Los condes de Borges y de Alcudiel salen a pasear a caballo por el Monte de las Ánimas, a las afueras de Soria, con sus jóvenes retoños: Alonso, el heredero de los Alcudiel, y su hermosa prima Beatriz, que acaba de volver de Francia. Alonso le explica a la muchacha que el lugar recibe ese nombre por el enfrentamiento legendario que tuvo lugar allí entre los Templarios y los nobles de Castilla. La batalla fue tan terrible y destiló tanto odio que el monte quedó sembrado de cadáveres y los lobos se dieron un festín. Desde entonces se dice que, en la noche de difuntos, sus fantasmas salen en una cacería fantástica que da muerte a todo ser que se cruce en su camino. Beatriz, riéndose de las supersticiones de su primo, no tarda en inventar una excusa para poner a prueba el valor del muchacho en la noche más terrible del año.
«Desde entonces dicen que cuando llega la noche de los difuntos se oye doblar sola campana de la capilla y que las ánimas de los muertos, envueltas en jirones y sudarios, corren como en una cacería fantástica por entre las breñas y los zarzales.«
El año pasado, celebramos el amigo invisible a finales de octubre y mi amiga Marisa, siempre tan detallista, tuvo el acierto de regalarme esta preciosa edición de Editorial Maldragón de El Monte de las Ánimas de Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) ilustrado por Aintzane Cruceta. Las ilustraciones, el diseño de cubierta, la maquetación y el marcapáginas recrean una atmósfera tenebrosa y gótica que casan a la perfección con el espíritu de este cuento breve de Bécquer, que os recomiendo muchísimo para la noche de difuntos porque pone los pelos de punta.
Bécquer hila su terrorífico relato a partir de un breve apunte acontecido en la Edad Media, en Soria, a orillas del rio Duero: el terrible enfrentamiento entre los caballeros Templarios que acudieron a la ciudad para defenderla de los sarracenos y entre los hidalgos nobles que allí vivían. El autor, uno de los máximos exponentes del romanticismo español tardío o posromanticismo, conjuga bien lo sobrenatural con la belleza y lo terrible y, como bien indica Pilar Alcalá en su estupendo posfacio, sigue el esquema habitual de sus narraciones (tentación, pecado y castigo). Si bien se reconoce el estilo de Bécquer y los temas del posromanticismo, lo cierto es que El monte de las ánimas ya bordea el realismo que empezaba en la época de su publicación (1861). Además de disfrutar con este relato terrorífico, me ha resultado muy curioso volver a tropezarme con la leyenda de la cacería fantasma o la jauría salvaje, tan propia de la mitología europea medieval que tan a menudo suele asomarse a las páginas de la literatura fantástica.
Lector, para leer la noche de difuntos.
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Hola, Mónica.
Pues justo eso que nos aconsejas al final, «para leer la noche de difuntos», es lo que pensaba hacer este Halloween con este cuento. Tengo una edición que lo contiene y me lo he anotado porque no quiero que se me pase este futuro Halloween… La edición que nos traes es una chulada jeje, yo me contentaré con la que tengo. Jeje. Lo veo idóneo para la época, sí, y lo que nos cuentas me atrae.
Un abrazo.
Pues ya nos contarás. Es muy breve, así que te dará tiempo de leer alguno más esa noche. Esta edición es perfecta para regalar. Besos.
Hola Mónica, cuando leímos hace poco con Anabel Samani cuando lo propuso para sus Lecturas junto al fuego La ajorca de oro, le comenté que la que más recordaba era esta leyenda. Creo que lo propondrá para otra lectura conjunta más adelante y tengo ganas de volver a releerla. Esta edición parece preciosa.
Un besazo
Pues me apunto la de La ajorca de oro, que seguro que me viene de perlas para Halloween, como bien apunta Lectora Empedernida. Y ya te contaré. Besos.
No sé las veces que he podido leer las leyendas de Bécquer. Son una maravilla todas y esta que comentas especialmente aterradora, sí. La edición parece preciosa. Gran recomendación, Mónica. Un beso.
Es cierto, lo que me hace pensar que las tengo muy olvidadas porque las leí en mi adolescencia y ahí se han quedado. Suerte que tengo amigas estupendas que me regalan joyitas como esta, para ir recordando tesoros ;-) Besos.
Ya de por sí es una historia fascinante, pero con estas ilustraciones además, no veas. Besos :D
Es que las ilustraciones, el tono general del dibujo, con esos colores tan misteriosos y tenebrosos, le da un punto genial a la historia. Besos.
Es de mis leyendas favoritas del autor. Esta edición es una preciosidad.
Besotes!!!
Sí que lo es, me parece perfecta para regalar por Halloween, las ilustraciones son bellísimas y muy acorde con la atmósfera del relato. Besos.
La leí en el colegio en clases de Lengua y Literatura y me enganchó con las leyendas de Bécquer. Esta le leí varias veces, pero ahora ya hace mucho tiempo que no leo ni leyendas ni rimas del autor.
Un beso.
Es lo que comentaba un poco más arriba, que me pasa lo mismo que tú dices, que las leímos de adolescentes y merece la pena revisitarlas ahora, después de tanto años. Besos.
Esta me la salto hasta que lo haya leído. Quiero que sea todo sorpresa.
Volveré.
Es un relato corto que me parece ideal para Halloween, así que estoy segura que tarde o temprano me lo encontraré en la cantina ;-) Besos.