Deirdre Carne es periodista, pero anda a vueltas con su primera novela. Katrine Carne estudia arte dramático y está un poco cansada de que siempre le toque recitar las frases más picantes de Shakespeare. La hermana más pequeña, Sheil, se educa en casa con la inflexible institutriz Martin. Las chicas Carne viven a caballo entre la aburrida realidad de la buena sociedad del Londres de entreguerras y su desbordante imaginación, en la que jueces, ayudantes de fiscal, actores, fantasmas literarios y pierrots entran y salen de casa en un interminable cotilleo social. Perdidamente enamoradas del juez del Tribunal Supremo Toddington y de su esposa, las Carne los incorporan con naturalidad a sus fantasías cotidianas, pero cuando Deirdre propicia un encuentro en la vida real y se encantan mutuamente, su elaborado mundo ficticio empieza a resultar contagioso.
«En una ocasión, una mujer que había asistido a una de las fiestas de mi madre me preguntó «¿te gusta leer?», lo que provocó un silencio sepulcral entre todo el mundo. Cómo explicarle a aquella mujer que los libros son como el baño o el sueño, o como el pan: necesidades básicas que una nunca se plantea en términos de aprecio.«

Cuenta Siruela sobre la británica Rachel Ferguson (1892-1957) —autora no editada hasta la fecha en castellano— que fue una periodista, novelista y sufragista que publicó doce novelas, tres libros de memorias, cuatro sátiras, dos biografías y una obra teatral. Y cita a A. S. Byatt sobre esta novela: «Una obra maravillosamente lograda sobre el poder de la imaginación«. Y esta es la mejor sinopsis que vais a leer jamás de Las Brontë fueron a Woolworths, pues pocas novelas de ficción para adultos, ambientadas en el Londres real de 1930 con personajes realistas, vais a encontrar más fantásticas que esta.
Las Brontë fueron a Woolworths es un instante en la vida de la familia Carne, una madre y tres hijas que viven ficciones extraordinarias con una naturalidad y un sentido del humor que enamoran; y que pese a su desbordante imaginación jamás han conseguido creer en Papá Noel o en las hadas. Esta novela es una ficción que incluye otra ficción dentro de más ficción, un poco de lío, sí, porque ni el lector ni las propias señoritas Carne distinguen ya lo que es real de lo que no ¿Y qué importa? Absolutamente nada. La historia debe leerse con total relajación y sin preocuparse por discernir realidad de ficción pues ¿no es una novela de ficción?
Deirdre, la hermana mayor de las Carne y alter ego de Rachel Ferguson (periodista, novelista, muy consciente de la discriminación de género de su época), narra en primera persona esta historia. Se intercalan algunos capítulos cortos con el punto de vista de otros personajes, como el de la institutriz Martin o el matrimonio Toddington. En todos los casos en los que se ofrece al lector un punto de vista que no es el de Deirdre, se trata de personajes cercanos a las Carne que alucinan con su comportamiento y la riqueza de su vida imaginaria. Pero así como la institutriz censura y se horroriza por lo poco convencional de su intelecto, los Toddington se quedan totalmente prendados de la familia. La inteligente narración de Ferguson no solo proporciona al lector información y referentes suficientes para que entienda qué ocurre en realidad sino que además saca buen partido de guiños y complicidades literarias que no puedo desvelar (atención a los fabulosos capítulos finales donde las Brontë adquieren inusitado protagonismo).
No puedo resistirme a señalar muy brevemente —no tiene gracia si no es el lector quien lo descubre por sí mismo— la cantidad de citas, autores y obras literarias que desfilan por esta novela. Peter Pan, Sherlock Holmes, Shakespeare, Alicia («Intentaré creer tres cosas imposibles antes del desayuno«), Henry James, el seudónimo de Emily Brontë… Son detalles pequeñitos, casi escondidos entre líneas —que vais a reconocer y disfrutar porque sois apasionados de la literatura—, que están ahí como un guiño encantador de Rachel Ferguson por la complicidad de sus lectores. Supongo que el título ya daba una pista, pero sí, esta es una novela profundamente metaliteraria porque nada hay más propio de la literatura que el ejercicio de la imaginación.
Sé que esta es una reseña extraña porque no quiero explicar demasiado y porque Las Brontë fueron a Woolworths es una lectura excéntrica y maravillosa, un singular tesoro, que no me atrevo a recomendar a todo el mundo por su rareza. A mí me ha encantado por su sentido del humor, por sus peculiares personajes, por el encanto de los diálogos, por el constante juego entre realidad ficticia y ficción, y por su esencia tan British y literaria. Comparto de todo corazón la opinión de A. S. Byatt sobre esta novela que se incorpora a mi estantería de tesoros fantásticos.
Lector, imagina una versión muy loca de una novela de Barbara Pym o de D.E. Stevenson y solo sería la mitad de fantástica que Las Brontë fueron a Woolworths.
