerle justicia a una novela que me ha gustado tanto como Los papeles póstumos del Club Pickwick, que ya es mucho decir. Qué complicado reseñar una obra que nos entusiasma.

Lector, muy fan de Mr. Dickens. Always.

También te gustará: Los papeles póstumos del Club Pickwick; Tiempos difíciles; Cuento de Navidad; Para leer al anochecer

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Nicholas Nickleby

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22 respuestas a Nicholas Nickleby, de Charles Dickens

  1. Marisa dijo:

    ¡¡Dickens forever!! Maravillosa lectura en la mejor compañía ❤️❤️

  2. Norah Bennett dijo:

    Ay, pues no me ha quedado claro si la recomiendas. Booom. De Dickens intenté varias veces leer Grandes esperanzas porque me gusta mucho la peli pero nunca salí de los marjales. Me perdía.
    Papá Noel me ha traído el Tom ilustrado y eso es una señal, la de que tengo que darle otra oportunidad.
    Es que es de esos autores que te lo hacen pasar mal aunque luego te regala un bonito final. De momento creo que voy a intentarlo con Tom y si funciona ya pruebo con Nicholas. Qué rabia dan estos autores que lo hacen todo bien. Y son como los patinadores sobre hielo, hacen que parezca fácil y solo cuestión de tiempo, como si el talento no contara.
    Besos

    • Monica dijo:

      Pues sí, dan mucha rabia; no solo te dejan boquiabierta sino que te ponen un poco en tu sitio, la verdad. Creo que la clave para disfrutar tranquilamente de los autores victorianos es escoger una buena traducción, fluida y clara y con el texto íntegro, y por suerte en el siglo XXI ya las tenemos, es cuestión de acertar. Ya me contarás si te animas, aunque para empezar quizás es mejor optar por una obra de menor extensión. Besos.

  3. ¡Madre mía! ¡Cómo has debido disfrutar con esta novela! Tanto, que me has hecho entusiasmarme leyendo tu reseña.

    Si me gusta una cuarta parte de lo que te ha gustado a ti me doy por satisfecha. Me la apunto.

    Un saludo.

    • Monica dijo:

      Muchísimo, pero es que como amiga Rosa ya me había convertido en fan de Dickens con «Los papeles póstumos del Club Pickwick», era fácil que me entusiasmara tanto, jajajajaja ¡qué locura de reseña! Si te animas, me cuentas. Besos.

  4. Buenas noches, Mónica:

    Como bien sabes, yo también soy una incondicional de Dickens. Por ello hago mías tus palabras. No sé cuál de sus títulos leeré este año, pero me niego a dejar pasar un año sin leerlo. Estaré muy atenta tu próxima reseña suya.

    Un abrazo

    • Monica dijo:

      Pues empecé a animarme con un Dickens en navidad, pero luego MH me tentó con su club de fans dickensiano y ahora ya no puedo parar XD Pero entiendo lo que dices sobre leerlo cada año, es que hay autores que nos aportan tanto que leerlos es como volver a casa. Besos.

  5. Margari dijo:

    Tengo que animarme a leer más libros de este autor.
    Besotes!!!

    • Monica dijo:

      Como le decía a Norah, si te da respeto por la extensión (son más de mil páginas) o no puedes/quieres dedicarle tanto tiempo de lectura, siempre se puede optar por alguna antología de relatos u otra obra más cortita porque las vas a disfrutar igual. Besos.

  6. Nitocris dijo:

    Hola Mónica, la verdad es que David Copperfield me gustó mucho. Y quiero leer más de Dickens, pero me entra una pereza… Ver esos «tochos» taaaan grandes. Además no sé si este, con eso del maltrato infantil, me gustaría mucho. Prefiero leer antes Los papeles póstumos, por ejemplo…
    Un besazo

    • Monica dijo:

      Es verdad lo de los tochos, requieren mucho tiempo y a menudo es lo que más nos escasea. Ahora me viene a la memoria «Tiempos difíciles», que es un poco más corta y trata también sobre la educación, quizás te interese. Besos.

  7. Rosa dijo:

    Una de mis esperanzas de este año es leer a Dickens sobre el que no vuelvo desde la adolescencia. tengo para empezar Historia de dos ciudades y quiero seguir con Los papeles póstumos del Club Pickwick. Este Nicholas Nickleby va a la lista. Ojalá leyera los tres en 2022. A ver qué me va saliendo al paso porque no es el único objetivo.
    Un beso.

