Un misterio en París, de Gaston Leroux

El periodista y famoso investigador Joseph Rouletabille le pide a su buen amigo Sainclair que acepte la invitación del matrimonio Boulenger para pasar unos días de vacaciones en la costa. Rouletabille tiene dudas sobre el papel que su esposa Ivana se ha empeñado en representar para salvar a Roland Boulenger, un carismático y controvertido científico, de las garras de su destructiva amante, y por eso solicita la ayuda de su amigo. Cuando Sainclair llega a Deauville comprueba con horror y pena la peligrosa farsa de los Boulenger, aunque nada le hace presagiar el espantoso crimen que abrirá las puertas del infierno para el atribulado Rouletabille. Esta vez, la famosa capacidad de raciocinio y la recta senda de la verdad del periodista se pondrán en entredicho debido a la profunda implicación emocional en la naturaleza de los asesinatos.

«¡No soy de esas personas que se arrogan el derecho de matar a una mujer porque sonríe a otro! Señor, semejante salvajismo no entra en mi cabeza, y no sabe cuánto lamento que siga persistiendo en una época que pretende ser civilizada. Vine para constatar una horrible mentira, ¡pero no se mata a una mujer porque mienta! Si quebranta sus votos, si rompe sus sagradas promesas… ¡aléjese de ella! No se convierta en su verdugo. Domine el instinto de propiedad de la carne, que no es más que el corolario de la antigua esclavitud, o acate las leyes justas.«

dÉpoca Editorial
Colección: dÉpoca noir
ISBN: 978-84-946875-9-4
218 páginas
Fecha de publicación: mayo 2019

Para mí, Gaston Leroux (1868-1927) es el autor de El fantasma de la ópera y de El misterio del cuarto amarillo, dos clásicos de la literatura francesa que todos hemos leído o visto adaptados en la gran pantalla e incluso en los teatros. Lo que no sabía es que Leroux, periodista y escritor de novela policíaca, inició con El misterio del cuatro amarillo la saga de su detective Rouletabille, que protagonizó media docena de historias, incluida Un misterio en París. Cuenta dÉpoca editorial en la introducción que con estos casos policiales el autor quería superar a los detectives de Arthur Conan Doyle y Edgar Allan Poe. Ahí es nada.

Un misterio en París, o El crimen de Rouletabille, está narrado en primera persona por Sainclair, el Watson particular del protagonista. Al igual que Leroux, Rouletabille es periodista y, desde el caso de El cuarto amarillo, su popularidad se ha acrecentado no solo entre las filas de policías franceses sino también entre las de sus ciudadanos. Sainclair, su mejor amigo, es abogado, un personaje muy marcado por un traumático divorcio: su joven y adorable mujer le fue infiel y esa traición lo transformó por completo y para siempre en un ser desconfiado y misógino. ¿Por qué os aviso sobre este personaje? Porque es el narrador, es su punto de vista el que llega al lector, así que antes de indignarnos con este clásico no solo debemos comprender el marco histórico y socio-cultural en el que fue escrito sino también, y sobre todo, entender de qué pie cojea Sainclair. Este señor critica los escotes de las damas, supone que no entienden las conferencias científicas y hasta ve con normalidad que un esposo asesine a su mujer y sea absuelto si la encuentra en brazos de otro.

Sainclair es un pobre hombre, sí, pero Leroux narra desde su perspectiva porque necesita un personaje en igualdad de condiciones con el lector por lo que refiere a los crímenes y a la investigación; y se encarga de ponerle el contrapunto de serenidad en Rouletrabille. Así, tenemos una novela de misterio totalmente honesta, sin giros tramposos ni casualidades extremas, sino un caso de tensión psicológica y emocional, de rompecabezas bien tramado. Aunque mientras la leía, no dejaba de recordar aquello que decía George Sand sobre el exceso sentimental de los franceses y cómo se reflejaba en sus clásicos literarios porque, acostumbrada a los clásicos británicos, las reacciones emocionales de los personajes de Un misterio en París me parecían rayanas en el histerismo (sin duda, no solo es otra cultura, también era otro tiempo, 1921, concretamente).

La edición en castellano de Un misterio en París, una de las últimas novelas que escribió Gaston Leroux y la penúltima de la saga de Rouletabille, es un bonito homenaje de dÉpoca Editorial a un autor que ha quedado un poco borroso entre los clásicos pese a la notabilidad de sus obras. No solo es una entretenida e intensa historia de misterio clásico sino que además tiene detalles muy ingeniosos —como la escena del tren o el caso del barbero— y un estupendo enfoque psicológico de sus personajes.

También te gustará: Asesinato en la mansión Darwin; Asesinato en Charlton Crescent; Crimen en la posada Arca de Noé

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Un misterio en París

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14 respuestas a Un misterio en París, de Gaston Leroux

  1. Nitocris dijo:

    Hola guapa, pues mira que empecé a leer hace varios años El misterio del cuarto amarillo en francés (sí he tenido una época que me daba por ahí, después de las oposiciones en que me pedían traducir un texto en un idioma en concreto), pero lo dejé sin terminar, no sé por qué. Cuando vi este hace poco en otro blog me lo recordó y a ver si cumplo y me pongo con él de nuevo… Este seguro que acabará cayendo…
    Un besazo

    • Monica dijo:

      Pues «El misterio del cuarto amarillo» es uno de esos clásicos que siempre te recomiendan en todas partes, ¿verdad? Es casi tan famoso como «El fantasma de la ópera» y yo sin saber nada más sobre Leroux… Quizás este te atrape más que el del cuarto, sobre todo porque la traducción de dÉpoca es una maravilla, ya verás ;-) Besotes.

