Quizás me quede mañana, de Lorenzo Marone

Cuando tu apellido es Di Notte, que tu padre te llame Luce parece un mal chiste; sobre todo cuando vives en los Quartieri Spagnoli, en Nápoles, y no lo has tenido precisamente fácil para salir adelante esquivando a la Camorra. Pero es que Luce es luz, por mucho que se empeñe en disimularlo detrás de su encabronamiento casi perpetuo, sus vaqueros y sus Converse, sus diatribas furibundas en el bufete de abogados para el que trabaja y las discusiones con una madre que nunca ha sabido amar. Es luz para su perro, Alleria, del que no se ha separado desde que lo encontró en la basura. Es luz para Vittorio, el anciano vecino de pasado bohemio y presente filosófico, con el que tiene un trato para comer juntos cada día. Es luz para un francés errante, para sus compañeros de oficina, para su familia disgregada, para Patricia y sus ojos tristes. Y está a punto de cambiarlo todo para una madre y su hijo, para un padre sin perdón, para sí misma que todavía anda perdida, que no sabe si huir es un acto de cobardía o quedarse uno de terrible conformidad.

«La vida es un continuo cambio de costumbres, amistades, formas de actuar y de pensar, ideales, amores, incluso de fe. Y, sin embargo, es solo cuando te encuentras por casualidad delante de una vieja costumbre, cuando entiendes cuánto la has echado de menos, cuánto se te ha arrugado la piel sin que te dieras cuenta (…). Solo digo que este mantel puesto con esmero y el plato de pasta con patatas me han hecho comprender que siempre habrá un lugar para mí en el mundo mientras alguien me tenga preparado algo en la mesa.«

Hace más de quince días —disculpad si no preciso más, este confinamiento me desdibuja el calendario—, mi amiga Rocío me regaló Quizás me quede mañana, de Lorenzo Marone. Me dijo que andaba de librerías cuando se encontró este título que le habían recomendado por ser una lectura muy feelgood y que le había apetecido enviarme un ejemplar. Me propuso leerlo juntas y pusimos fecha sin sospechar que acabaríamos leyendo a Lorenzo Marone en plena cuarentena. Serendipia, sin duda, pues pocas lecturas del siglo XXI tan bellas, optimistas y esperanzadoras como esta se me ocurren para los tiempos que corren.

«Las cosas que no merecen la pena nos acompañan siempre por un breve período de tiempo, después las perdemos o las olvidamos a saber dónde. Sin embargo, lo que amamos lo guardamos con cuidado, nos lo colgamos al cuello y lo llevamos con nosotros. Las cosas buenas de nuestra vida, escúchame bien, casi siempre nos sobreviven.»

Leed a Lorenzo Marone, os lo deseo de todo corazón. Quizás me quede mañana es una historia de ficción, con una protagonista de ficción, más auténtica que la vida misma. Me he quedado prendada de tantas frases, de tantas reflexiones vitales del autor, que no sé ni por dónde empezar a contaros, así que mejor la leéis vosotros. Vais a encontraros con una protagonista dura por fuera y extraordinaria por todas partes; y es esa dureza exterior, esa fuerza de tifón que ha aprendido a esgrimir porque su barrio y su familia son los que son, la que pone el contrapunto a una narración que podría haber caído en el sentimentalismo fácil. Luce di Notte es justo como su nombre, una luz que ilumina la oscuridad incluso en las horas más profundas de la noche. Y a través de sus pensamientos, de las lecciones que asume, de los puntos de vista de los demás personajes (como Vittorio, Kevin o la abuela), el lector viaja con serenidad a través de sus propias conclusiones.

«—¿Ha tenido alguna vez la sensación de que estuviera arrastrando su vida a alguna parte donde ella no quiere ir?
Él parece reflexionar, se echa un poco más de vino y responde:
—Sí, entiendo lo que quieres decir.
—Pues eso, yo soy la típica que intenta no venirse abajo, no me gustan los quejicas como mi madre, para entendernos. Pero, bueno, si me paro a pensar, no es que mi vida sea gran cosa.»

¿A quién no le ha pesado la vida, la rutina, la familia, los amores alguna vez? ¿Es mejor huir, cortar con todo y empezar de nuevo en otro lugar, o quedarse y luchar? Y si te quedas, ¿es porque te conformas con menos o es porque has aprendido a asumir aquello que no puedes cambiar? ¿La actitud ante lo que nos sucede es la clave de nuestra felicidad o de nuestras circunstancias? Disculpadme tanto interrogante, odio utilizarlos en cualquier narración, pero es que me encantan las disyuntivas que plantea Lorenzo Marone en esta maravillosa novela feelgood y la belleza con la que las va resolviendo a medida que Luce desenreda el ovillo de su pasado y de su presente. Leedla, de verdad, deja muy buen sabor de boca y no es nada trivial en los tiempos que nos ha tocado vivir. La prosa del autor es bonita, generosa y elocuente.

Rocío, mil gracias por regalarme una lectura en compañía tan perfecta como esta.

