La feria de las vanidades, de William Makepeace Thackeray

A principios del siglo XIX, dos jóvenes inteligentes y encantadoras salen del internado de la señorita Pinkerton al mundo: Amelia Sedley pertenece a una familia burguesa acaudalada y vuelve a casa de su familia para contraer matrimonio con el protegido de su padre; Rebecca Sharp no tiene ni familia ni un penique y va camino de su primer empleo como institutriz de las hijas de un viejo baronet miserable en la campiña inglesa. Amelia ha sido educada entre algodones y está destinada a una vida plácida, protegida y cómoda; Rebecca está destinada a servir, pero no piensa resignarse a seguir siendo pobre y, aunque inexperta, de inmediato pone en práctica toda su picardía y su astucia para camelar a todos alrededor y conseguir la vida de lujos que siempre ha codiciado. ¿Designios del destino o la fuerza del carácter y la voluntad? En el escenario de la hipócrita sociedad londinense de las primeras décadas del siglo XIX, Amelia y Becky asumirán las consecuencias de sus decisiones, sus errores y sus circunstancias.

«La Denuncia se adelanta respetuosamente hacia ella (…) en compañía de la Calumnia (que es tan fatídica como la verdad) (…). Hay gente que debería contratar criados mudos en la Feria de las Vanidades… mudos y que no supieran escribir. Quien sea culpable que tiemble. Quien no lo sea que cuide las apariencias, pues pueden ser tan peligrosas como la culpa.«

William Makepeace Thackeray (1811 – 1863), escritor y periodista, publicó por primera vez La feria de las vanidades en 1847, aunque la historia está ambientada en la primera década del siglo XIX, y la batalla de Waterloo (junio de 1815) resulta un importante punto de inflexión en la trama. La novela se encuadra dentro del realismo inglés de época victoriana al que pertenece su autor y se considera una sátira de la sociedad inglesa y de la vanidad humana. Su subtítulo, Una novela sin héroe, hace referencia a la singularidad de sus dos protagonistas femeninas, personajes que en ningún momento pueden ser calificadas de buenas (heroínas) o malvadas (antiheroínas) sino de todo lo contrario. A menudo, la crítica coincide en señalar al personaje de Becky Sharp como amoral y al de Amelia como pasivo, pero la obra maestra de Thackeray tiene la virtud de dejar en manos del lector esa decisión: a mí Becky me ha parecido desconectada de cualquier emoción y Amelia se me ha hecho odiosa por su vocación de mártir. Y aunque hace más de un mes que terminé de leer esta novela extraordinaria, no quería despedir el año sin reseñar la que sin duda ha sido mi mejor lectura de 2022.

Con sus casi novecientas páginas (en la edición de Alba Editorial), La feria de las vanidades es una historia que se disfruta por sus personajes, por su incisiva y burlona crítica social y por las magníficas reflexiones de su autor sobre la naturaleza humana. Resulta de una pericia sublime narrar una historia sin héroe ni heroína, manteniendo siempre el extraño contraste entre las dos protagonistas y unos caracteres que en nuestro siglo siguen siendo reales como la vida misma, pues no está en la naturaleza humana el don de progresar. He disfrutado especialmente de las reflexiones de Thackeray sobre la mentira, la hipocresía y el peligro que corre la reputación de una mujer cuando la sospecha sobre su virtud se ve enturbiada a pesar de la ausencia de culpa (la mujer del César debe ser virtuosa y, además, parecerlo). La punzante prosa del autor, su humor satírico que no deja títere con cabeza, la inteligencia de su narración y personajes, la universalidad de sus escenas y sus extraordinarios recursos literarios han convertido La feria de las vanidades en mi lectura preferida de este año y, aunque esta errática opinión no le hace justicia, os recomiendo muy encarecidamente que la leáis.

Lector, un clásico universal sobre la naturaleza humana.

También te gustará: Los papeles póstumos del Club Pickwick; Evelina; La expedición de Humphrey Clinker; Nicholas Nickleby; Tiempos difíciles; Belinda

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4 respuestas a La feria de las vanidades, de William Makepeace Thackeray

  1. Rosa Berros dijo:

    Un libro que tengo entre mis pendientes hace muchísimo. A ver si este año, por fin, cae.
    Un beso y muy feliz 2023.

  2. Nitocris dijo:

    Hola Mónica, no he leído nada de este autor, pero no sé si me animaría con esta, aunque la apuntaré para tenerla en cuenta.
    Feliz año y felices lecturas
    Un besazo

  3. Hola Mónica,
    ¡Feliz Año! Tengo «La Feria de las Vanidades» aparcada en mi estantería desde hace años precisamente por Becky Sharp y su condición de no-heroina. Quizás debería leerla obviando esa condición y centrándome sobre todo en el magistral retrato que hace Thackeray de la sociedad de la época.
    Por cierto, hace un mes o así me suscribí a tu blog pero no me llega la newsletter. Mire en la bandeja de spam por si acaso pero no había nada y volví a suscribirme por si acaso lo hubiera hecho mal pero al hacerlo el sistema me decía que la dirección ya estaba bien suscrita.
    En mi caso no tiene tanta importancia porque yo suelo ver tu blog todas las semanas sin recordatorio de por medio, ja ja (lo tengo bastante integrado en mis rutinas de navegación por Internet) pero te lo digo para que lo sepas por si a alguien más le ha pasado.
    Te deseo un año lleno de interesantes lecturas y proyectos :)

  4. Bueno, me suele pasar con tus reseñas, pero es que… Me pondría con él ahora mismo, me has dejado las expectativas mucha más altas de como ya las tenía. jeje. Todo un clásico que quiero leer hace tiempo y que sé que disfrutaré, al menos eso presiento. Del autor solo he leído Una cena en casa de los Timmins, supercortita, que me gustó mucho. Nada que ver con esta obra tan extensa que seguro me dirá mucho.
    Le tengo ganas, aunque no sé si con los tochos que ya me esperan caerá este año o el siguiente. Ya se verá.
    Como siempre, un placer leerte.
    Un abrazo.

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