  2. Carla dijo:

    Estas ediciones siempre son un regalo para el lector. Este título en concreto no termina de llamarme, pero me alegro que a ti te haya gustado
    Besos

    • Monica dijo:

      Sí que lo son. Esta en concreto es un bonito tributo a un autor que en castellano apenas tenía un par de títulos traducidos cuando tiene una bibliografía extensa e interesante. Es Golden Age pero en versión francesa ;-) Besos.

  3. MH dijo:

    Qué casualidad, MB cuelga reseña de este libro este mismo lunes :)

    Ya sabes que coincidimos en opiniones y sobre todo en ciertas afirmaciones del narrador que hoy (y más como está el patio) pueden sonar como suenan, pero están ahí por lo que están, más allá de la época en que fue escrito. Hay que leer todo siempre contextualiado, que es algo que a mucha gente se le olvida cuando coge un libro.

    Mi capítulo favorito es sin duda el del tren, me parece muy ingenioso, muy bien escrito y de lo mejorcito que tiene el libro. Y en lo de los franceses, ¡totalmente de acuerdo! jajaja. Ains, es que es todo tan drama-drama, ¿verdad? Yo soy tan británica que esos excesos de sentimentalismo me resultan a veces hasta divertidos, pero bueno, se sobrellevan :)

    Tengo alguno pendiente de Leroux en la estantería (no es de Rouletabille) y me gustaría releer el año que viene el de «El fantasma de la ópera», pero sí que es verdad que para ser un autor tan prolífico, en España se ha publicado más bien poco de su obra.

    ¡Besote!

    • Monica dijo:

      Ay, sí, totalmente de acuerdo contigo en lo del contexto, es muy importante. ¡La escena del tren! Es que me partía de risa, qué buena, bien podría ser la escena de una película de Wilde. Genial.
      Sí, sí, los franceses son de un drama queen… Me acordé de «Indiana», donde uno de los personajes comentaba justo eso, que los franceses estaban siempre al borde del desmayo por un exceso de emoción exagerada, jajajajaja.
      Solo conocía a Leroux del fantasma y del cuarto, y esta saga de Rouletabille me ha gustado por golden age… eso sí, me quedo con la versión británica, menos dramática. Besos.

  4. Mar dijo:

    Buenos días:
    Coincido contigo con respecto al temperamento francés, ¡qué tremendistas son! :)
    No obstante, a mí me gustó mucho esta novela. Me entretuvo, e incluso llegó a engañarme con la trama. ¡Fíjate qué pardilla soy! :)
    Gasto Leroux siempre será para mí el escritor de El fantasma de la ópera, una novela que me fáscinó de tal modo, que siempre que encuentro algo sobre Leroux siento la necesidad de leerlo.
    Gran reseña!! Muchas gracias por compartirla!!

    • Monica dijo:

      Buah, a mí siempre me lían en las novelas de misterio, casi nunca adivino el culpable. En esta me imaginaba quién podía ser, pero incapaz de entender por qué ni cómo. De Gaston Leroux solo he leído «El fantasma de la ópera» y «El misterio del cuarto amarillo», pero hace tantos años que me han entrado ganas de volver a leer la primera, como bien dice Las inquilinas de Netherfield. Gracias por pasarte!! Besos.

  5. Aylavella dijo:

    Ya sabes que me encantó, espero que sigan publicando el resto de novelas de esta autor y poder disfrutarlas.
    Besos

  6. A mi solo me sonaba «El fantasma de la ópera» por el cine y el teatro, y la verdad es que ni siquiera recordaba al autor. Así que me ha parecido muy interesante lo que has contado.
    Un abrazo

  7. Norah Bennett dijo:

    Hola. Pues a mí me gusta más lo exagerado de los franceses que la frialdad de los ingrese porque de donde sobra se puede quitar y de donde no hay no se puede sacar (by mi abuela). Dicho esto, lo cierto es que creo que leo más de British que francés pero sé a lo que me atengo. Y este ya me lo había apuntado pero qué vamos a decir ya a estas alturas de esa lista interminable.
    Me parece entretenido y vivo, no como los de Christie que no me aclaro con ella.
    Besos

    • Monica dijo:

      Qué grande el dicho de tu abuela. Claro, tenéis toda la razón, pero es que las novelas en las que los personajes viven al borde del desgarro y el desvanecimiento porque su padre los ha mirado mal… qué barbaridad. Te dan ganas de decirles que no sobreactúen, por favor.
      Uy, no te creas, tampoco dista mucho de los de Christie (en el planteamiento del misterio, me refiero), solo que es francés, jajajajaja. Podríamos organizar lectura conjunta de «El fantasma de la ópera», pero dice Inquilinas de Netherfield que para el año que viene. Yo la espero lo que haga falta. Besos.

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