    • Monica dijo:

      Como decía Undine, a Dickens hay que leerlo aunque sea una vez al año. Más de un título al año no sé yo si nos da tiempo porque el señor tiene cada tochal… y es por falta de tiempo, que no de ganas, ¿verdad? Pickwick lo leí el año pasado y me gustó tantísimo que tenía miedo de que el listón estuviese muy alto y Nicholas me decepcionara, pero no, me ha gustado tantísimo o más. Besos.

  8. ¡Hola, bonita!

    ¿Te puedes creer que no conocía yo este libro de Dickens? Muy interesante propuesta la de hoy. Y la edición es muy bonita.
    Lo anoto, pues.

    Besos.

    • Monica dijo:

      A mí me sorprendió que lo tuviese editado Nocturna porque es una editorial que asocio con novelas de fantasía juvenil. Pero es que además de este título también tienen «Cuento de navidad» del mismo autor, y ambas ediciones con una traducción fabulosa, me ha encantado. Te lo recomiendo mucho, pero con calma porque tiene más de mil páginas. Besos.

  9. Blanca dijo:

    ¡HOLA, HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

    Desde luego que has hecho justicia en esta reseña, de hecho se nota tanto lo que te ha gustado este libro que se va directo a mi lista de pendientes. Espero contarte en algún momento que me parecen estas páginas.

    ¡SE MUUUUUUUUUUUUY FEEEEEEEEEELIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIZ!

    • Monica dijo:

      Ay, cuando nos gusta tanto un libro nos cuesta un montón escribir una reseña ordenada y breve, ¿verdad? Nos puede la pasión y no paramos de «bla bla bla», jajajaja. Pero la idea ha quedado clara: lo recomiendo mucho. Ojalá te animes!! Un besazo.

  10. MH dijo:

    Ay, hemos hablado tanto sobre el libro durante tanto tiempo que no sé si me queda algo más por decirte, y el fangirleo exacerbado mejor in private… Le sacábamos a cada capítulo hasta el sentido de las comas, así que ya me dirás :)

    Soy dickensiana hasta la médula, qué te voy a contar que no sepas, y teniendo en cuenta que tal y como está el patio los dickensianos somos una especie en extinción, me alegra haberte sumado para la causa. Dos contra el mundo siempre mejor que una… jajaja.

    ¡Besote!

    • Monica dijo:

      ¡Viva los dickensianos! Fíjate que en el perfil de IG solo tenía lo de «bardolatry», pero por tu culpa fue creciendo, primero con «austenita», y después con «dickensiana». Y te lo agradeceré toda la vida, amiga mía. Me encanta tu fangirleo y comentar las novelas de Mr. Dickens contigo, pero sobre todo te agradezco que me hayas presentado a un escritor de semejantes recursos. ¡A por la siguiente! Besotes.

  11. LectoraEmpedernida dijo:

    Ay, tenía pendiente pasarme por esta reseña que, aunque ya habíamos hablado sobre esta lectura, quería leerte más en profundidad. Y sí, estoy de acuerdo con todo lo que señalas de Dickens. Maravilloso autor. Ya sabes que a mí esta novela me resulto demasiado extensa, creo que hubiese cerrado mejor mi experiencia con ella si no hubiese alargado tanto la trama, porque realmente la disfruté, pero… la extensión y el enredar una y otra vez la historia me resultó demasiado forzado en esta ocasión. Pero sin duda, recordaré a estos personajes y las temáticas que trata Dickens muy ingeniosamente, como siempre, en este libro.
    Ahora estoy con La tienda de antigüedades, y oye, poco a poco, el regresar a la pluma de Dickens me está resultado como, no sé, ir a ese lugar que ya conoces y que te sientas a estar cómoda y con confianza jaja. No hay nada como sentirse en lugar conocido para eso… Son muchas ya las páginas dickensianas que se van acumulando, supongo que es normal. Aunque me quede mucho aún por leer de él…
    Un abrazo.

    • Monica dijo:

      Ay, me encanta que vayas por delante con Dickens y así poder comentar contigo. A mí me toca «La tienda de antigüedades» este año, a ver cuándo, así que ya compararemos opiniones, que me han dicho que es un Dickens un poco distinto, ya veremos. Entiendo lo que dices de «Nicholas Nickleby», pero es que debe ser dificilísimo cerrar las tramas de tantos personajes, ¿verdad? Besotes.

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