También te gustará: La hija de Robert Poste; Enterrado en vida; Ellos y yo; A la caza del amor; Abadía Pesadilla
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Hola guapa, me alegro de que hagas reseña de esta obra porque cuando la vi entre los libros que sorteaban Las Inquilinas no supe muy bien de qué iba la trama. No sé por qué me esperaba que las protagonistas fueran las Brönte…
No sé si me lanzaré con él, pero desde luego me picas… jeje…
Un besazo
No me atrevo a recomendarlo mucho porque, aunque a mí me ha encantado, es una novela muy excéntrica y fantasiosa. Las protagonistas inventan sin parar y llega un momento del libro que ya no sabes qué es real y qué es inventado por las hermanas, pero es todo tan genial y perfecto que… ¡no te importa! Es difícil de reseñar y de resumir por su rareza, pero si te sirve de algo, a mí me ha gustado muchísimo. Besos.
Al menos es distinta a lo que solemos leer. A mí el título me llamó la atención. No sé si lo de extravagante encaja conmigo pero lo dejo ahí, en el limbo. Besos
Sí, es muy original, y también muy británica, y tiene un sentido del humor muy peculiar que a mí me chifla. Es una ficción dentro de otra ficción que se compara contra otra ficción, y aunque al principio te desorientes, en seguida van encajando todas las piezas y vaya si encajan. Besos.
Querida Mónica:
Que A. S. Byatt encuentre interesante este libro es ya suficiente carta de presentación para mí. Pero después de leerte, queda anotado en mi carta a los Reyes Magos. :)
¡Cómo me gustan los libros que te ilustran con otros libros!
Mil gracias por esta entrada tan estupenda!!
Pues es un clásico británico del período de entreguerras, pero en castellano no lo teníamos, así que ovación para Siruela por editarlo. Requiere cierto bagaje lector británico, por lo de la complicidad y el guiño, pero no es complicado, simplemente excéntrico y divertido. Creo que a ti sí que te gustaría. Besos.
Hola!! Pues yo me fío de ti cuando traes estas familias raras pero adorables. Y cuanto más raras y excéntricas, mejor que mejor. Tengo curiosidad por saber qué historias se inventan y cuánta imaginación tienen. Me da igual lo inverosímil que sea siempre y cuando sea creíble.
Besos
Tiene su puntito fantástico, pero no en el sentido tradicional del género. Pero es lo que dices tú, una familia excéntrica y adorable. Una ficción, dentro de otra ficción, que se compara a otra ficción… al final, nos lo estamos pasando tan bien con las chicas y con Toddy que ya nos da igual qué es verdad y qué no. Si lo lees, me cuentas, y sobre todo atenta a cómo van encanjando todas las piezas hacia el final (antes lee un poquito en la wiki sobre la Brontë, nada cuatro cosillas como los seudónimos, porque te va a hacer más gracia una cosilla si lo sabes). Besotes.
Justo el viernes lo compré en mi librería habitual y favorita… Y sabes que me dijo Maria, la librera? «uy, este libro es muy tú Ana… Te va a encantar».
Aprovechando que Laky organiza su iniciativa de diciembre para leer clásicos., voy a hacer un combo y leeré por una parte La inquilina de Wildfell Hall y por otra este título… Creo que serán dos maravillosas lecturas para acabar el año.
Feliz domingo
Ay, es me encanta, cuando llegas a la librería y te dicen «este libro es muy tú», jajajajaja. Nosotras ya nos entendemos. Pues sí, querida mía, este libro también es muy yo, es muy nosotras, te va a encantar, ya verás. Qué buen diciembre!!! Ya me contarás. Besos.
Precisamente estaba esperando tu reseña desde que te lo vi en redes. Me has convencido, aunque como no tengo tu bagaje lector (podrías proponerte hacer una entrada sobre novelas de literatura inglesa imprescindibles para ti :) ahí te lo dejo jejeje) , no se si pillaría todas las referencias.
Besos
Te doy una pista: mira con qué seudónimo solían escribir las Brontë. Y hasta ahí puedo contarte, jajajajaja. A mí me ha encantado, pero es cierto que se trata de un clásico muy excéntrico y peculiar (esos son mis favoritos) por eso sé que quizás a todo el mundo no le entusiasme tanto, que todos tenemos nuestras rarezas lectoras ;-))) Si lo lees, me cuentas, pero me da que a ti te va a gustar. Besos.
Pues a mí no me ha parecido una reseña extraña, me ha quedado clarísimo lo bien que me lo voy a pasar leyéndola… jajaja. Es muy literaria, muy excéntrica, muy british y con un puntillo alocado que me va a requetechiflar. Ya lo tengo en casa desde que salió, pero quiero leerlo prontito en el 2020. Y a ver si se animan a traducir y publicar más cosas de esta autora :)
¡Besote!
¡Sí! Es justo así. Léelo pronto, querida, que tengo ganas de que me cuentes qué te ha parecido. Se queda entre las tres mejores lecturas que he hecho en 2019, y eso es mucho porque ha sido un gran año lector. Pues es cierto, no conocía de nada a la autora, y ahora que he leído esta novela me declaro rendida fan suya. Tal y como me sucedió con Angela Thirkell, ¡queremos más madera de esta señora, please! Besotes.
Hola! Bueno… me dejas con una sensación de mucha curiosidad por leer este libro y crearme mi propia impresión. No sé si será para mí o si por el contrario, lo veré tan excentrico que no se quede dentro de mi lista de mejores lecturas, pero creo que merece la pena y mucho darle la oportunidad. Anotado. :D