También te gustará: El hombre que se fue a Marte porque quería estar solo; Cómo comportarse en la multitud; Dónde estás, Bernadette; La vida escondida entre los libros; Eleanor Oliphant está perfectamente; Juntos, nada más

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11 respuestas a Quizás me quede mañana, de Lorenzo Marone

  1. Fesaro dijo:

    Me ha producido una hemorragia de satisfacción leer tu reseña porque me considero Maronista (no sé si eso existe o se le puede llamar así) desde el minuto uno en que terminé el primer libro que leí de él. Quiero contarte un secreto, si te ha gustado este libro La tentación de ser felices te robará a buen seguro una frase como la que yo exclamé ¿donde has estado toda mi vida Marone?. Tranquila que tras leer mi recomendación aun quedan otros dos más que te auguro que no defraudan.
    Yo de este libro rescaté en su momento muchas frases pero con tu permiso te dejó un par de ellas.
    «No podemos decidir de dónde partir o dónde pararnos, pero al menos se nos permite elegir el recorrido»
    “Las casas necesitan perros y niños para no envejecer”
    Un saludo y que todo vaya bien.

    • Monica dijo:

      Mil gracias por tu extraordinaria recomendación, amigo. Rocío me propuso leer a Lorenzo Marone porque tú se lo habías recomendado, y ya te imaginas lo bien que lo hemos pasado con esta lectura. Seguro que repito con el autor, tienes mi palabra, y bien anotado me llevo «La tentación de ser felices» por prescripción tuya. Mil gracias. Me encantan las frases que me escribes de esta novela, seguro que no te sorprende si te digo que he llenado dos páginas de libreta con mis frases preferidas de «Quizás me quede mañana». Un abrazo.

  2. Norah Bennett dijo:

    ¡Hola! Qué bien volver por aquí y encontrarme con una lectura así de reconfortante. Es que encima menuda compañera de lectura que te has buscado, no sabes nada tú. Está claro que aparte de estas circunstancias el libro por sí solo ha sido un acierto total.
    Tu insistencia en que leamos el libro deja claro que no solo es bueno sino que es de los que si se lo permites, te cambia y te puede abrir los ojos. No tengo muy claro qué tipo de lectura me viene bien ahora pero estoy leyendo El gatopardo, y causalidades de la vida, me lo han prestado, ¡adivina quién!
    Aunque reconozco que soy una quejica y que hago poco por solucionarlo, creo que me llevaría bien con Luz.
    Besos

    • Monica dijo:

      Luce es como si Amelie hubiese nacido en un barrio muy chungo de Nápoles y eso la encabronara mucho casi todo el tiempo, así en un resumen estúpido de los míos XD
      Ya ves que a Rocío se lo contagió Libros en el Petate y ella a mí, así que hay que seguir la cadena de Lorenzo Marone, dile que te lo preste después del Gatopardo (qué seria te has puesto estos días).
      No sé qué recomendar para el confinamiento, todo es tan raro que no hay instrucciones que funcionen, pero a mí este libro me ha alegrado el alma un poquito y por eso quería compartirlo. Un besazo.

  3. Nitocris dijo:

    Hola guapa, pues mira contestando a tu última pregunta, yo creo que la actitud es lo que nos ayuda. Yo todavía recuerdo dos posturas contraría cuando ocurrió el 15M, una persona que estaba contenta de haber sobrevivido a pesar de que hubiera perdido algún miembro del cuerpo (no recuerdo cuál) y otra que estaba muy hundida porque le había tocado a él esa circunstancia. Yo envidio y admiro al primero porque creo que con su actitud no solo es más feliz sino que superará todo más rápido… Es muy difícil saber cómo reaccionariamos nosotros en circunstancias parecidas…
    Un besazo y gracias por la recomendación

    • Monica dijo:

      Coincido contigo, no sé cómo reaccionaré yo pero sí sé que admiro muchísimo a las personas que salen adelante con una sonrisa y una interpretación positiva de las circunstancias más difíciles. Creo que se llama resiliencia y quiero aprender a pensar de esa forma porque pienso que nuestra autoestima y felicidad depende de ello. Por eso he disfrutado tanto de la narración de Lorenzo Marone y de sus frases (las hay a montones para enmarcar) porque jamás pierde la fuerza y eso de «levántate cada vez que te caigas». Besos.

  4. Margari dijo:

    Ays, pues me dejas con muchas ganas de disfrutar de esta lectura. Apuntadísima!
    Besotes!!!

    • Monica dijo:

      Creo que te va a gustar mucho. Y mira lo que dice Fesaro, que «La tentación de ser felices» todavía le gustó más. Me parece que Lorenzo Marone es lectura obligatoria de optimismo y fuerza. Besos.

  5. Roberto dijo:

    Hola Mónica, tu blog es uno de mis refugios para poder pasar estos tristes días que atraviesa nuestro país.
    Seguiré tus nuevas entradas que siempre nos dan excelentes lecturas y nuevos descubrimientos.
    Un abrazo muy fuerte para tí de corazón y para todos los lectores del blog y que todo vaya muy bien!!.
    Besos!!!.

    • Monica dijo:

      Sabes que siempre eres más que bienvenido. Intento no hablar demasiado de la situación actual porque ya estamos todos más que informados y a veces necesitamos un paréntesis de silencio y calma y de distracción. Por eso es tan importante la literatura como entretenimiento y evasión, que nos depare un respiro. Ojalá estés bien, dentro de lo que cabe, y sigamos leyéndonos. Un abrazo grande.

  6. Ro. dijo:

    Ha sido una placer, ya sabes, me ha encantado. Desde luego, repetiré. Ha sido un soplo de aires fresco, una lectura muy amable y esperanzadora. Me han entrado ganas de ir a Nápoles, aunque mucho me temo que no va a estar entre mis prioridades XD Un besote.

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