La aparición de los grandes almacenes en las más relevantes capitales europeas a mediados del siglo XIX, obliga a cambiar el discurso victoriano de ángel del hogar sobre la mujer: por primera vez, la mujer victoriana de clase alta (y de la pujante clase burguesa) ocupa el espacio público. No solo sale a comprar por placer a la ciudad, fuera del ámbito doméstico, sino que además, con la incorporación de salones de té y otros servicios en los centros comerciales, pasa todo el día fuera de casa y se codea con otras clases sociales. Las clases sociales se mezclan y se confunden en los grandes almacenes y la tentación de la novedad, el lujo y la opulencia abre paso a los primeros casos de latrocinio y cleptomanía que, tratándose de mujeres, los expertos no tardan en relacionar con dolencias uterinas y similares. ¿Pero cómo reconciliar en la sociedad victoriana la posibilidad de que una dama sea una ladrona? Imposible, como si las damas pudiesen tener iniciativa o votar.
«Esta prosa afectada y meliflua de la defensa cleptomaníaca, si bien logró salvar a más de una del escándalo público, acabó condenándola a la mudez, ya que si la burguesa era inocente porque estaba loca, tampoco podía contar su historia, porque la historia de las locas nunca es contada por ellas mismas, sino que las cuentas sus doctores y alienistas.«
Nacho Moreno Segarra está licenciado en Historia del Arte y tiene un master en Estudios Feministas. Cuenta en los agradecimientos de Ladronas victorianas. Cleptomanía y género en el origen de los grandes almacenes que la idea de este ensayo empezó a gestarse, diez años antes de su publicación en 2017, durante una estancia en Estados Unidos, donde se le ocurrió la idea de escribir un ensayo sobre arquitectura comercial y se encontró con una estupenda bibliografía sobre cleptomanía de género. Con un sentido del humor muy de agradecer, una prosa directa y fluida, lejos de academicismos, un buen arraigo literario y un estupendo manejo de la bibliografía para ofrecer al lector ejemplos vívidos y casi divertidos (a nuestros ojos) de su exposición, a los lectores de esta pequeña joya no nos extraña en absoluto que ya vaya por la sexta edición.
Si bien Ladronas victorianas es un ensayo social y de género que bien podría utilizarse en ámbito académico, reconozco que lo he leído por puro placer y divertimento. Lo conocí gracias a mi amiga Berta, que lo leyó a finales del año pasado y tuvo a bien compartir en redes algunas de sus frases. Me parecieron tan geniales y curiosas, que otra buena amiga, Rosa, me lo regaló cuando le dije que lo estaba buscando en librerías especializadas. Y se va directo a las mejores lecturas de no ficción de este año, así, sin más. Me ha encantado cómo Nacho Moreno va hilando la historia de los primeros grandes almacenes con el cambio de paradigma en la ocupación del espacio público de las señoras, la cuestión de clase, el concepto de cleptomanía (solo aplicado a las señoras ricas), el acoso en el espacio público (que sigue hoy en día muy vigente, seas de la clase social que seas), los movimientos sufragistas y su relación con esa nueva forma de consumo (las compradoras contribuyen a la riqueza del país, pagan impuestos, por lo tanto deben votar), el nacimiento del capitalismo o la mudez a la que eran condenadas esas supuestas señoras enfermas y locas. Interesante, divertido e ingenioso, Ladronas victorianas no solo aporta una visión de conjunto sobre los cambios de género socio-económicos que ocurrían desde mediados a finales del siglo XIX sino que además aporta una mirada inteligente y lúcida sobre una cuestión insólita en el discurso historicista tradicional.
Lector, la realidad siempre supera a la ficción.
También te gustará: El paraíso de las damas; Elizabeth y su jardín alemán; La bruja; Memorias de una estudiante victoriana
Desde luego el libro trata un tema de lo más interesante. Yo hubiera dicho que los centros comerciales son de mediados del siglo XX y de origen estadounidense. Imagino que esos son los centros comerciales tal y como los conocemos hoy en día, pero antes habría otros surgidos en Reino Unido al calor de la industrialización y la Revolución Industrial. Toma nota del libro que, como digo, me resulta muy interesante.
Un beso.
Leí hace algunos años «El paraíso de las damas», de Balzac, una novela que iba justo del primer gran almacén de París (y de Europa) a mediados del siglo XIX y te lo recomiendo mucho. Este ensayo, a menudo cita la novela de Balzac por su realismo. Te recomiendo mucho ambas lecturas, ya verás qué curioso el cambio de paradigma. Besos.
No es lo que suelo leer, pero me has picado un poco la curiosidad.
Besotes!!!
Es un ensayo excelente y Nacho Moreno escribe tan y tan bien que resulta una lectura de lo más agradable incluso aunque el tema no acabe de atraparnos (que no es el caso, te lo aseguro). Seguro que lo disfrutas mucho. Besos.
Hola Mónica, pues me parece muy interesante. Lo apuntaré por si en algún momento me puedo hacer con él.
Un besazo
Si tropiezas con él ni te lo pienses, te va a encantar, no solo porque sea un rollo de historiadoras ;-) sino porque es divertido, sorprendente y plantea ideas de género que dan mucho que pensar. Besos.
No soy de ensayos pero fíjate que este me lo plantearía. Me ha parecido original e interesante
Besos
Sí, es que además está escrito con mucha gracia y sentido del humor. Me encantan los ensayos que huyen de tonos academicistas y no se cortan a la hora de hacer gala de un buen estilo literario. Además la perspectiva de género te va a dejar loca, ya verás. Besos.